Oponerse a una dictadura puede resultar heroico, pero no implica la condición de demócrata ¡Cuantos comunistas se enfrentaron al fascismo con el ánimo de imponer otro tipo de dictadura!
Europa y España son responsables de una política hipócrita y cómplice que sacrificó los valores que decimos defender por seguridad.
Resultado: menos seguridad y pueblos alienados respecto de lo que representamos.
Y ahora que reclaman democracia, ¿a dónde mirarán?.
No a Bruselas o Madrid. Las grandes crisis, dicen los economistas, ofrecen grandes oportunidades. Europa está a punto de perder la de reconciliarse con unas naciones abandonadas a sus depredadores durante medio siglo. Por ahora, apenas palabras. En el mejor de los casos.
martes, 1 de febrero de 2011
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