jueves, 12 de junio de 2008

Diferencia entre igualdad y demagogia


Guerra explica a Bibiana Aído la diferencia entre igualdad y demagogia
Guerra, que es un hombre de izquierdas sin matices, sigue en 2008 sin tener complejos para decir lo que piensa. Pese a quien pese, aunque sea pese a algunos miembros del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

Miembros, y no "miembras": la propuesta de la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, de crear un femenino para "miembro", no ha dejado indiferente a Guerra. Para el actual presidente de la Comisión Constitucional del Congreso de los Diputados imponer un lenguaje artificial "políticamente correcto" no tiene nada que ver con la igualdad entre hombres y mujeres, y quien se dedique a esa tarea estará "perdiendo el tiempo, y haciéndoselo perder a los demás".

Guerra tiene razones tanto lingüísticas como de mero sentido común para defender su postura. En español, desde los mismos orígenes del castellano, existen los nombres genéricos, del mismo modo que existe el género epiceno y el neutro. Forzar una aparente y artificial feminización del lenguaje implica confundir los géneros gramaticales con la igualdad entre los sexos, y en definitiva una notable ligereza en el uso del idioma común a todos los españoles, que es un bien constitucionalmente protegido. La igualdad entre todos los ciudadanos, de la que la igualdad de derechos entre los sexos es una parte, merece un trato más serio que el que parece darle Aído con este tipo de ideas.

Como Guerra ha recordado, la lengua es patrimonio de todos los hablantes –y especialmente de los hablantes cultos o de aquellos con una relevancia pública que los lleve a ser modelos para los demás-, "hay que dejarla vivir sola" y es "un error garrafal" tanto prohibir el uso de ciertas expresiones como "potenciar que se hable" de una manera impuesta, forzada o innatural. El veterano político ha añadido un ejemplo irónico muy de su estilo: "¿Cómo decimos? ¿El portavoz, la portavoza?". Si "miembra" y otras imposiciones del mismo tipo realmente fuesen una demanda de la sociedad española no haría falta una ministra para lanzar ocurrencias.

La igualdad, que sí necesita ser defendida, no se construye con este tipo de ideas. La corrección política y el buenismo oficialista son los peores aliados que pueden buscarse para la verdadera igualdad.

El mismo PSOE, a la hora de la verdad, se está lanzando a una campaña de imagen en torno a la igualdad pero se olvida de la igualdad milimétrica en su vida interna. Jesús Caldera, al preparar la ponencia marco que se someterá a votación en el XXXVII congreso socialista de julio, sólo ha tenido colaboradores hombres: el sociólogo José Andrés Torres Mora, el ex subdirector de la Oficina Económica del presidente del Gobierno Carlos Mulas Granados, el ex director del gabinete de Justicia David Jiménez Glück, y el antes subdirector del gabinete del presidente del Gobierno, Enrique Guerrero. Zapatero y Caldera han creído que son las personas más adecuadas para la tarea, y no les ha importado que sean sólo hombres; del mismo modo hay que suponer que no les habría preocupado que fuesen sólo mujeres.

Otra reacciones: Las críticas a "Una mujer incapaz"
“El caso de Bibiana Aído es un buen ejemplo de la profecía que se autocumple. La profecía feminista de que habrá igualdad el día en el que el mismo número de mujeres incapaces que de hombres ocupe el poder.
(…) De todas las muestras de inconsistencia ofrecidas por Aído esta semana, hay una, la más escandalosa, que se ha pasado por alto. Y es que la ministra ni siquiera se había leído previamente su discurso del Congreso. Cuando llegó a aquello de «miembros y miembras», tuvo la imprudencia de mostrar su sorpresa y la caradura de reírse de su propio texto.
Después, la desfachatez de alegar un lapsus, sin aclarar que el lapsus consistía en haberse presentado a su primera comparecencia sin conocer ni lo que iba a leer. Luego, la ignorancia de recurrir a la delirante excusa de las costumbres latinoamericanas sobre las miembras. Y aún más, la provocación de sugerir que su lapsus, producto de un viaje latinoamericano, fuera incorporado al diccionario.

Respecto al teléfono para canalizar la agresividad de los maltratadores y los intentos de matización del día siguiente, parece más de lo mismo. No se había molestado en conocer con antelación los despropósitos preparados por sus asesoras. Le costó lo mismo leerlos en el Congreso que corregirlos al día siguiente. Al fin y al cabo, no eran ideas suyas. Pronostiqué tras su comparecencia que la suya sería la carrera más breve de este Gobierno”.

Los miembros de la Real Academia Española Salvador Gutiérrez y Gregorio Salvador han destacado la incorrección del termino "miembra", utilizado por la ministra de Igualdad. Para Salvador la ministra no cometió un error, sino que utilizó el término "conscientemente", porque es "defensora de todas esas mandangas, de esa confusión de sexo y género". Sobre la petición de Aído de que "miembra" se incluya en la RAE, los académicos dicen que "siempre tenemos locos pidiendo cosas peregrinas". "Casi nunca nadie está solo en su propia estupidez, siempre tiene acompañantes".

El enfado de la ministra
La ministra de Igualdad está enfadada con la prensa. O, por lo menos, molesta, como demostró ayer durante y después de su intervención en el Foro Nueva Sociedad. No ha lucido su estreno en la comparecencia del Congreso de los Diputados como esperaba. Como manifestó en su intervención, para Aído los medios de comunicación se han quedado en la «anécdota» y no van «al fondo de las cuestiones», además de tener una gran capacidad de «síntesis».
Quizá lo que más ha dolido a la ministra sea el anuncio de un teléfono para atender a los agresores de mujeres. Ayer insistió en que «jamás habló de un teléfono para maltratadores». En efecto, nunca mencionó la palabra «maltratadores», pero quizá no fue acertada en su exposición pues, según las actas del Congreso, sus palabras textuales para explicar este servicio fueron: «Pondremos en marcha un teléfono de información para los hombres que les ayude, entre otras cosas, a resolver de forma pacífica las cuestiones surgidas en los conflictos de pareja en vez de recurrir a la violencia».
Es más, en la nota de prensa que se repartió a los medios de comunicación aquella tarde, y en el discurso sobre el papel, la explicación fue la siguiente: «Pondremos en marcha un teléfono de información para los hombres, que les ayude a canalizar su agresividad, en vez de recurrir a la violencia». Es decir, el nuevo servicio telefónico fue en todo momento vinculado a la violencia y a los hombres.

Tampoco ha gustado a la ministra que la Real Academia de Española (RAE) la haya corregido y, consecuentemente, que los medios hayan reproducido esa información. La utilización del término «miembras de la Comisión» para distinguir de «miembros» no es correcto para la RAE. De hecho, ese vocablo no existe en el diccionario. No obstante, aunque Aído insistió ayer, por dos veces, en que fue un «lapsus», dejó de nuevo la puerta abierta: «¿Por qué no? Quizá veamos en el diccionario en equis tiempo la palabra incorporada».

Aído adaptará los términos «maternidad» y «paternidad» a las parejas homosexuales.
Cuarenta y ocho horas después de presentarse ante el Congreso de los Diputados, la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, también lo hizo en sociedad. Fue de la mano de su padrino político, el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, quien mostró su tarjeta de visita ante un auditorio otra vez repleto en el Foro Nueva Sociedad. Chaves no reparó en halagos para la ministra más joven de la democracia. Por su «formación académica y profesional», por «sus sólidas convicciones democráticas», por «su carácter firme y dialogante», por «esa frescura que sólo da la juventud»... Y acuñando nuevos términos tecnológicos, también porque es la «ministra 2.0 y arrasa en el mundo de la blogosfera» (sic). Ella misma ya se definió así en un blog que colgó en internet poco después de su toma de posesión como ministra. El pasado 20 de abril escribió: «Seré -como he leído por ahí- una ministra 2.0».
Aído mantiene su blog en internet, una bitácora en la red que bajo el título «Amanece en Cádiz» intenta conservar activa y actualizada. De hecho, ayer mismo, la ministra de Igualdad colgó su último «post» para explicar a los blogueros en qué consistirá el nuevo teléfono para hombres -y no para maltratadores, como rectificó e insistió otra vez ayer- que pretende poner en marcha y que ha causado tanto revuelo estos días. Desde luego, el blog arrasa. Al cierre de esta edición tenía más de 237.000 visitas. Sólo durante la tarde se produjeron más de 3.000.
Ella, de buen grado, recogió la montera brindada por su mentor. Y arrancó con un discurso básicamente idéntico al que pronunció ante la Comisión de Igualdad del Congreso, de no ser porque, ante un auditorio muy diferente -se trataba de un desayuno informativo en el Hotel Ritz-, anunció una nueva iniciativa: impulsará un cambio en la denominación oficial de los permisos de paternidad y maternidad para adecuarlos a las parejas del mismo sexo.
Más tarde, fuentes de su departamento explicaron que no se trata de modificar la ley de igualdad, sino de que el Ministerio, junto a la Seguridad Social, está estudiando cambiar el nombre de estos permisos para adaptarlos a parejas del mismo sexo. Será sólo en esos casos, porque los términos maternidad y paternidad continuarán vigentes.
Ahora, una pareja integrada por dos hombres disfruta de un permiso de maternidad y de otro de paternidad respectivamente. Al igual ocurre en una pareja de mujeres. «Se tratará de la misma prestación e igual duración, pero con otro nombre para adecuar cada permiso al género de las personas. Por ejemplo, que una mujer lesbiana se sienta identificada con un permiso que no se denomine «de paternidad»», dijeron fuentes ministeriales. Supondrá un trámite sencillo, que no requerirá ni pasar por el Parlamento ni la aprobación del Consejo de Ministros.

El teléfono de la discordia
Y de nuevo saltó el origen de la polémica. Para calmar tanto revuelo, Aído volvió a explicar, esta vez con más detalle que en el Congreso de los Diputados, el nuevo servicio telefónico que pondrá en funcionamiento para hombres, y no para maltratadores. «A los maltratadores, aislamiento social y que cumplan con la justicia en función del delito cometido», afirmó.
Tras detectar muchas llamadas al teléfono de atención a la mujer (016) de hombres «que se sienten perdidos ante el inicio de la ruptura patriarcal», Igualdad ha decidido crear este nuevo servicio. Irá destinada a los varones que necesitan ayuda para saber «cómo afrontar una crisis o conflicto de pareja sin recurrir a la violencia». Se resolverán dudas sobre salud sexual, corresponsabilidad, divorcios, separaciones, etcétera. Una herramienta más para «sentar las bases de un nuevo modelo de masculinidad que se adapte a la sociedad del siglo XXI», como insistió la ministra, porque «los hombres mayoritariamente siguen asumiendo sus roles tradicionales y no han sido capaces de adaptarse a los nuevos roles».

No hay comentarios: