La entrevista de ayer entre Rodríguez Zapatero y Artur Mas ha servido para escenificar un acuerdo de intereses oportunistas en beneficio de ambas partes. El presidente del Gobierno gana unos meses para prolongar artificialmente una legislatura agotada en términos políticos. Por su parte, el líder de CiU refuerza su campaña victimista y cobra su apoyo a buen precio. La Generalitat sufre de asfixia económica como consecuencia del despilfarro del tripartito. Ahora, Mas intenta sacar tajada de un Ejecutivo débil. Es una historia que se ha repetido ya demasiadas veces en perjuicio del interés general.
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