sábado, 29 de noviembre de 2008

Monjas


"Felizmente, la ausencia de mitos bélicos bajo el franquismo tardío, por deterioro y descrédito de la narración de los vencedores y por ausencia de una narración antagónica en la oposición, facilitó la transición a la democracia.
Lo que se negoció entre el franquismo reformista y el antifranquismo no fue una depuración de responsabilidades criminales de los bandos contendientes en la guerra civil sino una forma de gobierno
Hubo cesiones mutuas y hubo acuerdo, y de ese acuerdo no derivó solamente la asunción por la monarquía constitucional de valores y principios de la tradición republicana, desde el sufragio universal al Estado Autonómico.
Fue posible también la reivindicación histórica de figuras del bando republicano y su incorporación a una cultura cívica común. El caso de Azaña es el más conspicuo, pero no el único.
Una democracia fundamentada en acuerdos pragmáticos no es una democracia amnésica. Por el contrario, necesita de la historia porque el pragmatismo sólo encuentra justificación en la experiencia, pero no admite otro mito que ella misma. La difusión del mito cainita de la guerra civil a rebufo del insensato experimento de la Memoria Histórica ha hecho algo más que asimilar la política a una guerra de carnaval. Ha llenado la imaginación de muchos con pornografía de paseos, fusilamientos y violaciones de monjas, como era de temer. Que el periódico español de mayor tirada airee alegremente este tipo de fantasías resulta obsceno e intolerable, pero la solución no está en escandalizarse, sino en advertir a quien corresponda que tal escalada puede acabar peor que el rosario de la aurora. Ayudaría mucho que los socialistas tuvieran los arrestos y la decencia de declarar que no se acercarán un palmo más al abismo por ese camino, y menos con ciertos compañeros de viaje".
Monjas (JON JUARISTI. Domingo, 30-11-08)

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