Rodríguez Zapatero admitió «dificultades a corto y medio plazo», pero pidió «paciencia» a los españoles porque las medidas económicas nunca tienen efecto «de hoy para mañana». Y advirtió: «El Gobierno está estudiando y sigue preparando, en función de la evolución de la situación, nuevas medidas».
Veinte medidas
El Consejo de Ministros ha tomado 20 medidas para reactivar la economía, entre las que incluyó la devolución de 400 euros a cada contribuyente, la devolución del IVA a las empresas mes a mes, ampliar la disponibilidad de crédito oficial, acelerar la licitación de obra pública -7.000 millones de euros-, el plan de ayuda a los desempleados de la construcción con más de 200 millones de euros y el plan VIVE, para estimular la renovación del parque automovilístico (aunque Solbes ha manifestado sus dudas sobre la viabilidad financiera de esta última medida).
Un Gobierno enfadado con el mundo
Mientras desde diversos sectores arrecian las críticas al Gobierno por la pérdida de peso específico de España en el terreno internacional, en el Ejecutivo socialista se observa una tendencia a la crítica severa de algunos de los principales líderes mundiales: George W. Bush, Angela Merkel, Nicolas Sarkozy, Silvio Berlusconi…
El elegido ahora ha sido el presidente del Banco Central de Europeo, Jean-Claude Trichet, cuyos análisis no ratifican las teorías sobre la crisis («desaceleración», según la versión de Rodríguez Zapatero).
Veinte medidas
El Consejo de Ministros ha tomado 20 medidas para reactivar la economía, entre las que incluyó la devolución de 400 euros a cada contribuyente, la devolución del IVA a las empresas mes a mes, ampliar la disponibilidad de crédito oficial, acelerar la licitación de obra pública -7.000 millones de euros-, el plan de ayuda a los desempleados de la construcción con más de 200 millones de euros y el plan VIVE, para estimular la renovación del parque automovilístico (aunque Solbes ha manifestado sus dudas sobre la viabilidad financiera de esta última medida).
Un Gobierno enfadado con el mundo
Mientras desde diversos sectores arrecian las críticas al Gobierno por la pérdida de peso específico de España en el terreno internacional, en el Ejecutivo socialista se observa una tendencia a la crítica severa de algunos de los principales líderes mundiales: George W. Bush, Angela Merkel, Nicolas Sarkozy, Silvio Berlusconi…
El elegido ahora ha sido el presidente del Banco Central de Europeo, Jean-Claude Trichet, cuyos análisis no ratifican las teorías sobre la crisis («desaceleración», según la versión de Rodríguez Zapatero).
Zapatero culpa a Trichet de la subida de hipotecas por su irresponsabilidad.
Preocupado por la amenaza de una huelga del transporte contra la subida del gasóleo que puede desabastecer supermercados, José Luis Rodríguez Zapatero decidió ayer que, además, él no se va a hacer responsable de una previsible subida de las hipotecas tras situarse el Euríbor en el 5,41% después de que el presidente del Banco Central Europeo (BCE), el francés Jean-Claude Trichet, anunciara un posible alza de los tipos de interés en julio. Máxime, cuando el propio Zapatero había dicho a los españoles en campaña electoral (cuando el Euribor estaba al 4,4%) que el tipo europeo «no subirá más».
Ayer, en León, donde inauguró el nuevo Centro Nacional de Tratamiento de Multas Informatizadas, el presidente del Gobierno, en una insólita declaración, apuntó al, a su juicio, culpable del alza del precio del dinero y de la gasolina: «Lo que recomendaría al señor Trichet es más prudencia en sus declaraciones. Creo que es aconsejable. Todos respetamos la independencia del BCE, pero todos esperamos responsabilidad del BCE. Ayer (por el viernes) se produjo un alza del Euríbor y del precio del petróleo, seguramente exagerado, y el día antes se habían producido unas manifestaciones del presidente del BCE. Creo que es aconsejable más prudencia».
Fuentes gubernamentales admiten que no es habitual un cruce de declaraciones entre el presidente del BCE y un jefe de gobierno de la UE, pero añaden que tampoco lo son las declaraciones como las de Trichet y añaden: «Zapatero ha dicho en público lo que todos los jefes de gobierno dicen en privado»
Y en efecto, salvo Zapatero, ni un solo dirigente europeo ha criticado en público las palabras de Trichet en las que vaticina una «posible, pero no segura» subida de tipos en la próxima reunión del 3 de julio.
Preocupado por la amenaza de una huelga del transporte contra la subida del gasóleo que puede desabastecer supermercados, José Luis Rodríguez Zapatero decidió ayer que, además, él no se va a hacer responsable de una previsible subida de las hipotecas tras situarse el Euríbor en el 5,41% después de que el presidente del Banco Central Europeo (BCE), el francés Jean-Claude Trichet, anunciara un posible alza de los tipos de interés en julio. Máxime, cuando el propio Zapatero había dicho a los españoles en campaña electoral (cuando el Euribor estaba al 4,4%) que el tipo europeo «no subirá más».
Ayer, en León, donde inauguró el nuevo Centro Nacional de Tratamiento de Multas Informatizadas, el presidente del Gobierno, en una insólita declaración, apuntó al, a su juicio, culpable del alza del precio del dinero y de la gasolina: «Lo que recomendaría al señor Trichet es más prudencia en sus declaraciones. Creo que es aconsejable. Todos respetamos la independencia del BCE, pero todos esperamos responsabilidad del BCE. Ayer (por el viernes) se produjo un alza del Euríbor y del precio del petróleo, seguramente exagerado, y el día antes se habían producido unas manifestaciones del presidente del BCE. Creo que es aconsejable más prudencia».
Fuentes gubernamentales admiten que no es habitual un cruce de declaraciones entre el presidente del BCE y un jefe de gobierno de la UE, pero añaden que tampoco lo son las declaraciones como las de Trichet y añaden: «Zapatero ha dicho en público lo que todos los jefes de gobierno dicen en privado»
Y en efecto, salvo Zapatero, ni un solo dirigente europeo ha criticado en público las palabras de Trichet en las que vaticina una «posible, pero no segura» subida de tipos en la próxima reunión del 3 de julio.
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