El Euribor se dispara hasta el 5,429% (un nuevo máximo histórico por segundo día consecutivo).
Este indicador comenzó a cotizar en enero de 1999 y ha oscilado entre el mínimo diario de 1,929% que marcó en 2003 hasta el máximo del 5,341% en agosto de 2000, sólo superado el pasado viernes, cuando se situó en el 5,418%.
Este índice, que suelen utilizar los bancos para prestar dinero a sus clientes, cerró el pasado mes de mayo a las puertas del 5% -en el 4,994%-, acumulando así su tercer mes consecutivo de subidas en el índice.
La mayoría de analistas pronostican que el Euribor se mantendrá en niveles elevados a lo largo de todo el año debido a la persistencia de las tensiones financieras y a las expectativas del mercado de que no bajará el precio del dinero.
*.- El BCE aviva el índice
Los expertos no contaban con el anuncio que hizo el presidente del BCE, Jean Claude Trichet, sobre la posibilidad de una subida de los tipos de interés, ahora en el 4%, desde el próximo mes de julio.
Trichet dijo que los riesgos para la estabilidad de precios son mayores y colocan al BCE en un grado de "alerta máxima" que se podría traducir en una subida de tipos de 25 puntos básicos en la próxima reunión para atajar la inflación y prevenir efectos de segunda ronda.
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, pidió el sábado a Trichet que tenga "más prudencia en sus declaraciones", ya que al día siguiente de su discurso se produjo la citada alza del Euríbor y repuntó el precio del petróleo.
El Euribor continuará agravando las dificultades de las familias para pagar la hipoteca hasta que el instituto emisor relaje su política monetaria, ya que es un indicador totalmente vinculado tanto a los tipos de interés como a las expectativas de política monetaria.
*.- El Gobierno alemán exige explicaciones a Zapatero por criticar a Trichet.
El Gobierno alemán dice que Zapatero "tendrá que explicar" las críticas lanzadas el pasado sábado al presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean Claude Trichet, cuando le reclamó "prudencia" en sus declaraciones.
Zapatero culpó a Trichet del alza del Euribor y se permitió aconsejarle al presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean Claude Trichet, que "tenga más prudencia en sus declaraciones" un día después de que anunciara una posible subida de los tipos de interés en julio.
El Gobierno alemán no tiene crítica alguna sobre el Banco Central Europeo, según ha señalado hoy un portavoz del Ejecutivo, Thomas Steg, en respuesta a las declaraciones del pasado sábado del presidente del Gobierno español.
*.- El Presidente sigue sin entender como funcionan las monedas y la economía:
Al no haber prestado atención a los datos de precios, que venían avanzando inflación, ni a las palabras del presidente del Banco Central Europeo, que también venía advirtiendo sobre la posición que adoptaría el BCE en caso de que los temores inflacionistas empezaran a confirmarse.
Trichet, muy ortodoxo a la hora de ejecutar la política monetaria, ya ha advertido de que el próximo mes el BCE subirá los tipos. Esto no es una buena noticia a corto plazo, pero si a medio y largo plazo porque indica que la autoridad monetaria del euro está dispuesta a hacer lo que hay que hacer para combatir la inflación, el peor enemigo del crecimiento, el empleo y el bienestar de la sociedad a medio y largo plazo.
A Zapatero, sin embargo, las palabras de Trichet no le han gustado nada, le ha culpado de la subida del Euribor, poco menos que le ha llamado irresponsable y le ha pedido más prudencia. Pero nuestro presidente del Gobierno, a pesar de tener a su disposición tanto todo un Ministerio de Economía y Hacienda como su flamante Oficina Económica de la Presidencia del Gobierno, sigue sin entender nada de economía, ni de cómo funciona esto del euro.
Zapatero olvida, o no quiere entender, que la política monetaria del BCE se fija en función de las circunstancias del conjunto de la zona del euro, no de un país en concreto.
*.- Moncloa esperaba que el Euribor bajara:
El presidente del Gobierno había pronosticado que esta primavera el Euribor tocaría techo y después empezaría a bajar. Lejos de comportarse como decía el presidente, el Euribor está batiendo sus máximos históricos estos últimos días
En Moncloa se esperaba que el Euribor empezase a bajar y aliviar, de esta forma, tanto los problemas de muchos españoles con sus hipotecas como los del crecimiento económico en general. Al decir Trichet que el BCE subirá tipos, lejos de encontrar alivio, los problemas de las familias endeudadas y de la economía española en su conjunto van a ir a más.
El poder adquisitivo de los hogares disminuirá como consecuencia del incremento de los intereses de unos créditos hipotecarios que les ahogan, pero también a causa de la subida de los precios del petróleo, de los alimentos y de la inflación en general.
La subida de tipos que prepara el BCE, y que anticipa el Euribor, hará que los españoles tengan que pagar aún más por su hipoteca, frenando de esta forma todavía más su consumo y llevando a muchos de ellos a una situación muy difícil.
La subida de tipos agravará aún más si cabe la crisis del sector inmobiliario y los problemas de financiación de las empresas, todo lo cual se traducirá en más problemas para que la economía española supere su crisis y vuelva a generar empleo. Por el contrario, la subida de tipos, en un contexto de caída del crecimiento y posible recesión va a agravar todavía más la coyuntura.
*.- Lo que hace el Banco Central Europeo.
Zapatero se está enfrentando a las consecuencias sociales de cuatro años de ausencia de política económica en forma de caída del crecimiento, aumento de la inflación y del paro y de huelgas como la de los transportistas, la subida de tipos es un problema añadido que pone en cuestión su estrategia para superar la crisis. De poco van a servir los 400 euros si hay que pagar más por los créditos.
Zapatero olvida, o no quiere entender, que la política monetaria del BCE se fija en función de las circunstancias del conjunto de la zona del euro, no de un país en concreto.
La crisis de la vivienda o la recesión en España no cuentan; cuenta que en toda la Eurozona la inflación se está disparando. Ese es el problema común al que tiene que atender el Banco Central Europeo, no a los particulares de España que, en gran medida, los hemos provocado nosotros mismos debido a que el proceso de reformas estructurales y liberalización de mercados no se ha completado.
España no puede pretender imponer a Trichet que no suba tipos porque él tenga problemas muy serios con la economía, porque el BCE es independiente y tiene una visión supranacional de las cosas, no una localista y, por tanto, no puede sacrificar el control de la inflación porque España tenga los problemas que tiene.
Eso es cosa de nuestro Gobierno, no del BCE, a quien ahora Zapatero culpa de lo que es responsabilidad nada más que del Ejecutivo.
Lo que peor podía ocurrir:
Zapatero tampoco entiende que lo peor que podría ocurrir es que la inflación de la Eurozona se disparase porque el BCE no hiciera lo que tiene que hacer, que es subir los tipos porque, en ese caso, las empresas no serían competitivas y tendrían que destruir más empleo y las familias se las verían y se las desearían para llegar a fin de mes con una inflación desbocada.
Todos, por tanto, al final serían más pobres, bien porque perdieran mucho poder adquisitivo, bien porque directamente carecieran de trabajo y de esperanzas de tenerlo pronto.
Le guste o no a Zapatero, el BCE está haciendo lo mejor para la economía de la Eurozona a medio y largo plazo, para su crecimiento y su capacidad para crear empleo. Y lo que tiene que hacer el presidente del Gobierno es dejar de negar la realidad, dejar de culpar a los demás de los problemas propios y empezar a trabajar seriamente en una verdadera estrategia para superar los graves problemas en que estamos metiéndonos.
Este indicador comenzó a cotizar en enero de 1999 y ha oscilado entre el mínimo diario de 1,929% que marcó en 2003 hasta el máximo del 5,341% en agosto de 2000, sólo superado el pasado viernes, cuando se situó en el 5,418%.
Este índice, que suelen utilizar los bancos para prestar dinero a sus clientes, cerró el pasado mes de mayo a las puertas del 5% -en el 4,994%-, acumulando así su tercer mes consecutivo de subidas en el índice.
La mayoría de analistas pronostican que el Euribor se mantendrá en niveles elevados a lo largo de todo el año debido a la persistencia de las tensiones financieras y a las expectativas del mercado de que no bajará el precio del dinero.
*.- El BCE aviva el índice
Los expertos no contaban con el anuncio que hizo el presidente del BCE, Jean Claude Trichet, sobre la posibilidad de una subida de los tipos de interés, ahora en el 4%, desde el próximo mes de julio.
Trichet dijo que los riesgos para la estabilidad de precios son mayores y colocan al BCE en un grado de "alerta máxima" que se podría traducir en una subida de tipos de 25 puntos básicos en la próxima reunión para atajar la inflación y prevenir efectos de segunda ronda.
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, pidió el sábado a Trichet que tenga "más prudencia en sus declaraciones", ya que al día siguiente de su discurso se produjo la citada alza del Euríbor y repuntó el precio del petróleo.
El Euribor continuará agravando las dificultades de las familias para pagar la hipoteca hasta que el instituto emisor relaje su política monetaria, ya que es un indicador totalmente vinculado tanto a los tipos de interés como a las expectativas de política monetaria.
*.- El Gobierno alemán exige explicaciones a Zapatero por criticar a Trichet.
El Gobierno alemán dice que Zapatero "tendrá que explicar" las críticas lanzadas el pasado sábado al presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean Claude Trichet, cuando le reclamó "prudencia" en sus declaraciones.
Zapatero culpó a Trichet del alza del Euribor y se permitió aconsejarle al presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean Claude Trichet, que "tenga más prudencia en sus declaraciones" un día después de que anunciara una posible subida de los tipos de interés en julio.
El Gobierno alemán no tiene crítica alguna sobre el Banco Central Europeo, según ha señalado hoy un portavoz del Ejecutivo, Thomas Steg, en respuesta a las declaraciones del pasado sábado del presidente del Gobierno español.
*.- El Presidente sigue sin entender como funcionan las monedas y la economía:
Al no haber prestado atención a los datos de precios, que venían avanzando inflación, ni a las palabras del presidente del Banco Central Europeo, que también venía advirtiendo sobre la posición que adoptaría el BCE en caso de que los temores inflacionistas empezaran a confirmarse.
Trichet, muy ortodoxo a la hora de ejecutar la política monetaria, ya ha advertido de que el próximo mes el BCE subirá los tipos. Esto no es una buena noticia a corto plazo, pero si a medio y largo plazo porque indica que la autoridad monetaria del euro está dispuesta a hacer lo que hay que hacer para combatir la inflación, el peor enemigo del crecimiento, el empleo y el bienestar de la sociedad a medio y largo plazo.
A Zapatero, sin embargo, las palabras de Trichet no le han gustado nada, le ha culpado de la subida del Euribor, poco menos que le ha llamado irresponsable y le ha pedido más prudencia. Pero nuestro presidente del Gobierno, a pesar de tener a su disposición tanto todo un Ministerio de Economía y Hacienda como su flamante Oficina Económica de la Presidencia del Gobierno, sigue sin entender nada de economía, ni de cómo funciona esto del euro.
Zapatero olvida, o no quiere entender, que la política monetaria del BCE se fija en función de las circunstancias del conjunto de la zona del euro, no de un país en concreto.
*.- Moncloa esperaba que el Euribor bajara:
El presidente del Gobierno había pronosticado que esta primavera el Euribor tocaría techo y después empezaría a bajar. Lejos de comportarse como decía el presidente, el Euribor está batiendo sus máximos históricos estos últimos días
En Moncloa se esperaba que el Euribor empezase a bajar y aliviar, de esta forma, tanto los problemas de muchos españoles con sus hipotecas como los del crecimiento económico en general. Al decir Trichet que el BCE subirá tipos, lejos de encontrar alivio, los problemas de las familias endeudadas y de la economía española en su conjunto van a ir a más.
El poder adquisitivo de los hogares disminuirá como consecuencia del incremento de los intereses de unos créditos hipotecarios que les ahogan, pero también a causa de la subida de los precios del petróleo, de los alimentos y de la inflación en general.
La subida de tipos que prepara el BCE, y que anticipa el Euribor, hará que los españoles tengan que pagar aún más por su hipoteca, frenando de esta forma todavía más su consumo y llevando a muchos de ellos a una situación muy difícil.
La subida de tipos agravará aún más si cabe la crisis del sector inmobiliario y los problemas de financiación de las empresas, todo lo cual se traducirá en más problemas para que la economía española supere su crisis y vuelva a generar empleo. Por el contrario, la subida de tipos, en un contexto de caída del crecimiento y posible recesión va a agravar todavía más la coyuntura.
*.- Lo que hace el Banco Central Europeo.
Zapatero se está enfrentando a las consecuencias sociales de cuatro años de ausencia de política económica en forma de caída del crecimiento, aumento de la inflación y del paro y de huelgas como la de los transportistas, la subida de tipos es un problema añadido que pone en cuestión su estrategia para superar la crisis. De poco van a servir los 400 euros si hay que pagar más por los créditos.
Zapatero olvida, o no quiere entender, que la política monetaria del BCE se fija en función de las circunstancias del conjunto de la zona del euro, no de un país en concreto.
La crisis de la vivienda o la recesión en España no cuentan; cuenta que en toda la Eurozona la inflación se está disparando. Ese es el problema común al que tiene que atender el Banco Central Europeo, no a los particulares de España que, en gran medida, los hemos provocado nosotros mismos debido a que el proceso de reformas estructurales y liberalización de mercados no se ha completado.
España no puede pretender imponer a Trichet que no suba tipos porque él tenga problemas muy serios con la economía, porque el BCE es independiente y tiene una visión supranacional de las cosas, no una localista y, por tanto, no puede sacrificar el control de la inflación porque España tenga los problemas que tiene.
Eso es cosa de nuestro Gobierno, no del BCE, a quien ahora Zapatero culpa de lo que es responsabilidad nada más que del Ejecutivo.
Lo que peor podía ocurrir:
Zapatero tampoco entiende que lo peor que podría ocurrir es que la inflación de la Eurozona se disparase porque el BCE no hiciera lo que tiene que hacer, que es subir los tipos porque, en ese caso, las empresas no serían competitivas y tendrían que destruir más empleo y las familias se las verían y se las desearían para llegar a fin de mes con una inflación desbocada.
Todos, por tanto, al final serían más pobres, bien porque perdieran mucho poder adquisitivo, bien porque directamente carecieran de trabajo y de esperanzas de tenerlo pronto.
Le guste o no a Zapatero, el BCE está haciendo lo mejor para la economía de la Eurozona a medio y largo plazo, para su crecimiento y su capacidad para crear empleo. Y lo que tiene que hacer el presidente del Gobierno es dejar de negar la realidad, dejar de culpar a los demás de los problemas propios y empezar a trabajar seriamente en una verdadera estrategia para superar los graves problemas en que estamos metiéndonos.
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