Zapatero aprovechó la copa navideña en La Moncloa para dar a entender que no cambiará ministros antes de la Presidencia española de la UE. Admite que las elecciones vascas van a estar «reñidas» entre PNV y PSE y cree que Touriño lo tiene más fácil en Galicia
GABRIEL SANZ MADRID
Pedro Solbes va a tener que esperar año y medio para plantearse «qué otras cosas hacer en la vida» fuera de la política. Ayer, su jefe dio a entender a todo aquel que le quiso oír en la copa de Navidad de La Moncloa que no piensa cambiar ni al vicepresidente segundo ni a nadie del Gobierno antes del semestre de Presidencia española de la UE. Y ésta finaliza el 30 de junio de 2010.
José Luis Rodríguez Zapatero ya había aconsejado el martes a los periodistas «no perder el tiempo» haciendo ahora quinielas de ministrables. Quedaba por saber si habría que hacerlas el verano próximo. Parece que tampoco. Ayer, a mediodía, con la confianza que otorga hablar en corrillo con una copa en la mano, explicó por qué una crisis de Gobierno no entra en su horizonte «ni inmediato ni mediato»: hay mucho que preparar en la agenda del semestre UE -le gustaría que algunos aspectos estuvieran ya más avanzados-, como para afrontar el parón administrativo que conlleva toda reorganización de altos cargos. Los actuales ministros tienen mucho tajo, insistió, y ni él ni Solbes ni nadie está cansado de sus obligaciones.
El mensaje lanzado por Zapatero es más de consumo interno en el partido y en el Gobierno, porque los rumores habían crecido hasta niveles peligrosos para la credibilidad de un gabinete que sólo tiene ocho meses. Ayer, a escasos metros del líder socialista, personas de su entorno argumentaban que si un presidente cambia un Gobierno a los ocho meses de formarlo «automáticamente tendría que preguntarse qué ha hecho mal».
Por otro lado, el jefe del Gobierno afirmó que las elecciones gallegas de la primavera próxima son las «más claras». Pronosticó que el PSdeG seguirá gobernando con Emilio Pérez Touriño a la cabeza, mientras que en el País Vasco el resultado será más «reñido» entre el PNV y el PSE. En cuanto a las elecciones europeas, Zapatero cree que ganará PSOE o PP en función de cómo vaya la crisis económica en mayo y de la participación que se registre el 7 de junio.
«En los próximos días o semanas», el Ejecutivo hará otra propuesta de sistema de financiación a las autonomías
Confía en el PP
El presidente del Gobierno se refirió también a la tensión de los últimos días entre PSOE y PP, a propósito de la idoneidad de disolver ya los 42 ayuntamientos gobernados por ANV, como piden los populares y rechazan los socialistas. Zapatero dijo que no cree que lo ocurrido responda a una estrategia deliberada de Mariano Rajoy y puso como ejemplo el hecho de que, en esta legislatura, el líder de la oposición no le ha preguntado ni una sola vez sobre terrorismo en las sesiones de control al Gobierno. Otra cosa es, aclaró, que dirigentes populares caigan en la tentación de volver al discurso duro.
En algunos de los diversos corrillos que formó con los informadores, José Luis Rodríguez Zapatero siguió mostrando su confianza en llegar pronto a un acuerdo para el nuevo sistema de financiación autonómica. Por la mañana, en la sesión de control al Gobierno había anunciado al portavoz de ERC, Joan Ridao, que «en próximos días o semanas» habrá una nueva propuesta de financiación. Ya en la copa navideña confesó no entender la prisa del Gobierno catalán para que sea antes del 31 de diciembre porque, aunque fuera más tarde. el sistema entrará en vigor el 1 de enero de 2009. Zapatero restó importancia a las amenazas del PSC con un: «Nosotros somos el PSC».
GABRIEL SANZ MADRID
Pedro Solbes va a tener que esperar año y medio para plantearse «qué otras cosas hacer en la vida» fuera de la política. Ayer, su jefe dio a entender a todo aquel que le quiso oír en la copa de Navidad de La Moncloa que no piensa cambiar ni al vicepresidente segundo ni a nadie del Gobierno antes del semestre de Presidencia española de la UE. Y ésta finaliza el 30 de junio de 2010.
José Luis Rodríguez Zapatero ya había aconsejado el martes a los periodistas «no perder el tiempo» haciendo ahora quinielas de ministrables. Quedaba por saber si habría que hacerlas el verano próximo. Parece que tampoco. Ayer, a mediodía, con la confianza que otorga hablar en corrillo con una copa en la mano, explicó por qué una crisis de Gobierno no entra en su horizonte «ni inmediato ni mediato»: hay mucho que preparar en la agenda del semestre UE -le gustaría que algunos aspectos estuvieran ya más avanzados-, como para afrontar el parón administrativo que conlleva toda reorganización de altos cargos. Los actuales ministros tienen mucho tajo, insistió, y ni él ni Solbes ni nadie está cansado de sus obligaciones.
El mensaje lanzado por Zapatero es más de consumo interno en el partido y en el Gobierno, porque los rumores habían crecido hasta niveles peligrosos para la credibilidad de un gabinete que sólo tiene ocho meses. Ayer, a escasos metros del líder socialista, personas de su entorno argumentaban que si un presidente cambia un Gobierno a los ocho meses de formarlo «automáticamente tendría que preguntarse qué ha hecho mal».
Por otro lado, el jefe del Gobierno afirmó que las elecciones gallegas de la primavera próxima son las «más claras». Pronosticó que el PSdeG seguirá gobernando con Emilio Pérez Touriño a la cabeza, mientras que en el País Vasco el resultado será más «reñido» entre el PNV y el PSE. En cuanto a las elecciones europeas, Zapatero cree que ganará PSOE o PP en función de cómo vaya la crisis económica en mayo y de la participación que se registre el 7 de junio.
«En los próximos días o semanas», el Ejecutivo hará otra propuesta de sistema de financiación a las autonomías
Confía en el PP
El presidente del Gobierno se refirió también a la tensión de los últimos días entre PSOE y PP, a propósito de la idoneidad de disolver ya los 42 ayuntamientos gobernados por ANV, como piden los populares y rechazan los socialistas. Zapatero dijo que no cree que lo ocurrido responda a una estrategia deliberada de Mariano Rajoy y puso como ejemplo el hecho de que, en esta legislatura, el líder de la oposición no le ha preguntado ni una sola vez sobre terrorismo en las sesiones de control al Gobierno. Otra cosa es, aclaró, que dirigentes populares caigan en la tentación de volver al discurso duro.
En algunos de los diversos corrillos que formó con los informadores, José Luis Rodríguez Zapatero siguió mostrando su confianza en llegar pronto a un acuerdo para el nuevo sistema de financiación autonómica. Por la mañana, en la sesión de control al Gobierno había anunciado al portavoz de ERC, Joan Ridao, que «en próximos días o semanas» habrá una nueva propuesta de financiación. Ya en la copa navideña confesó no entender la prisa del Gobierno catalán para que sea antes del 31 de diciembre porque, aunque fuera más tarde. el sistema entrará en vigor el 1 de enero de 2009. Zapatero restó importancia a las amenazas del PSC con un: «Nosotros somos el PSC».
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