jueves, 19 de junio de 2008

Contra la mala memoria



Tzvetan Todorov hace memoria de las tentaciones del bien que abrieron las puertas de los campos de concentración.

Los males del siglo que diagnosticó Albert Camus en L´homme revolté de 1951: «Los campos de esclavos bajo la bandera de la libertad, las matanzas justificadas por el amor al hombre o el gusto de la superhumanidad dejan desamparado, en un sentido, el juicio. El día en que, por una curiosa inversión propia de nuestro tiempo, el crimen se adorna con los despojos de la inocencia, es la inocencia la que es requerida a proporcionar sus justificaciones...».

Todorov evoluciona hacia esa filosofía moral; conjuga egodocumentos, reflexiones y textos epistolares.
Así tejió su «Memoria del mal, tentación del bien», trágico balance del siglo XX por el camino de Camus. El totalitarismo y la deportación impulsados por quienes decían aspirar al bien de la humanidad.
Un inventario de las víctimas, como Vassili Grossman o Primo Levi.
En la España de la memoria histórica por ley, el libro de Todorov es un eficaz antídoto contra el conmemorador que impone el arbitrario oxímoron de la «memoria histórica».
La memoria, subraya, «es siempre y sólo individual; la memoria colectiva no es una memoria sino un discurso que se mueve en el espacio público. Este discurso refleja la imagen que una sociedad, o un grupo de la sociedad, quisieran dar de sí mismos».
Una «memoria histórica» difundida en foros de alto riesgo. En la escuela, «el maestro sabe y los alumnos se limitan a aprender; en la televisión, los espectadores son mudos, y también lo son los asistentes al discurso del alcalde; en el Parlamento, los diputados de la oposición no sabían que el primer ministro fuera a evocar una página del pasado, precisamente aquel día, no se habían preparado y callan».
Todorov lo escribió en 2000 y parece la España de hoy. En lugar de la «rememoración», o «el intento de aprehender el pasado en su verdad» padecemos la «conmemoración» o la «adaptación del pasado a la necesidades del presente». Frente a la Historia en mayúsculas, la Historia Piadosa que sacraliza monumentos en detrimento de la complejidad humana.

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