Para Jürgen Donges, la economía española ha perdido fuelle: «No se ha aprovechado la bonanza para atajar los problemas estructurales».
Durante su última visita a Madrid, de la mano de la Fundación Rafael del Pino, Jürgen Donges habló para ABC de la actual coyuntura económica. Se sirvió del ejemplo de la economía alemana, que se está recuperando de «un periodo de casi estancamiento», para referirse a la clave de su éxito: las reformas estructurales y la previsión a largo plazo.
En este sentido, explicó que este tipo de reformas «no son como un programa de subida del gasto público que puede tener efecto mañana, sino que son políticas que requieren paciencia, porque tardan, pero los efectos luego son duraderos».
Donges es consciente de su enorme coste político; «la famosa agenda 2010 -recordó- le costó la presidencia a Schröder, pero ahora está dando resultados». «En España no se ha aprovechado la bonanza para atajar los problemas estructurales que se manifiestan en la inflación y el desequilibrio exterior».
El economista alemán,apunta la necesidad de una profunda reestructuración del modelo económico español, a fin de restablecer la competitividad empresarial. En relación a la política económica del Gobierno afirma que «dándole cuatrocientos euros a los contribuyentes no se soluciona ningún problema».
-¿Qué opina de la manera en que los bancos centrales están resolviendo la crisis «subprime»?-Entiendo que traten de evitar que se produzca un racionamiento del crédito, dada la desconfianza que existe entre los bancos, e inyecten liquidez millonaria. Pero el hecho es que una crisis que hemos generado por exceso de liquidez, la estamos tratando de resolver otra vez con cantidades desproporcionadas de liquidez en el mercado. Otra vez estamos creando bolsas especulativas y se están generando procesos inflacionarios. Ya los estamos viendo: Estados Unidos va por el 4% y aquí, en Europa, nos cuesta acercarnos a los objetivos establecidos por el BCE. Soy escéptico con las ayudas, creo que los problemas financieros hay que digerirlos. El que la Fed. salga en ayuda del banco de inversión norteamericano Bear Stearns crea un precedente para el resto de bancos que piensan que si tienen problemas ya vendrá el banco central o el estado para ayudarles.
-¿El BCE está actuando mejor que la Fed?-
Al menos el BCE está haciendo una cosa mejor que la Fed que es no tocar los tipos de interés, a pesar de las presiones. Yo creo que lo está haciendo bien, simplemente porque tenemos un problema de inflación, todavía no es elevada, pero yo lo tomo muy en serio, porque daña, sobre todo, a las capas de población con ingresos bajos, a los pensionistas, y a todos aquellos que posiblemente estén involucrados en alguna medida con el tema de las hipotecas.
-Los últimos datos económicos en España dan pie al pesimismo, ¿considera que se puede hablar de crisis?
-Creo que es suficiente con reconocer que la economía española ha perdido fuelle en cuanto a su dinámica. Lo que hay que hacer ahora es trabajar por solventar la situación, y no con parcheos y con medidas rápidas. Dándole 400 euros a los contribuyentes no se soluciona ningún problema. Y tenemos un problema: en España, la economía ya no crece a altas tasas, el paro vuelve a subir, la inflación está descontrolada, hay déficit exterior... Sin embargo, los políticos siguen afirmando que España todavía crece por encima de la media europea, que esta mala racha va a pasar rápido, que aquí no pasa nada... Para mí esto es una falta de responsabilidad. Yo espero de un gobierno que llame las cosas por su nombre. Estamos en fase de desaceleración. Decir las cosas claras pone a la sociedad en órbita.
-¿Cuál es su receta para impulsar un sector tan castigado como el de la construcción?-
Al sector de la construcción le están pasando la factura por lo que ha hecho durante los últimos años. Hay que aceptar que en España este sector es excesivamente grande y que el reajuste es inevitable. Y reajuste significa que tiene que reducirse, que muchas empresas tendrán que quebrar, porque han crecido sobre una base especulativa y sería un error salir ahora en defensa de ellas abriendo avales en el Instituto de Crédito Oficial.
-¿Qué medidas concretas cree que deberían adoptarse para facilitar un cambio estructural en España?-
En primer lugar, hay que flexibilizar el mercado de trabajo, porque en este mundo globalizado el trabajador español está compitiendo con un chino o con un hindú. Es fundamental que se desregularice el mercado laboral y que se supriman las normativas que protegen a las empresas españolas de la competencia, porque así se le resta flexibilidad a la economía para que puedan surgir nuevas iniciativas privadas. Quien tiene que tirar del tren es el sector privado, y no el Estado. En segundo lugar, hay que trabajar por una mayor competitividad. Para ello tiene que mejorar la productividad, lo cual se consigue con una buena gestión, con tareas directivas eficaces y con mano de obra altamente cualificada. Además, hay que incrementar la inversión en I+D. Hay muchos márgenes en los que se puede aprovechar la capacidad de innovar, y de esta forma, volver a ganar competitividad. Pero esto conlleva un gasto y un riesgo: el 50% de proyectos de I+D fracasan. La misión del Gobierno es dar los incentivos adecuados, elaborar programas de estímulos fiscales.
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