jueves, 13 de mayo de 2010

Sin ayudas a políticos, sindicatos y sectores se ahorrarían 20.400 millones


El debate está servido. ¿Dónde meter la tijera? Zapatero anunció un recorte público de 15.000 millones hasta 2011. Sin embargo, la eliminación de Ministerios superfluos, ayudas sectoriales y subvenciones a partidos, sindicatos y dictadores supondría un ahorro superior a los 20.300 millones de euros en un solo año.

M. Llamas. LD.
Una vez anunciado el necesario recorte de gasto público, el debate está servido.
¿Por dónde debería el Gobierno meter primero el imprescindible tijeretazo presupuestario?.
Los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2009 -ya ejecutados- contienen una sinfín de partidas superfluas, cuya completa eliminación en ningún caso afectaría a las prestaciones públicas básicas ni a las inversiones productivas como, por ejemplo, las infraestructuras.
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, obligado por Bruselas y el Fondo Monetario Internacional (FMI), ha sido aplastado finalmente por la realidad del desajuste fiscal que sufren las cuentas públicas españolas, hasta el punto de que el miércoles anunció en el Congreso un recorte presupuestario extra de 15.000 millones de euros entre 2010 y 2011. Este plan tiene por objetivo reducir el déficit público del 11,2% del PIB en 2009 al 6,5% en 2011.
Para ello, Zapatero ha anunciado, por primera vez en la historia de la democracia, que recorta un 5% el sueldo a los funcionarios en 2010 (bajando un 15% a los altos cargos) y los congela para 2011, tal.
Además,elimina el "cheque bebé", congela las pensiones y reduce las ayudas a las personas dependientes, elimina 1.200 millones de euros en transferencias a comunidades autónomas y ayuntamientos, baja la inversión estatal en 6.045 millones y reduce las ayudas al desarrollo en 600 millones de euros (sólo en 20% del total).
Según las estimaciones iniciales, el ahorro cuantificado se distribuiría de la siguiente forma:
1. Recorte del sueldo a los funcionarios: reduce la retribución del personal del sector público de media un 5% a partir de junio de 2010 y se congela para 2011; el Gobierno, por su parte, recorta los suyos en un 15%.
El Ejecutivo estima un ahorro inicial de 2.400 millones de euros en 2010 que, sumado a la congelación de 2011 -cuyo recorte aún no ha cuantificado-, daría como resultado un total de hasta 7.200 millones en dos años.
2. Congelación de pensiones (1.500 millones): el Gobierno suspende para 2011 la revalorización de pensiones -en función del aumento de la inflación-, excluyendo las no contributivas y las mínimas.
3. Cheque-bebé (1.500 millones): se elimina la prestación de 2.500 euros por nacimiento desde el 1 de enero 2011.
4. Ayuda oficial al desarrollo (600 millones): el recorte se aplicará entre 2010 y 2011.
5. Inversión pública: reducción de 6.045 millones en inversión pública estatal durante los dos próximos años. Según el ministro de Fomento, José Blanco, esta decisión supondrá un retraso en las obras acordadas de un máximo de un año y una media de seis meses.
6. Transferencias a CCAA y ayuntamientos: ahorro adicional de 1.200 millones de euros por parte de las Comunidades Autónomas y las Entidades Locales.
7. Si ello se suma el coste, aún no cuantificado del resto de medidas (eliminación del régimen transitorio para la jubilación parcial previsto en la ley 40/2007; adecuación del número de unidades de los envases de medicamentos para ajustarlo a la duración estandarizada de los tratamientos; reducción del precio de aquellos medicamentos no genéricos excluidos del sistema de precios de referencia; y la eliminación de la retroactividad de las ayudas a la dependencia desde el momento de la solicitud), el ahorro total anunciado por Zapatero podría oscilar entre los 15.000 y los 20.000 millones de euros.
¿Hay alternativa?
Dicha cantidad podría ser recortada en tan sólo un ejercicio -en lugar de dos- mediante la supresión de subvenciones improductivas, cursillos para parados que no logran recolocar trabajadores, ayudas a dictadores del Tercer Mundo y subvenciones a partidos políticos y sindicatos.
Ninguno de estos recortes afectaría a partidas consideradas normalmente como fundamentales para el mantenimiento del Estado de Bienestar (Educación, Sanidad, paro o pensiones), ni a las funciones básicas del Estado (Defensa, Seguridad interior y Justicia, entre otras funciones).
Con los siguientes recortes en los PGE de 2009 y a los que ahora se sumaría la eliminación de subvenciones políticas y sindicales, el Estado se ahorraría un total de 20.374 millones de euros tan sólo un año:
1. Partidos políticos: las formaciones con representación en las Cortes Generales se repartieron en 2010 un total de 85,41 millones de euros en concepto de subvenciones del Estado para su financiación ordinaria y para gastos de seguridad. Los dos partidos mayoritarios copan estas ayudas públicas, con 35,84 millones para el PP y 33,89 millones para el PSOE.
2. Sindicatos: sólo en 2009, el Gobierno ha dado a UGT y CCOO 193 millones de euros, repartiendo por igual a ambas organizaciones.
3. Ministerio de Cultura: 414 millones de euros
Cooperación, promoción y difusión cultural en el exterior (18,7 millones); Promoción y cooperación cultural (48,1); Promoción del libro y publicaciones culturales (16,01); Fomento de las industrias culturales (27,08); Música y danza (125,64); Teatro (54,9); Cinematografía (124,22 millones).
4. Ministerio de Exteriores: 2.919 millones de euros
Cooperación para el desarrollo (2.808 millones de euros), que consiste en la concesión de millonarias ayudas públicas a países subdesarrollados o en vías de desarrollo que, en la mayoría de los casos, carecen de sistemas demócraticos consolidados; Cooperación, promoción y difusión cultural en el exterior (111,9).
5. Ministerio de Vivienda: 1.617 millones.
6. Ministerio de Igualdad: 140,9 millones
7. Imprevistos y funciones no clasificadas: 2.094 millones. Es una partida que sirve como cajón de sastre, ya que el Gobierno emplea estos fondos de modo arbitrario.
8. Ministerio de Industria: 4.425 millones
Desarrollo industrial (517,3 millones); Reconversión y reindustrialización (754,2); Desarrollo alternativo de las comarcas mineras del carbón (280,3); Explotación minera (749,5); Normativa y desarrollo energético (80,4); Promoción comercial e internacionalización de la empresa (651,3); Ordenación y modernización de las estructuras comerciales (28,9); Coordinación y promoción del turismo (769,5); Apoyo a la pequeña y mediana empresa (134,5); Infraestructuras en comarcas mineras del carbón (460 millones).
9. Ministerio de Fomento: 908, 7 millonesSubvenciones y apoyo al transporte terrestre (737,7); Subvenciones y apoyo al transporte marítimo (114,049); Subvenciones al transporte extrapeninsular de Mercancías (57 millones).
10. Ministerio de Trabajo: 7.577 millonesCooperación para el desarrollo (3,7 millones); Fomento de la inserción y estabilidad laboral (7.574 millones de euros), que consiste en la celebración de cursos para parados, normalmente gestionados por los sindicatos, y cuya eficacia para recolocar parados es casi nula, y en todo caso, muy inferior a la de las empresas de trabajo temporal (ETTs), según los expertos.
TOTAL: 20.374 millones de euros sólo en 2010. Cifra superior o, como mínimo, próxima, al recorte anunciado por Zapatero, que afectará a funcionarios, pensionistas y dependientes.¿Dónde recortar? El debate político, social y económico está servido.

El PSOE alecciona a sus cargos para «no meterse en líos» al explicar los ajustes


El PSOE ha elaborado una instrucción, que ha repartido entre todos sus dirigentes, con consejos para "no meterse en líos" ni hablar "de lo que no se sabe" a la hora de explicar a la ciudadanía el alcance de las medidas de ajuste anunciadas por el jefe del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.
Según han indicado fuentes de la dirección federal socialista, se trata de que los cargos del partido den cuenta "mucho y bien" de las medidas anunciadas, que incluyen la congelación de las pensiones para 2011 o la bajada de un 5 por ciento del sueldo de los funcionarios este año.

En este sentido, los socialistas han sido ilustrados para justificar estas medidas, partiendo del argumento de que la otra alternativa que había para bajar el déficit era reducir las prestaciones a los desempleados, que no se verán afectadas.
"Pero no hay que hablar de lo que no se sabe", han precisado las mismas fuentes, que se han referido al caso concreto de una posible subida de impuestos, que no es una de las medidas previstas por el momento y cuya concreción o no tiene que decidir el Ejecutivo.
Más allá de la polémica fiscal, la dirección socialista también quiere que los dirigentes del partido se abstengan de aventurarse en otras cuestiones todavía no definidas, como es la progresividad exacta que se aplicará en los salarios públicos y cuáles se recortarán menos del 5 por ciento y cuáles más.
El PSOE está preocupado por la repercusión de la congelación de las pensiones y quiere que cale en la ciudadanía el mensaje de que las mínimas y las no contributivas no van a reducirse, sino que mantendrán su poder adquisitivo en 2011.
Respecto a la ley de dependencia, el mensaje es que no se van a recortar derechos, sino que se acometerá un ajuste para evitar situaciones de "desequilibrio" como las que, según los socialistas, han venido produciéndose en las comunidades valenciana y madrileña, que demoraban "considerablemente" los trámites y luego había que abonar los retrasos.

Golpe al Estado del bienestar



EL plan anunciado ayer por el presidente del Gobierno dejó en el tintero una medida inaplazable, de carácter político: su dimisión y la convocatoria de elecciones anticipadas. Lo sucedido en los últimos días con el Gobierno de España significa su inhabilitación como responsable de la política nacional, porque nada de lo que ayer dio a conocer Rodríguez Zapatero se habría adoptado si la UE -e incluso Estados Unidos- no hubiera decidido decretar una intervención inmediata de la economía española. La gravedad de nuestra situación se mide por la secuencia de injerencias directas protagonizadas por Merkel y Obama para exigir -no para pedir- reformas que hagan que España deje de ser una amenaza para el euro y la estabilidad occidental.
Esta es la situación real de España, como bien dijo Rajoy en uno de sus mejores discursos parlamentarios. España es un «protectorado» económico de Bruselas, y la razón es muy sencilla. Mientras que la crisis griega es un problema esencialmente griego, la crisis española es un problema europeo, agravado por la soberbia del presidente del Gobierno, que ayer mismo seguía anunciando el inicio de la recuperación a lomos de la décima de punto que, según el Banco de España, ha crecido la economía española en el primer trimestre de este año.
En sólo tres días, Rodríguez Zapatero se ha anulado a sí mismo como responsable de la gobernación de España, no por haber tomado medidas duras contra la crisis, sino por haberlo hecho tarde, mal y empujado por la presión internacional. No son decisiones soberanas del Gobierno de España, debatidas con la oposición parlamentaria española y aprobadas con el respaldo de la sociedad española. Son el producto de la desautorización europea a la gestión realizada por Rodríguez Zapatero. Por eso no puede Zapatero presentarse como líder de un giro en política económica que le viene impuesto. Nadie lidera estrategias ajenas. Su discurso es el de un portavoz de Bruselas, no el del presidente del Gobierno de España. De rechazar la semana pasada una aceleración en la reducción del gasto público, Zapatero ha pasado a mutilar algunos de los avances sociales con los que decoraba sus mandatos demagógicamente. Zapatero anunció ayer el mayor recorte social que se recuerda en la historia democrática, afectando aspectos tan nucleares del Estado del bienestar como los sueldos y las pensiones -siempre son gobiernos socialistas los que recortan pensiones, mientras que el PP las garantizó por ley-, y cancelando iconos de su política social como el «cheque-bebé» o los gastos de dependencia. Tendrá que explicar el Gobierno cómo va a dejar sin efecto, salvo que consiga apoyos suficientes en el Congreso, la ley de consolidación y racionalización del Sistema de Seguridad Social de 1997, que estableció que las pensiones serán revalorizadas al comienzo de cada año en función del correspondiente índice de precios al consumo. Por otra parte, la reducción media del 5 por ciento del sueldo de los funcionarios es una decisión profundamente injusta e incluso tramposa, porque no hay medidas complementarias que impidan la contratación de más personal eventual y contratado. No se trata de que los funcionarios cobren menos; se trata de que haya menos gasto de personal, y esto sólo se consigue frenando, y luego reduciendo, el número de eventuales, asesores y gabinetes, lo que incumbe también a todos los gobiernos autonómicos. Además, no es aceptable que los pensionistas pierdan poder adquisitivo mientras la desproporcionada estructura administrativa del Estado (central, autonómica y municipal) permanece intacta. Antes que las pensiones deben ser prioritarios los ministerios ociosos, las subvenciones clientelares, los despilfarros autonómicos y el descontrol municipal.
Las medidas anunciadas ayer -y las que no anunció, pero sí insinuó, como una subida de impuestos- deben ser analizadas meticulosamente, porque no por ser duras van a ser eficaces. Sin duda, servirán de muy poco si el mercado laboral sigue sin ser reformado, si no hay reforma financiera y si no se pone en marcha un proceso legislativo urgente de armonización del Estado autonómico, para reforzar el Estado central y dotarlo de mecanismos de decisión económica y política que han sido transferidos pensando que en España no iban a ser necesarias políticas de cohesión nacional crítica.
En definitiva, hay más que crisis económica. El desprestigio internacional de España es absoluto y será a muy largo plazo. Patética está siendo la presidencia europea. El Gobierno socialista ha perdido definitivamente su discurso político, recortando derechos sociales, pero manteniendo las hemorragias de dinero público en gastos corrientes y en estructuras administrativas ineficientes. Ahora bien, no sólo es responsabilidad del Gobierno. A esta situación también se ha llegado por el coro de complacientes -sindicatos, gurús, minorías parlamentarias- que han secundado por intereses de menor cuantía -o de máxima, según el caso- la gran estafa política cometida por el Gobierno socialista de Rodríguez Zapatero contra la sociedad española.

miércoles, 12 de mayo de 2010

De Largo Caballero a Corto Zapatero.


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El problema económico y su solución
JUAN VELARDE FUERTES.- ABC. Jueves , 13-05-10
En estos momentos muy duros de nuestra economía precisamos señalar la raíz del problema y, de modo derivado, la posible solución. Esa se encuentra en la incapacidad que ha mostrado la economía española, más concretamente desde 2003 a 2007, de combinar fuerte desarrollo económico y equilibrios en las balanzas exteriores.
Para mantener el desarrollo sin problemas era necesaria la llegada, bien de capital extranjero a largo plazo, con sus complementarias aportaciones tecnológicas, o bien fondos a corto plazo. La política económica española impulsó esto último sencillamente a través de bonos de nuestras instituciones crediticias que se colocaban en otras instituciones financieras del exterior.
La segunda circunstancia remota se halla en nuestra participación en la Eurozona. Nos introdujimos en un área monetaria óptima y aceptamos perder el control del tipo de cambio y del tipo de interés, que pasó al Banco Central Europeo. De esta forma, como simultáneamente no resolvimos problemas microeconómicos, nos encontramos con que los precios españoles crecían por encima de los tipos de interés que determinaba el BCE. Teníamos, pues, tasas negativas para el pago de nuestros préstamos. Tal excelente situación provocó un alud de endeudamiento en las empresas financieras, en las no financieras y en las economías domésticas. En parte considerable, bastantes de los impulsos derivados se fueron al sector de la construcción. No se tuvo en cuenta que para mantenernos en un área monetaria óptima es necesario que no existan desequilibrios exteriores significativos.
De manera próxima surgieron dos cuestiones enlazadas. Por un lado, el sistema financiero mundial crujió a partir del verano de 2007. Naturalmente, esto cortó la posibilidad de la cómoda financiación que recibía nuestra economía para sus desequilibrios exteriores. Simultáneamente, como esto produjo desorganización del aparato productivo, a partir del lógico hundimiento del sector inmobiliario, con el añadido de un fuerte incremento del paro, el Sector Público decidió poner remedio a través de incrementos notables del gasto público, creando en el año 2009 el mayor déficit presupuestario que, respecto al PIB, ha existido nunca en nuestra economía; esto es además del endeudamiento de empresas y familias, ahora fue el Sector Público el que pasó a añadir la suya a esta deuda. La gran interrogación surgida en los mercados financieros internacionales fue: ¿va España a ser capaz de devolver estas deudas?
Así es como surgió nuestro enlace con la coyuntura económica mundial. Los datos del Banco de Pagos Internacionales de Basilea mostraron la magnitud del endeudamiento de nuestro sistema crediticio. Simultáneamente se comenzó a observar qué era lo que sucedía en otros países de la periferia de Europa: Irlanda, Portugal, Italia y Grecia. El conjunto alarmó, pero especialmente cuando se comprendió la magnitud, y el significado, de la deuda española. Una suspensión de pagos por parte de España podría significar, debido a que nuestro país no tomaba medida alguna para comenzar a poner en orden sus finanzas, el hundimiento de parte significativa del sistema crediticio europeo. Esto, de inmediato, originaría que el estallido de la bomba financiera española borraría casi todas las posibilidades de salida de la crisis por parte de países fundamentales de Europa. Pero esto, de manera inmediata, arrastraría al euro, complicando, por supuesto, su contrapartida, el dólar. La subida de la moneda norteamericana acarrearía dificultades para que los Estados Unidos pudiesen de algún modo aliviar, a través de las exportaciones, su propia crisis económica. Las consecuencias, por tanto, de la penosa situación financiera española abarcaban puntos fundamentales de la coyuntura económica mundial. Esto es lo que explica lo sucedido en reuniones, conferencias, llamadas telefónicas, que culminaron con la decisión española del 12 de mayo de 2010. Lo que esto significa es un esfuerzo macroeconómico equilibrador muy fuerte nuestro para que las economías extranjeras no sufran el penoso impacto que España podría originar. Pero no quiere decir en absoluto que sirva para aliviar, excepto en el sentido de que no vamos a empeorar en medio de un importante cataclismo económico internacional, nuestra coyuntura.
Lo que se ha dejado a un lado y se encuentra ahí de nuevo amenazándonos es la solución por el camino microeconómico de nuestros problemas. La relación de los mismos impresiona. ¿Qué decir de lo que sucede con la energía, a causa de ese error colosal que significa la huida de las centrales nucleares, acompañado de una serie de medidas equivocadas sobre las tarifas y la deuda de las empresas? Cuando se repara en lo que ocurre en el terreno de las industrias manufactureras, contemplamos no sólo una caída verdaderamente espectacular en su participación en el PIB, sino que al estudiar las causas vemos una apuesta, ciertamente muy preocupante, hacia actividades relacionadas con tecnologías muy poco avanzadas. Como estas son accesibles a países competidores pobres que, además, tienen niveles salariales más bajos que los nuestros, el problema de nuestra competitividad queda agravado.
Pero no sólo es esto. En el sector crediticio vemos que está sin resolver el arduo problema de las Cajas de Ahorros, sobre el que habremos de retornar una y otra vez. Pero en el Sector Público cuestiones tan fundamentales para la marcha de la economía como la importancia del impuesto de sociedades parecen varadas en las playas del olvido, seguramente como consecuencia del problema del déficit. El miedo a las reacciones sindicales bloquea todo lo vinculado con el mercado del trabajo. El análisis de la ley de Okun muestra una separación radical de la creación de empleo en España y en otros países europeos al crecer el PIB: nosotros necesitamos una mayor tasa de desarrollo para la misma creación de empleo. ¿Y qué decir de la ruptura de los mercados de factores productivos y bienes y servicios derivada de lo que sucede en las diversas, y a veces contrapuestas, políticas económicas de las Autonomías? Y a todo esto, agréguese que no se atiende a cuestiones fundamentales para el desarrollo, como la educación o el aprovechamiento de la renta de situación internacional española a través de las infraestructuras adecuadas.
Todo esto quiere decir que en estos momentos lo que se alivia es la situación internacional y no se agrava, por ello, la situación española. Pero también que abandonamos toda posibilidad de salir de la crisis económica. Si además de ello el mundo financiero internacional continúa condenando a España con la consiguiente falta de llegada de fondos del exterior y, lógicamente, con salida de fondos de España para salvarse nuestros empresarios con su internacionalización, pasaríamos a encontrarnos en una situación de decadencia económica prolongada. De algún modo esto semejaría lo ocurrido después del gran impulso que tuvo nuestra economía en el siglo XVI, que fue seguido a lo largo de todo el siglo XVII con una caída espectacular que se convirtió en una rémora para poder impulsarla adecuadamente, cuando a finales del siglo XVIII llegó la Revolución Industrial. Una y otra vez hay que pensar en aquella frase del profesor Olariaga: «Ocho, diez años en la vida económica moderna son suficientes para encumbrar a un pueblo en el concierto internacional o para dejarlo batido y rezagado por medio siglo». En una situación democrática, pues, la responsabilidad de todos y cada uno es formidable.

Rosa Díez, a Zapatero: "Sea usted patriota, convoque elecciones"



Los pocos minutos de los que dispone como diputada del grupo mixto han bastado a Rosa Díez para lanzar un demoledor discurso contra Zapatero en el que le ha recordado que lleva dos años diciendo lo contrario de lo que ahora ha hecho y le ha pedido que "sea patriota y convoque elecciones".
Una vez más Rosa Díez ha sido la voz más dura contra el Gobierno en el debate sobre los recortes presupuestarios de este miércoles. La líder de UPyD ha destrozado en su breve intervención el discurso de Zapatero y ha terminado siendo la única que ha pedido al presidente que asume su responsabilidad convocando elecciones: "Sea usted patriota, dénos a los españoles la capacidad de decidir" ha dicho, para a reglón seguido terminar: "Sea usted patriota, deje de especular y convoque elecciones".
Antes de eso ha recordado ha Zapatero que las medidas que ahora anuncia el presidente del Gobierno son "exactamente lo contrario que ha venido diciendo durante los dos últimos años" y ha afirmado que "gobernar en tiempos de bonanza lo sabe hacer cualquiera, pero es en tiempos de crisis cuando hacen falta gobernantes, que es lo que no hemos tenido", según la líder de UPyD.

Díez ha ido incrementando el tono duro de su discurso y ha dicho a Zapatero que "incluso haciendo todo lo contrario se equivoca", ya que en su opinión son también necesarias otras medidas como la "reforma laboral, la recuperación de impuestos como el de Patrimonio o alguna de las grandes reformas políticas que son necesarias", en referencia a una reordenación del gasto autonómico.

Además, ha aclarado a Zapatero que "especular es la razón de ser de los mercados", pero que precisamente "usted y su gobierno han especulado" con comportamientos como "negar la crisis, aprobar un presupuesto en 2009 que sabían que era falso, derrochar dinero público buscando rédito político, no hacer nada a la espera de que otros nos arreglen los problemas".

"Usted y únicamente usted y su Gobierno son responsables", ha concluido Díez, responsabilidad por la que ha pedido a Zapatero la inmediata convocatoria electoral.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Lo que dijo nuestro PRESIDENTE

Antipatriotas: «El PP está creando un alarmismo injustificado que puede dañar las buenas expectativas. Es lo menos patriótico que conozco».
Desempleo: «Crearemos hasta dos millones de nuevos puestos de trabajo y colocaremos la tasa de paro en el 7%».
Endeudamiento: «Nuestro país se situará en apenas dos años como el menos endeudado».
Solidez: «La base de la economía española es más firme y segura que en ningún otro momento del pasado. Es una economía mucho más potente».

martes, 4 de mayo de 2010

La Bolsa española se despeña arrastrada por Grecia


Cierra con un -5,41% y pierde la referencia de los 10.000 enteros. La caída se agrava un punto tras la intervención del presidente

La Bolsa española firmó hoy su segunda mayor caída del año, arrastrada por el temor de los inversores al contagio de la crisis griega, después de que surgiera el rumor de que España podría necesitar 280.000 millones de euros en ayudas, lo que llevó al Ibex 35 a cerrar la sesión con un retroceso del 5,41%, marcando su mínimo anual y con todos sus valores en negativo. Durante toda la jornada, la bolsa española pagó el miedo de los inversores a que tras el rescate griego los especuladores inicien sus ataques contra otros países europeos en situación delicada, como España o Portugal.
El selectivo inició la sesión con pérdidas, pero éstas no se agudizaron hasta que los rumores de que el país podría segir los pasos de Grecia y solicitar la intervención de sus socios europeos. La intervención del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, quien desde Bruselas calificó de "absoluta locura" estas acciones especulativas y aseguró confiar en la "fortaleza y la solvencia de las cuentas públicas" españolas, no sirvió para frenar la caída libre de un índice que ya retrocedía más de un 5% y había perdido el soporte de los 10.000 puntos. El Ibex concluyó la jornada por debajo de esta cota por primera vez desde julio de 2009, al cerrar en 9.859,10 puntos.
Además, la agencia de calificación Fitch se vio obligada a negar que tenga intención de seguir los pasos de Standard & Poor's, que el pasado 28 de abril rebajó la nota de la deuda española a largo plazo hasta 'AA' desde 'AA+' con perspectiva 'negativa, después de que en los mercados se especulara con esta posibilidad. Fuentes de la agencia aseguraron que no tienen intención de rebajar la calificación de la deuda soberana española, que actualmente ostenta la 'AAA' con perspectiva estable, la máxima nota posible. Sin embargo, la psicósis ya se había instalado en los inversores.
La apertura a la baja de Wall Street, que al comienzo de la sesión caía alrededor del 1%, contribuyó también a que el selectivo español firmara su peor jornada del año.
El mayor descenso de la jornada fue para Sacyr Vallehermoso, que se dejó un 10,15%, seguido de Telecinco (-8,41%), BBVA (-7,59%) y Banco Popular (-7,34%), mientras que Banco Santander cayó un 7,08%. En el lado opuesto se situó Telefónica, con una caída de sólo el 3,75%.
A pesar del pánico vivido en el parqué madrileño, las mayores pérdidas del continente se registraron en Atenas, cuya bolsá cerró con una caída del 6,6%, mientras que Milán retrocedió el 4,70% y el PSI-20 portugués se dejó un 4,21%. El resto de mercados europeos tampoco se libró de las pérdidas, si bien sus descensos fueron más moderados que el sufrido por el selectivo español. Así, París retrocedió el 3,64%, mientras que Fráncfort se dejó un 2,60% y el FTSE londinense cayó un 2,56%.

Peligro: Zapatero niega que España necesite 280.000 millones...


La prensa europea vuelve a arremeter contra Zapatero
Les Echos así como International Herald Tribune coinciden en advertir que España es víctima de la podredumbre moral y el sonambulismo de Zapatero
JUAN PEDRO QUIÑONERO I PARÍS
Actualizado Martes , 04-05-10 a las 16 : 43
Les Echos, matutino financiero, e
International Herald Tribune (IHT) edición europea del New York Times (NYT), coinciden en advertir que España es víctima, al mismo tiempo, de la podredumbre moral y el sonambulismo del presidente Zapatero.
Les Echos describe por lo menudo una realidad inquietante: Crisis moral superpuesta a la crisis económica; descontrol del gasto público de los gobiernos autonómicos; un gobierno de España aparentemente incapaz de imponer a los gobiernos autonómicos una disciplina que hace aguas por todas partes; unos sindicatos más proclives a defender a Garzón que a los trabajadores; unos grupúsculos nacionalistas tan divididos como alentados por un presidente del Gobierno que ha perdido el rumbo; y, colmo de desdichas, una oposición empantanada en un rosario de escándalos... En Espagne, une crise économique et aussi moral.
IHT / NYT insisten menos en la crisis moral que en la crisis económica y social, acentuada por el sonambulismo de Zapatero, indeciso, insignificante e incapaz de acometer reformas que se aplazan desde hace años, agravando una situación crítica. Describen una patética realidad, abandonada a España a unas fuerzas exteriores que “escapan a su control”, como consecuencia de la inacción absoluta, aplazando, aplazando, y aplazando políticas, reformas y medidas cuyo aplazamiento complica y agrava el drama en curso.
IHT ilustra su análisis, devastador, con una imagen de Zapatero sonriendo y lacónico, sin entender, comprender ni ser capaz hacer nada para evitar la catástrofe precipitada por su sonambulismo político, sin rumbo conocido, Spain Seen as Moving Slowly on Financial Reforms.

sábado, 1 de mayo de 2010

Un problema gravísimo del que se habla poquísimo.









Alejandro Macarrón Larumbe
Artículo publicado en Expansión el 24/04/2010 bajo el título Un Problema gravísimo, del que se habla poquísimo.
No es un problema exclusivo de España, sino de casi todo el mundo desarrollado y en desarrollo, pero aquí es particularmente agudo. Nuestras tasas de natalidad son tan raquíticas que equivalen a un suicidio demográfico a cámara lenta del pueblo español. Y nos abocan a una estructura de población cada vez más envejecida y probablemente menguante, con consecuencias muy ingratas en materia económica y social. Es algo que no parece preocupar lo debido a los españoles y a sus clases dirigentes e intelectuales, a juzgar por lo poco que, para su enorme gravedad, se habla y publica sobre esta cuestión, y lo poquísimo que se hace para tratar de solucionarla.
El estado de la cuestión demográfica
Desde 1861 a 1980, en España nacieron prácticamente todos los años entre 600.000 y 700.000 personas, salvo períodos tan difíciles como 1937-1939 y 1941-1942. Como la esperanza de vida no paró de mejorar desde 1900, gracias sobre todo a los avances de la medicina, la higiene y una mejor alimentación, aunque las tasas de nacimientos por mil habitantes descendieron de forma paulatina a lo largo del siglo XX, la población española crecía de forma continua, algo muy positivo para nuestra economía y signo de vitalidad de la sociedad española.
Pero el número de nacimientos cayó en picado a partir de 1977, disminuyendo un 46% en menos de dos décadas (!!!), hasta unos 363.000 en 1995-1996, cuando nuestra natalidad tocó fondo. Desde entonces, gracias sobre todo a los inmigrantes, hemos llegado a 518.000 nacimientos en 2008, cifra que descendió ligeramente, hasta 509.000, en 2009. Pero la inmigración se ha frenado en seco con la crisis.
Según el avance de datos del padrón municipal recién publicados por el INE, si a finales de 2007 había 749.000 extranjeros más empadronados que un año antes, y al terminar 2008 había 380.000 más, en los siguientes doce meses esta cifra apenas creció en 60.000 personas. Esta caída del 92% en dos años del incremento anual del número de inmigrantes empadronados, combinada con el hecho de que muchos extranjeros que abandonan España no acuden a su ayuntamiento a darse de baja en el padrón -por ahorrarse el trámite, y más si prevén, o cuando menos no descartan, un eventual regreso a España en el futuro, algo especialmente lógico en el caso de los rumanos / inmigrantes comunitarios y magrebíes-, indicaría un flujo migratorio neto negativo desde mediados o finales de 2009.
Y como la fecundidad de los inmigrantes también suele caer drásticamente cuando se acostumbran a nuestro modo de vida, con la excepción parcial de los musulmanes, es posible que a lo largo de 2010 o en 2011 comencemos a perder población, algo que no sucedía desde la guerra civil, y que no ayudaría precisamente a una recuperación vigorosa de nuestra economía de la actual recesión.
En la muy envejecida Alemania, donde el invierno demográfico comenzó antes que aquí, la población disminuye desde 2004, y muere más gente de la que nace desde, por lo menos, 1998. Esto explica mucho de por qué, en la última década, Alemania ha crecido menos que la eurozona prácticamente todos los años, su consumo es débil, y su tasa de ahorro, elevada.
Algo similar pero peor cabe decir de Japón, el país más envejecido del mundo, cuya economía sigue sin recuperarse de la burbuja inmobiliaria-bursátil de hace veinte años, y que si antaño fue imperio “del sol naciente”, hoy se le podría llamar “del nipón menguante”, pues pierde población y sus perspectivas demográficas son horrorosas.
Con nuestras actuales tasas de fecundidad (estimadas por el INE en 1,44 hijos por mujer en 2009), aún necesitaríamos casi un 50% más de nacimientos, unos 250.000 al año, simplemente para asegurar el reemplazo de la población (2,1 hijos por mujer, una tasa desconocida en España desde hace treinta años). Y si al comienzo del reinado de D. Juan Carlos I los nacimientos superaban a las muertes por millar de españoles en más de diez, a finales de los años 90 estuvimos al borde del decrecimiento vegetativo (más defunciones que nacimientos), algo que sólo evitamos por poco al acudir en masa inmigrantes a España.
Pero este aflujo de extranjeros se ha reducido drásticamente con la crisis económica, y porque ya no es viable permitir una inmigración masiva, por su impopularidad y por la presión de la Unión Europea.

La España que languidece, y la que la sustituye en parte
El INE estima que en 2009 murió más gente de la que nació en dieciocho provincias españolas, según puede apreciarse en la tabla adjunta, cuyos datos muestran un deterioro espeluznante de nuestra vitalidad demográfica. Entre las provincias con saldo vegetativo negativo figura la otrora boyante Vizcaya, en la que hace sólo un tercio de siglo nacían doce personas más de las que fallecían por cada mil habitantes.
El año pasado fallecieron más de dos personas por cada bebé en Lugo, Orense y Zamora. En Asturias, murieron 1,6 personas por cada nacimiento. En siete de las ocho provincias castellanoleonesas falleció más gente de la que vino al mundo, y lo mismo sucedió en las cuatro provincias gallegas. Y aunque otras provincias y regiones, sin llegar ni de lejos a los nacimientos necesarios para el reemplazo de la población, presentan un mejor perfil demográfico (como Madrid, Murcia, Cataluña, Valencia, Baleares o Andalucía), en casi todos los casos esto se debe, en lo esencial, a los inmigrantes.
Y si en 1996 sólo el 3,3% de los nacidos en España tenían madre extranjera, en 2008 este porcentaje alcanzó el 20,7% (siendo los inmigrantes sólo el 12% de la población actual de España), proporción que llegó casi al 36% en Gerona y superó el 30% en cinco provincias más (Lérida, Tarragona, Almería, Baleares y Castellón), sobrepasando el 25% en La Rioja, Madrid, Segovia, Soria, Teruel, Alicante, Murcia, Barcelona, Cuenca, Huesca y Zaragoza.
Los datos del INE sólo contienen dos noticias excelentes
Una es magnífica para todos: nuestra esperanza de vida al nacer sigue creciendo, a razón de casi tres meses por año. Paradójicamente, como no tengamos más hijos / jóvenes que nos sostengan en la vejez, ese extra de esperanza de vida podría tener sabor agridulce a la postre, al desequilibrar aún más la pirámide de población, haciéndola cada vez más cabezona en las edades avanzadas respecto de las franjas de edades intermedias, las que mueven la economía.
Y la otra noticia también es excelente, pero sólo para los amantes de la Alianza de las Civilizaciones, la religión islámica y sus valores: el porcentaje de nacidos en España de madre musulmana no deja de crecer. La madre de casi el 5% de los bebés españoles de 2008 es marroquí, porcentaje que crece año a año y que casi se duplica en Cataluña -donde, precisamente, están surgiendo los primeros partidos “inmigrófobos” de España-, Murcia o La Rioja. Lógicamente, la proporción es muy superior en Ceuta y Melilla, con un 17% y un 34%, respectivamente, de hijos de madre marroquí en 2008.
Y si a los nuevos españoles de madre marroquí añadimos el resto de los de madre africana, en su gran mayoría de religión mahometana, y los de madre paquistaní o siria, los porcentajes de hijos de mujer musulmana superan el 9% también en Aragón o Baleares.
Ahora bien, siendo justos, si los marroquíes y musulmanes ganan sin parar cuota étnico-religiosa en España es, sobre todo porque los seguidores de Mahoma, en su inmensa mayoría, hacen simplemente lo que deben, de acuerdo con su condición humana y su religión: tener hijos, buscarse la vida donde mejor puedan encontrarla, y propalar sus creencias.
Y la raíz profunda del posible problema de esto para España -del que los recientes incidentes en la mezquita de Córdoba o el incidente del velo en un colegio de Pozuelo podrían ser apenas un aperitivo- no son quienes, no habiendo nacido en España y siendo de religión y/o costumbres muy distintas a las nuestras, tratan de ocupar el apetecible vacío que produce nuestra infertilidad colectiva, sino esta última, el rey desnudo de este triste cuento.Artículo elaborado por Alejandro Macarrón Larumbe, consultor de estrategia empresarial y finanzas corporativas.