viernes, 30 de septiembre de 2011

Estrategia electoral del PSOE (Elecciones Generales 2008) I.

EL PLANTEAMIENTO GENERAL DE LA CAMPAÑA ELECTORAL.
El desarrollo de la campaña electoral será una prolongación del tono y de las estrategias que se han manifestado durante la Legislatura.
El PP basa todas sus esperanzas de victoria en dos circunstancias negativas:
a) Que muchos ciudadanos no acudan a votar, que haya una alta abstención;
b) Que se confirmen sus augurios de crisis económica. O al menos, que se extienda entre la población el miedo a la crisis, aunque no responda a la situación real.
Por eso toda su estrategia de campaña estará orientada a lograr estos dos efectos:
Por un lado, favorecer la abstención.
Por otro, sembrar el miedo económico y favorecer todo aquello que pueda propiciar un empeoramiento de la situación.
Por lo demás, mantendrán buena parte del discurso crispado y crispador y el tono negativo que han tenido durante la Legislatura, si bien tratarán de ocultar a algunos de los dirigentes más poderosos y más ligados al extremismo (Acebes, Zaplana) para que recuperen el protagonismo tras las elecciones.
Utilizarán el terrorismo como instrumento electoral, como han hecho durante toda la Legislatura.
Y con un discurso pretendidamente patriótico, estimularán todos los sentimientos de encono y malestar entre los distintos territorios.
Huirán muy especialmente de todos los temas relativos a políticas sociales y a derechos de los ciudadanos.

El Partido Socialista tiene que hacer una campaña basada en dos pilares: la gestión realizada por el Gobierno durante esta legislatura y el proyecto para los próximos cuatro años.
Los ciudadanos no votan por agradecimiento, sino por expectativas. No se vota al pasado, sino al futuro.
Y precisamente por eso, no nos darán su voto por lo que hemos hecho sino por lo que esperan que hagamos a partir de ahora.
Pero lo que hemos hecho es la base que da solidez y credibilidad a nuestro proyecto para el futuro.
*.- Podemos garantizar que seguiremos impulsando el crecimiento económico y el bienestar porque en estos años hemos crecido más que ninguna otra economía europea.
*.- Podemos anunciar que queremos y podemos llegar al pleno empleo porque se han creado tres millones de puestos de trabajo.
*.- Podemos comprometer nuevas políticas sociales, más aumentos del salario mínimo y de las pensiones, más esfuerzo en educación y en investigación, porque es lo que hemos hecho durante los cuatro años de la legislatura.
*.- Podemos garantizar nuestro compromiso con los derechos individuales y con la causa de la igualdad porque ha sido una seña de identidad de nuestro Gobierno.


Por otra parte, gestión realizada y proyecto de futuro forman un todo coherente.
El cambio que se inició en 2004 ha cubierto su primera etapa.
Ahora hay que completar el proyecto con nuevos objetivos, aún más ambiciosos. Ahora no es el momento de interrumpir un proyecto en marcha y mucho menos de retroceder hacia el pasado.
*.- Nosotros no vamos a meter miedo a nadie.
*.- No vamos a amenazar a los ciudadanos con desgracias y catástrofes que sabemos que no se van a producir.
*.- Nosotros vamos a dirigirnos a los ciudadanos con serenidad y tratándoles como adultos, sin agitar fantasmas imaginarios y sin engaños.
*.- Vamos a explicar lo que hemos hecho y lo que queremos hacer. Vamos a pedirles que no se dejen entristecer por los agoreros, que exijan su derecho a celebrar el progreso de España.
Y vamos a darles lo que se pide en unas elecciones: motivos para creer y motivos para votar.
Ese será el tono y el contenido de nuestra campaña.

jueves, 29 de septiembre de 2011

La legislatura que muere es para olvidar.

Nunca las cosas se hicieron peor. El legado es envenenado: la tasa de paro más elevada de la OCDE, una deuda pública y privada abultadísima, un déficit hinchado, una situación financiera más que delicada.
En estos cuatro años se ha culminado una forma de gobernar que ha roto con los consensos básicos, ha sido sectaria y concluye en desastre. Nunca se cogió a un país tan bien para dejarlo tan mal.
Hemos pasado de una prima de riesgo cero a 360 puntos. De tener una de las tasas de crecimiento más altas de Europa a una de las más bajas.
La recesión asoma de nuevo la cabeza y las Administraciones están desfondadas, sin dinero para pagar, con dificultades para hacer frente a la nómina y a servicios esenciales como la Educación y la Sanidad.
Era imposible imaginar una situación tan penosa. Cierto que el escenario mundial no ayuda, pero también lo es que las medidas adoptadas sirvieron, una tras otra, para acelerar la caída.
Sólo se puede tachar de «irresponsable» una gestión que, conscientes ya de la que se venía encima, aprobó medidas como el regalo de los 400 euros, el cheque bebé, la nueva financiación hipergenerosa de las autonomías o un plan-E inservible que disparó la deuda y no dio respiro a las empresas. Al contrario, lo poco que había se derrochó en farolas y aceras, cuando si se hubiese destinado a pagar a las pymes al menos habría evitado el cierre de cientos de ellas.
El Gobierno de la improvisación ha sido un mal Gobierno. Bandazos con la velocidad en las carreteras, con la energía, incluso con los aliados parlamentarios. Empezó de la mano de la izquierda y acabó pactando una reforma de la Constitución con el PP. Algo que no sucede por casualidad, sino que es fruto del caos general de la legislatura. 27 Septiembre 11 - - José Antonio Vera. La Razón.
Las mentiras de Zapatero I
Las mentiras de Zapatero (segunda parte).

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Carme


Ni independentista, ni de derechas, rezaba una de las vallas propagandísticas de la campaña de José Montilla para las últimas autonómicas catalanas.
El descalabro del PSC en esas elecciones no ha disuadido a Carme Chacón de usar la misma idea en su arranque de la carrera hacia el 20-N. 
Los independentistas, dijo ayer la ministra de Defensa, buscan «atajos que sólo conducen al fracaso»; la derecha «anticatalana», según ella, a veces hasta «lleva toga».
Con su proclamación oficial como candidata del PSC a las elecciones generales del 20 de noviembre, Carme Chacón emprendió ayer un camino en el que tiene poco que ganar. Se da por hecho que no repetirá los históricos 25 diputados que logró en 2008, que fueron decisivos para la victoria de José Luis Rodríguez Zapatero. Los socialistas intentan frenar ahora la fuga de votos hacia el PP y hacia CiU.
Y a ello se dedicó ayer Chacón, aunque atacó con más saña a los populares que a los nacionalistas. «¿Por qué tenemos una derecha española tan ferozmente anticatalanista?», se preguntó la ministra de Defensa. Se contestó ella misma, echando mano de su experiencia como miembro del Gobierno, que la ha llevado a «patearse» todo el territorio nacional.
Chacón ha detectado que la mayoría de los españoles «quiere y valora» a los catalanes, pero también que hay algunos, «la minoría», a los que «molesta» Cataluña.
Expuso incluso una clasificación. «A veces son tertulianos y braman contra Cataluña y el catalán. Quieren imponer sólo el castellano. Pero es que España tiene cuatro lenguas, no una», dijo sobre el primer grupo.
«A veces son políticos que podríamos llamar politiquillos, que recogen firmas contra el Estatut», afirmó sobre el segundo. Y en el tercero se acordó de los jueces: «A veces, hasta llevan toga y te los encuentras intentando imponer su ideología con sentencias desde los más altos tribunales del Estado».
Fue una clara alusión a las sentencias y autos del Tribunal Supremo y el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) que ponen en duda la inmersión lingüística e instan a la Generalitat a incluir al castellano entre las lenguas vehiculares de la enseñanza. Esa parte del discurso fue muy aplaudida en el Consejo Nacional del PSC.
Según ella, los «anticatalanes» existen porque «Cataluña siempre ha estado a la vanguardia con respecto al resto de España, un paso por delante en cuanto a democracia, y por eso molesta a los caciques». Estas personas y los independentistas, dijo, tienen un objetivo común: «Buscan lo mismo, cuando unos dicen 'que se vayan' los otros dicen 'vámonos'».
Citó, para apoyar sus teorías, la figura del ex presidente de la Generalitat Josep Tarradellas. Recordó que, durante su exilio en Francia, el ex dirigente de ERC mantuvo «la llama de las instituciones catalanas». Además, subrayó que Tarradellas declaró en Francia poco antes de regresar a Barcelona y encabezar el primer Gobierno catalán de la Transición: «Cataluña tiene vocación de autonomía, espíritu independiente, pero no independentista».
La munición contra CiU -que según algunas encuestas podría desbancar por primera vez a los socialistas como partido más votado en Cataluña en unas generales- fue de calibre social. La ministra de Defensa criticó los recortes que está llevando a cabo el Gobierno de la Generalitat. «Si con la excusa de la crisis sacrificamos la Sanidad o la Educación, si escatimamos lo imprescindible como están haciendo CiU y PP, acabaremos peor de lo que estábamos: empobrecidos y sin futuro», aseguró.
Chacón, elegida candidata con el 94,5% de votos a favor, insistió en emparejar a nacionalistas y populares en otros momentos de su discurso, porque «CiU se rasga las vestiduras con algunos asuntos, pero cuando existe la opción de pactar se olvida del recurso contra el Estatut y del de la inmersión lingüística» y acaba pactando con el PP. «Y hará lo mismo con Rajoy» porque, según ella, ambas formaciones representan «la misma política con dos lenguas diferentes», remachó.
Chacón también defendió ante los electores las inversiones de los gobiernos socialistas en Cataluña y presentó su biografía como fruto de las políticas sociales del PSOE: «Soy la nieta de Severina, una portera del barrio de Sants. Luché contra un corazón defectuoso gracias al sistema sanitario público, me ayudaron a estudiar las becas de Felipe González y también pude irme de Erasmus»

Nuestra Constitución, en peligro



Tribuna El País.-
La Constitución española de 1978 está hoy en riesgo de extinción. O sea, de muerte por incumplimiento, por falta de respeto o por pérdida de su energía vivificadora: el consenso. Si seguimos así la Constitución puede perder su virtualidad básica de regular la convivencia y dar expresión a una voluntad de vivir juntos.
El texto de 1978 precisa reformas sustanciales y por consenso. No retoques apresurados.
La Constitución nació en clima de consenso muy amplio. Fue esa su principal virtud. El gran acuerdo, a la salida del franquismo, se fraguó en el seno de la generación de la Transición, formada por quienes nacimos -año más, año menos- entre 1930 y 1945. Entre nosotros hubo gentes de ideología muy diversa y antagónica. Pero escogimos, en contra de nuestras tradiciones y hábitos ancestrales, ceder -todos- un poco. Y así nació la Constitución.
Ahora venimos sufriendo un drástico empeoramiento en el clima de nuestra convivencia. La generación de la Constitución ha hecho mutis. Las generaciones más jóvenes andan indignadas, con bastante razón, porque nadie les preguntó nada, no se sienten representadas y además padecen un paro escandaloso.
Al mismo tiempo, el cambio climático consistió en una degradación del diálogo político, en un encono y unos enfrentamientos verbales que causan sonrojo.
Los dos grandes partidos ya no buscan lugares de encuentro.
Las leyes orgánicas no se aprueban por amplio acuerdo. Las saca el partido gubernamental con sus votos, complementados por nacionalistas, a los que se les va traspasando, de la otrora gran alcachofa de competencias estatales, una hojita cada vez, a la que, a veces, tenían perfecto derecho.
Por su parte esos partidos nacionalistas actúan con frecuencia como si no existiese Constitución o no regulase su conducta. Se desentienden de ella.
Es una situación grave. Así no se puede seguir, entre otras razones porque se acabó la alcachofa. Y ya solo piden la autodeterminación o la independencia.
Con 33 años de vigencia formal sin apenas modificación, nuestra Constitución debería haber sido ya reformada en aspectos sustanciales, siempre mediante un consenso equiparable al de 1977-1978.
No ha sido así. Solo se han producido inciertas mutaciones constitucionales, o sea, cambios reales, sin reforma explícita. Mutaciones discutibles que, a veces, solo quedan respaldadas por mayoría rasposa en un Constitucional incompleto, dividido y en crisis.
En nuestro caso el cambio climático ha degradado la discusión política con pérdida de altura, precisión y transparencia.
Los políticos se han enzarzado en un tipo de argumentación ad hominem, en el "más eres tú", en la aplicación sistemática de la ley del embudo, en denunciar la paja en el ojo ajeno, conolvido de la viga en el propio.
Les gusta meter el dedo en el ojo al adversario político, como ya hemos visto en el fútbol. Entre tanto, el debate público se ha reducido a un penoso intercambio de reproches sobre trajes y facturas, EREs para amigos o parientes, faisanes, pillerías varias y hasta delitos o presuntos delitos.
El resultado es que la clase política ha caído en lo más bajo de la credibilidad social. Lo dicen las encuestas y no se equivocan mucho. Nos encontramos en una situación insostenible.
La reciente reforma del artículo 135 de la Constitución no ha resuelto gran cosa. Ha habido voces discrepantes en cuanto al fondo y en cuanto a la forma. Pero no se ha dicho con suficiente claridad que en la práctica no teníamos otra opción. Y no la hemos tenido por nuestra mala cabeza; por no habernos enterado hasta muy tarde de lo que se nos venía encima y de qué iba la cosa. Esta es la realidad. Que la reforma sirva, o no, lo sabremos pronto. De momento los mercados no están apaciguados, ni la Bolsa boyante, ni barata la financiación de la deuda. Pero el problema no vino en modo alguno por falta de normas.
Así en diciembre de 2001 ya se aprobó una Ley de Estabilidad Presupuestaria (Ley 18/2001). Allí se proscribía el déficit presupuestario, y se ordenaba mantenerlo siempre por debajo del 3%, con una cierta flexibilidad. Esta ley firmada por Aznar fue corregida por otra de Zapatero, más laxa, promovida por Pedro Solbes. Es la Ley 15/2006, que mantiene el objetivo de estabilidad pero admite alcanzarlo "a lo largo del ciclo económico" y no año a año. Quiero decir que nunca nos faltaron en la materia leyes prudentes. Pero se incumplieron, en especial por algunas comunidades autónomas.
Poco después, tras la crisis financiera, con Grecia, Irlanda y Portugal ya intervenidos, el Banco Central Europeo nos sacó, junto a Italia, las castañas del fuego, al menos por un rato. Y los dos grandes de la Unión nos pidieron -rápida- esa reforma constitucional. ¿Cabía responderles que no? ¿Podíamos argüir que somos independientes, soberanos y con derecho a la libre autodeterminación? No, porque ya estábamos vendidos. Y por ese camino podríamos vernos pronto, quizá, también intervenidos, forzados a más sacrificios o a cosas peores.
Pero esta no es la reforma constitucional que necesitamos. Se precisa una más amplia, que vaya al fondo de nuestros problemas; que se estudie bien y no se improvise; que no se haga al dictado de nadie. Un cambio con amplio consenso, que mire hacia el futuro; que se apruebe por referéndum y plantee (y resuelva) cuestiones como estas: ¿Qué debe ser España en los próximos 50 años? ¿Qué deseamos que sea? ¿Un país que juegue -perenne- en la segunda división de la Unión Europea? ¿Pretendemos ver la península Ibérica integrada por dos o tres países "bálticos", insolidarios, jugando por libre en la Unión, con Portugal donde siempre y los mesetarios, como España residual, arrinconados? ¿Vale para el futuro el sistema actual de las 17 comunidades, cada una con su autonomía despilfarradora o insolidaria? ¿Cabe reconstituir el sistema autonómico? ¿Sería posible cerrar un pacto federal entre nosotros, basado en la firme voluntad de vivir juntos y fijar con claridad las competencias de la Federación y los Estados federados, de modo que podamos hablar con voz fuerte en la Unión? ¿No será hora de cambiar la ley electoral y hacerla más adaptada a esa realidad, en la línea del sistema alemán? ¿No hay que acabar con las ominosas listas cerradas y bloqueadas? ¿Queremos ser un Estado laico o seguir como un Estado aconfesional en los términos de la Constitución? Y así, sucesivamente.

El pacto constitucional de 1978 perseguía una España democrática, descentralizada y respetuosa con los derechos ciudadanos. Lo consiguió. Hoy el objetivo es introducir reformas que nos permitan estar presentes y actuar en la Unión Europea con voz propia e influyente. Urge salir del pelotón de los torpes, en el que entramos por nuestra mala cabeza. Las viejas nociones de soberanía, independencia, autodeterminación, etcétera, están en crisis. Hay que pensar en términos de interdependencia, de poderes públicos en varios niveles, de identidades abiertas y plurales. No debemos huir de Europa, sino cooperar a que haya más Europa.
Para andar por ese camino y renovar nuestra Constitución se precisan al frente de los partidos (de todos, pero sobre todo de los grandes) auténticos estadistas. Recuerdo haberlo escrito en estas mismas páginas poco antes de las anteriores elecciones generales, en las que se apuntaba ya el triunfo de Zapatero, como sucedió. Afirmé que se precisaban estadistas y no políticos de regate en corto y ocurrencias cambiantes. Me atreví incluso a propugnar una gran coalición al estilo de Alemania entonces. El estrepitoso silencio en torno a la propuesta fue justo castigo a mi osadía. Pero mejor nos hubiera ido. Hoy las letras ZP desaparecen para del futuro. Prima la R de Rajoy, que se dibuja como próximo presidente del Gobierno, y la R de Rubalcaba, futuro jefe de la oposición, salvo que el batacazo del PSOE sea tan monumental que desista de su labor de oposición y deje el paso a otro (u otra), lo que sería, en mi opinión, negativo con vuelta a lo mismo.
Mal tiempo es una precampaña electoral para pedir reflexión. Pero cualquiera que sea el Gobierno que salga de las urnas en noviembre solo una cooperación entre Rajoy y Rubalcaba para reformar la Constitución, expresada en la fórmula R+R, podría marcar una línea de solución. Y en cambio tendremos el fracaso asegurado -a mayor o menor plazo- si frente a R+R optamos por seguir erre que erre.
Juan Antonio Ortega Díaz-Ambrona es consejero electivo de Estado.

10 símbolos del despilfarro que no sufren recortes en Cataluña

Mientras la Generalitat de Cataluña desarma a base de recortes el Estado del Bienestar, otros capítulos presupuestarios, muchos relacionados con políticas identitarias, permanecen inamovibles ejercicio tras ejercicio. ALEX GUBERN / BARCELONA.- ABC.- 28-09-2011
10 símbolos del despilfarro que no sufren recortes en Cataluña

El coche «tuneado» de Benach, ex presidente del Parlament.

1. Política lingüística: En el pasado ejercicio, la Generalitat gastó 159 millones en fomentar el uso social de la lengua, sin contar en este apartado todo el capítulo de enseñanza, con el modelo de inmersión como guía. Así, se han destinado casi 20 millones a la subvención directa de diarios, televisiones y radios que utilizan el catalán, y en 2012 se destinarán 1,4 para doblaje, copia y promoción de películas en catalán.

2. Consejo de Garantías Estatutarias: El Estatuto fija la creación de una institución que asesore jurídicamente sobre el Estatuto y la Constitución. El cometido principal del Consejo de Garantías es la emisión de dictámenes previos, por ejemplo, a la interposición de una demanda ante el TC. Para su funcionamiento en 2011 se han consignado 3,6 millones, de los cuales 2,7 para personal.

3. Síndic de Greuges y otros organismos: La Generalitat se ha dotado de una estructura paralela de instituciones con correspondencia a nivel estatal. Se cuenta con Defensor del Pueblo propio («Síndic de Greuges») dotado con 7.9 millones. Del mismo modo, hay una Comisión Jurídica Asesora (3,4 millones), Sindicatura de Cuentas (12), Oficina Antifraude (5,3) o Consejo de Trabajo, Económico y Social (2,9).

4. Consejos Comarcales: La maraña administrativa tiene en los consejos comarcales —uno por cada una de las 41 comarcas— su ejemplo más sofisticado. La entidad, destinada a ayudar a los pequeños municipios, tiene una partida de 630 millones (500 para servicios y el resto para personal). Tienen 2.700 trabajadores; unos mil son consejeros. Son el perfecto refugio para centenares de cargos. Ahora, la pretensión de añadir otro nivel administrativo —siete veguerías con las que sustituir a las cuatro provincias— ha sido paralizada por el Parlament.

5. Medios públicos de comunicación: La Generalitat destina en el actual presupuesto 388 millones a TVC y otros 49 a Catalunya Ràdio, buques insignia de los medios públicos en Cataluña. Son señalados como principales agentes «en el mantenimiento del uso social del catalán, como efecto compensador del alud de oferta en castellano», tal y como se recoge en la memoria de los presupuestos. Dan empleo a 1.874 trabajadores en el caso de la televisión y 421 en el de la radio.

6. «Embajadas» y política exterior: El Gobierno catalán destina en 2011 una partida de 35 millones de euros a Acción Exterior, de los cuales 22 son para acciones de cooperación al desarrollo (principalmente a través de la concesión de subvenciones a ONG; esta partida ha pasado de 39 a 22 millones) y 13 (fueron 17,4 en 2010) para relaciones exteriores, cantidad en la que se incluye el mantenimiento de las seis delegaciones, o embajadas, y 35 oficinas comerciales en el exterior.
7. Selección catalana de dardos: La secretaria general de Deporte de la Generalitat tiene un presupuesto de 82 millones, y entre sus funciones está la de fomentar las selecciones deportivas catalanas, que recibieron en 2010 una subvención de 1,2 millones. El último logro, conseguir el reconocimiento de la selección catalana de dardos.

8. La «Diada» no se toca: Pese a la oleada de recortes generalizada, la Generalitat anunció que no pensaba modificar el formato del acto institucional de la «Diada» del 11 de septiembre, que se celebra frente a la puerta del Parlament, y que costó 300.000 euros el pasado año. Otras recepciones, como la de Sant Jordi, sí se han visto reducidas.

9. Informes de escándalo: Uno de los ejemplos más destacados de despilfarro de dinero público, asociado al amiguismo directamente, es el de los informes. Solo en 2007, cuando estalló el escándalo, se encargaron 1.583, por un importe de 31 millones. Se descubrieron algunas perlas, como el estudio de una agencia de detectives sobre el cultivo de la avellana o sobre el mejillón cebra
.
10. Consejero del CAC, un destino dorado: Los órganos de supervisión audiovisual han sido tradicionalmente un destino dorado, aunque ahora se ha reducido su número. La CCMA (Corporación Catalana de Medios Audiovisuales), que controla los medios públicos, pasa de doce a cinco miembros, y el CAC (Consejo del Audiovisual de Cataluña), de diez a cinco. Los sueldos de los consejeros, por encima de los 100.000 euros.
 
*.- La Consejería de Bienestar y Familia de la Generalidad Catalana ha anunciado a las residencias de ancianos y centros de discapacitados concertados y colaboradores que dejará de enviarles su aportación mensual correspondiente a septiembre y octubre por falta de liquidez.

Gastará más de un millón en doblar 25 películas al catalán
Los médicos catalanes cobrarán el 50% de su paga navideña
........................

martes, 27 de septiembre de 2011

El profesorado está harto

A Coruña - 23/09/2011. El País.
El profesorado está harto. Harto de ver como se le ningunea cuando se trata de los diseños curriculares, cuando se toman decisiones de mejora de la calidad de la enseñanza, cuando se quita valor a la instrucción en aras de funciones asistenciales que no corresponden a su formación.
Pero también está harto de la imagen que las autoridades dan de su trabajo ante la opinión pública.
El profesorado no trabaja 18 horas, trabaja 37 horas y media. Igual que un periodista no trabaja solo cuando está delante de las cámaras o del ordenador y un médico no trabaja solo cuando pasa consulta.
Un profesor dedica otras tantas horas como las lectivas a corregir trabajos del alumnado, proyectos para actividades de excelencia educativa, evaluaciones y reuniones que se prolongan, en ocasiones, hasta pasadas las 10 de la noche, actividades extraescolares que requieren una presencia 24 horas que nadie remunera como las excursiones, aún a riesgo de su responsabilidad personal.
Desde luego el profesorado está harto y esto no se soluciona a golpe de decreto.
Las autoridades educativas podrán aumentar sus funciones haciendo que el profesorado recoja adolescentes que van solos al cine y al botellón en el autobús, podrán dedicar la formación del profesorado a hacer guardias de pasillo y dar materias para las que no están titulados, pero eso no aumentará nuestros resultados en los informes internacionales, ni mejorará en forma alguna la convivencia ni la autoridad del profesorado.

viernes, 23 de septiembre de 2011

Un matrimonio fracasado

Declaraciones del "Bachiller" Montilla






El expresidente de la Generalitat José Montilla aseguró ayer que «las capacidades y la estructura productiva» de Cataluña hacen que la independencia sea «factible», aunque apuntó que «no es deseable». En una conferencia celebrada en Manresa (Bages) en el marco del cincuenta aniversario de la entidad Òmnium Cultural, Montilla comparó la viabilidad de una Cataluña independiente con la de otros países como Lituania o Kosovo.

Está claro que un país de siete millones de habitantes, con las capacidades y la estructura productiva de Cataluña puede ser independiente. Naturalmente que sí. ¡Lo son Andorra, Lituania o Kosovo, que son más pequeños!», dijo Montilla.
Acto seguido, se apresuró a afirmar que la independencia, pese a ser «factible», no es deseable, ya que «no es lo que conviene a la mayoría de ciudadanos»
El expresident reafirmó su compromiso con el Estatut aprobado en 2006 y recordó, que pese a la sentencia del Tribunal Constitucional, este sigue «vigente y con todas sus potencialidades». Montilla apostó decididamente por defender el Estatut «de forma democrática, mayoritaria y unitaria entre todas las fuerzas del catalanismo».



Montilla ha aprovechado este punto del discurso para hacer una referencia a CiU: «Desconfío de los que son independentistas a ratos y de los que no explican claramente al pueblo de Cataluña cual es su horizonte».

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Sin acritud

Cinco días antes de las autonómicas, el entonces presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, alertaba en un mitin contra el programa de María Dolores de Cospedal porque iba a incluir privatizaciones y recortes en servicios públicos.
Al mismo tiempo, negociaba en secreto con Hacienda un plan de ajuste similar.
Si la dieta Cospedal ha causado polémica, también habría sido impopular el programa que Barreda pretendía aplicar si ganaba las elecciones.
Según el documento que remitió a Elena Salgado, estaba dispuesto a emprender un ajuste que incluía privatizar colegios, residencias y autopistas.
La respuesta que fue recibiendo de Hacienda era que sus medidas eran insuficientes para corregir el déficit, y se le reprochaba falta de concreción en el 70% del plan.
Todo ello en secreto, sin que ni Barreda ni Salgado hicieran públicos sus intercambios de ideas en plena campaña electoral autonómica.
El documento llamado Plan Económico-Financiero de Reequilibrio de la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha y al que ha tenido acceso EL MUNDO, plantea a Salgado ahorrar dinero tras las elecciones del 22 de mayo con medidas como éstas:

PRIVATIZACIONES.
«Se llevarán a cabo los estudios necesarios con vistas a analizar la viabilidad de proceder a la privatización de determinados servicios públicos», planteó la vicepresidenta de la Junta María Luis Araújo.
Y mencionó «las residencias de mayores gestionadas actualmente por la Consejería de Salud y Bienestar Social [...] y algunos centros públicos de enseñanza no universitaria». En este último caso, se trataría de colegios e institutos que dejarían de impartir enseñanza pública para pasar a ser gestionados «en régimen de concierto».

También figuran en este bloque «las autopistas, autovías y otras infraestructuras de titularidad regional, que pasarán a explotarse a mediante el cobro a los usuarios de peaje».
Al igual que su sucesora al frente del Ejecutivo regional, María Dolores de Cospedal, Barreda también propuso «la privatización de la Radio y Televisión de Castilla-La Mancha». Esta última tiene un coste de 60 millones de euros.

SUBIDAS DE IMPUESTOS.
El proyecto, que quedó en borrador al no ser nunca aprobado por Hacienda, también establecía «el aumento del tipo autonómico» en el IRPF y «la creación de un nuevo tramo de la escala» para los contribuyentes castellano-manchegos.
También se comprometía a «estudios de similar naturaleza en el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones de cara a cuantificar el potencial incremento de ingresos derivado de la eliminación de los actuales beneficios fiscales incluidos en la normativa autonómica de este impuesto».
En la lista incluyó un incremento de entre el 20% y el 40% del Impuesto sobre Determinadas Actividades que Inciden en el Medio Ambiente, que grava «la producción nuclear de energía eléctrica, el almacenamiento de residuos radioactivos o la emisión de elementos contaminantes a la atmósfera».

UNIVERSIDAD.
«Se elevarán las tasas universitarias de forma que pasen a cubrir el 100% del coste de la provisión de la enseñanza, salvo en determinadas carreras que se consideran de interés regional y que se determinarán en función de las tasas de paro de los titulados tanto actuales y previstas», incluye el plan de ajuste.
Lo acompaña de un nuevo sistema de becas para los estudiantes «que sobresalgan por su rendimiento».

PERSONAL DOCENTE.
Barreda se propuso la «anulación de acuerdos retributivos pendientes con el personal docente», lo que privaba a los profesores de la subida salarial del 1,23% prometida, equivalente a 32 euros mensuales a cada uno de ellos con un ahorro regional de 14 millones.
También estaba dispuesto a «suspender el régimen de incentivos especiales a la jubilación anticipada del personal docente», con un ahorro adicional de seis millones.