sábado, 7 de junio de 2008

Los costes energéticos hacen inviable la desalación y el ahorro del agua en la agricultura.


Los regantes ven inviables las desaladoras por la subida de las tarifas eléctricas
Las desaladoras por toda la costa mediterránea no son la solución para el sector que consume siete de cada diez litros de agua que circulan por nuestro país. Antes de la subida de tarifas eléctricas, las desaladoras eran «necesarias en el caso del regadío para casos muy puntuales».
Una vez conocido ese incremento medio del 6 por ciento, «son inviables».

Pese a que «el usuario principal del agua desalinizada ha sido, tradicionalmente, el abastecimiento público», el Gobierno tenía previsto utilizar este método de captación de agua para abastecer a la agricultura. Sin embargo, los agricultores reniegan de esta solución debido a su alto coste, que se incrementará con el aumento anunciado de las tarifas eléctricas.

La Asociación Tecnológica para el Tratamiento del Agua, que engloba a las principales empresas de España en el campo de la desalación, lo deja por evidente: «Se puede afirmar que hay una relación directa entre consumo energético y coste del agua producida, y entre éste y la producción de agua desalada».

Un ejemplo: la desaladora de Carboneras está «infrautilizada por el excesivo coste que debe afrontar el agricultor que pretenda utilizar ese agua para sus cultivos, y por ello se ofreció al Gobierno catalán para llevar agua de allí en barcos para abastecer a la población del área metropolitana de Barcelona».

Aseguran los regantes que «la Administración es consciente del problema»: los agricultores se oponen a utilizar una sola gota de agua desalada para regar sus campos. «La agricultura se puede convertir en inviable debido al coste energético».

La modernización de regadíos se puede quedar a medio camino después de unos años de gran implicación por parte de los agricultores y que es imprescindible para reducir el consumo de agua. La clave es sencilla: la modernización de regadíos equivale a un menor consumo de agua y a un mayor consumo energético. Un riego por gravedad (de superficie) obliga a un gasto importante de agua, pero «no se necesita energía».
«Los cultivos con menos necesidad de agua, que son el futuro, tienen una mayor necesidad de energía. Y aquí se fomenta la vuelta atrás, el riego de superficie, sin coste energético».

Reconvertir el millón de hectáreas de riego por gravedad que aún existe en España por otros modelos de riego más modernos podría provocar «un ahorro de mil hectómetros cúbicos al año, aunque este dato es un valor teórico aproximado facilitado por el Ministerio».
El presidente de los regantes, empeñados todos en reconvertir los riegos de superficie por los de aspersión, automotriz o localizado, advierte tras conocer el incremento de la tarifa eléctrica: «No vamos a avanzar».

El ejemplo es Cataluña y sus problemas hídricos derivados de una falta de gestión adecuada, según ha denunciado un representante de Naciones Unidas. Esta región es una de las pocas que aún mantiene más del 50% de sus campos con riego por gravedad. En su caso son más de cien mil hectáreas, y podría ahorrarse hasta 100 hectómetros cúbicos de agua al año si transformara el riego por gravedad en riego por goteo o aspersión.

Descenso en superficie
La Federación de Regantes considera «paradójico» que el Ejecutivo «premie» el esfuerzo realizado por los regantes en estos últimos años para modernizar sus explotaciones con esa subida.
Recuerdan los regantes que «en los últimos siete años, el riego de superficie (sin modernizar) ha pasado de representar el 59% del regadío español en el año 2000 al 33% en 2007. Por el contrario, el riego localizado (por goteo) -de mayor optimización y menor consumo de agua- ha pasado del 17% a casi el 45% el pasado año, superando por primera vez al riego de gravedad».

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