El
Comité Federal se reafirma en que la culpa de la crisis global es de los
neoliberales
El
PSOE convierte a Zapatero en impulsor de la reactivación económica mundial
La
primera resolución política del Comité Federal del PSOE, en mucho tiempo, que
no mencione al adversario político. Siempre había quejas, siempre algún
reproche. Hoy, no.
(En
la foto, el Presidente del Gobierno español con el responsable de la Crisis
Mundial).
El
documento que se sometará a votación en el máximo órgano entre congresos habla
casi en exclusiva de la crisis global, de la economía, del Gobierno y de
Zapatero. La cita de hoy arrojará, seguro, un resultado a mayor gloria del
secretario general del PSOE. Basta un vistazo al texto, en el que se llega a
decir que el Gobierno de España, con Zapatero a la cabeza, «ha liderado
una auténtica ofensiva coordinada para impulsar la reactivación de la economía,
reformar el funcionamiento de los mercados financieros, modificar las
instituciones que los regulan y evitar tentaciones proteccionistas (...)».
El
PSOE habla también de la reunión del G-20 en Washington y saca pecho con la
presencia de España en la cita, que atribuye directamente a l «reconocimiento
expreso del peso de nuestro país en la escena internacional».
«La
presencia de España, a través del presidente del Gobierno -prosigue-,
constituye un éxito colectivo y corrobora la acertada estrategia política y
diplomática, basada en el apoyo a las instancias y las decisiones
multilaterales, que se ha llevado a cabo desde el año 2004».
Más
claro: España, según los socialistas, «está ahora situada en el centro de las
grandes decisiones mundiales, las que afrontan cómo reactivar la economía,
solucionar los problemas financieros, e impulsar el crecimiento, el orden y la
estabilidad.
Huelga
decir que el PSOE respalda en la resolución política las medidas adoptadas por
el Gobierno para la reactivación de la economía nacional, y también «el impulso
por parte del Gobierno de un nuevo orden financiero internacional que ponga fin
a la especulación sin control y sin límites» que se ha propugnado desde
«sectores neoliberales y conservadores». Frente a ellos, los socialistas dicen
sentirse «orgullosos» de un Gobierno que defiende una economía de mercado
basada en valores que «pongan fin al servicio de las empresas, los ciudadanos y
de su bienestar, y no las orienten a la búsqueda obsesiva del beneficio
inmediato, egoísta y depredador».
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