domingo, 1 de junio de 2008

El lío de la "Integración de España en la OTAN"



Entre 1945 y 1949, en plena posguerra, en Occidente se veía con preocupación la política expansionista que estaba siguiendo la Unión Soviética.

Era evidente que la ONU no podría ser capaz por sí sola de mantener la paz en el mundo, ya que los numerosos vetos soviéticos lo impedían. La imposición de gobiernos no democráticos en la Europa Oriental. En marzo de 1948, Francia, Bélgica, Holanda, Luxemburgo y Reino Unido, firmaron el Tratado de Bruselas, por el cual creaban una alianza militar, la Alianza Atlántica. Frente a ella el Pacto de Varsovia.
La transformación más increíble de González y de su partido.
29 de octubre de 1981.
El Pleno del Congreso de los Diputados apoyó al Gobierno de Calvo-Sotelo en su intención de solicitar el ingreso de España en la Alianza Atlántica.
Hubo 186 votos a favor y 146 en contra.
A favor, UCD, Coalición Democrática (Fraga), y los nacionalistas de CiU y PNV.
En contra, el PSOE, Partido Comunista, los andalucistas del PSA y la mayoría del Grupo Mixto. El líder socialista Felipe González anunció que, cuando su partido llegase al poder, convocaría un referéndum, para promover que España saliera de la Alianza.
30 de mayo de 1982. Con la entrega del protocolo correspondiente, en Washington, y previa la ratificación por los Gobiernos y los Parlamentos de cada uno de los países integrantes, España se adhirió a la Alianza, convirtiéndose en su 16º socio.
El 5 de junio de 1982. Se izó, por vez primera, la bandera de España en la sede de la Alianza en Bruselas, junto al resto de banderas de los países integrantes.
El 10 de junio de 1982, en Bonn, Calvo-Sotelo compareció ante los grandes de Occidente, reunidos en una Cumbre, y sostuvo que la integración española era el final de un secular periodo de aislamiento» de España en el ámbito internacional.
Pidió, también, ayuda para la solución de tres problemas:
*.- El contencioso con Gran Bretaña sobre Gibraltar,
*.- la lucha contra el terrorismo y
*.- la plena incorporación de España a las Comunidades Europeas.
Ronald Reagan y Margaret Thatcher, entre otros, le escucharon atentamente.
28 de octubre de 1982. Elecciones generales. El PSOE y Felipe González cosechan diez millones de votos y una irrepetible mayoría absoluta de 202 diputados.

El cambio anunciado incluía la promesa del referéndum para salir de la Alianza. Después de tan arrolladora victoria y en su discurso presidencial de investidura, González renueva ante el Congreso su compromiso con la celebración de un referéndum, aunque sin grandes especificaciones.
Quizás en ese mismo momento y de forma muy sutil empezaba el cambio del cambio, que se iría escenificando suavemente y paso a paso.
12 de marzo de 1986. Se celebró el referéndum, pero lo que propuso Felipe González es continuar en la Alianza, no salirse de ella.
En contra de lo que hasta última hora auguraban los sondeos, termina venciendo el sí, con un porcentaje del 52,5, mientras que el no obtuvo el 39,8.
La participación fue del 59,7 y la abstención del 40,7.
Hubo un 6,5 de votos en blanco.
La derecha, que temerariamente había propugnado la abstención, reclamó la victoria moral en la consulta y Occidente se inclinó ante la capacidad de liderazgo y de mutación de González.

Entre estas fechas de referencia y en el estrecho margen de estos cinco años, se escribe la dramática, compleja y contradictoria historia de la adhesión y permanencia de España en la Alianza Atlántica, en la Organización del Tratado del Atlántico Norte, en la OTAN, y también la historia de la transformación increíble de González y del PSOE:
Una transformación que va desde el marxismo de los años sesenta al aterrizaje en el poder y la rápida asimilación de su estructura en el mundo, donde las cosas son como son y no como se predican.
La historia tuvo un epílogo tan sorprendente como todo lo anterior, o más aún: la llegada de Javier Solana (1995), íntimo colaborador de Felipe González, al puesto de Secretario General de la OTAN, al puesto número 1 de una Organización que él también había combatido y demonizado, como había demonizado Solana la hegemonía imperial de los Estados Unidos y hasta les había avisado, en 1981, a propósito de las bases militares norteamericanas en España, advirtiéndoles de que si hacía falta, mandaremos a Washington un ejemplar de la Constitución, para que sepan lo que es un país soberano.
A la salida de la Dictadura, el debate en España sobre la OTAN era un debate de emociones y de sentimientos o resentimientos, que mezclaba el miedo a los misiles con el sueño del pacifismo y que, ignorando la guerra fría y nuestra posición estratégica en el mapa-mundi, confundía el rechazo a las bases y al colonialismo yanqui con la vertebración militar de la Europa libre, a la que sin embargo aspirábamos.
Los socialistas se estuvieron manteniendo en su neutralismo-aislacionismo, alimentando así la oposición al Gobierno de la UCD que encabezaba Leopoldo Calvo-Sotelo, tan dubitativo en tantas cosas y tan firme en su atlantismo.
Cronología resúmen y datos complementarios:
El 18 de febrero de 1981 y en el discurso de investidura, ante el Congreso, el candidato Calvo-Sotelo mostraba la disposición española a participar en la Alianza, de acuerdo con el programa electoral de la UCD y que su antecesor, el dimisionario Adolfo Suárez, había preferido ignorar, por falta de ganas y de tiempo, o porque sus querencias y sus carencias se movían mejor en las ambiguas aguas de un cierto neutralismo.
A Calvo-Sotelo le replicó, ya por entonces, Felipe González y como líder de la oposición que si algún día llegamos al poder, propondremos la salida de la OTAN, si el procedimiento de entrada no es un referéndum.
José Pedro Pérez Llorca, como ministro de Asuntos Exteriores, fue eficaz y discreto colaborador de Calvo Sotelo, en la rápida negociación con los países aliados, consumada casi coincidiendo con la sentencia del Consejo de Guerra contra los golpistas del 23-F y poco antes de que Calvo-Sotelo tuviera que convocar elecciones, inevitablemente para perderlas.

Cuando Felipe González ganó las elecciones (1982) inició su mutación:
La promesa del referéndum era demasiado clamorosa pero también era demasiado evidente que ni la Europa de este lado ni los Estados Unidos le perdonarían nunca que desestabilizara a todo Occidente impulsando la salida de España de la OTAN.
Tenía que darse la vuelta a sí mismo, a su partido, a las encuestas y al electorado que lo había llevado hasta el Palacio de la Moncloa.
En su primera legislatura procedió a la convocatoria de la consulta, para que los españoles respondieran a la pregunta ¿considera conveniente para España permanecer en la Alianza Atlántica, en los términos acordados por el Gobierno de la Nación?» (referidos a la no incorporación a la estructura militar integrada, a la prohibición de instalar o introducir armas nucleares y a la reducción de la presencia militar norteamericana).

Felipe González ha confesado que el referéndum fue un error, probablemente porque sabe que entonces arriesgó demasiado. La Europa del Mercado Común le había echado también una mano. El 1 de enero del año del referéndum, España ingresó como miembro de pleno derecho en las Comunidades Europeas y la mayoría del país captó la conexión entre una adhesión y otra, entre las duras y las maduras.

El proceso de incorporación de España a la Alianza Atlántica se inició el 25 de febrero de 1981 con el discurso de investidura del presidente de Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, al incluir el ingreso en su programa de gobierno.
Casi de forma inmediata se iniciaron las negociaciones con la Alianza. La propuesta que en agosto de ese año el Gobierno dirige a las Cortes es aprobada en sendas sesiones del Congreso y el Senado con fechas del 16 y 26 de octubre, respectivamente.
El 2 de diciembre de 1981 España comunicó a la Alianza su intención formal de adherirse al Tratado de Washington. Casi de forma automática recibió la invitación del Consejo del Atlántico Norte (CAN) para iniciar el proceso de adhesión.
El 30 de mayo de 1982 España se convirtió en el miembro número dieciséis de la Organización del Atlántico Norte.
Durante la Cumbre aliada de Bonn (10 de junio de 1982), un presidente del Gobierno español asiste por primera vez a una reunión del Consejo del Atlántico Norte.

Referéndum
La participación de España en la Alianza sufre su primer cambio cuando el Gobierno del PSOE, surgido de las elecciones generales del 28 de octubre de 1982, se marca un período de reflexión y suspende las conversaciones sobre la integración militar española en la OTAN.
Posteriormente, en el discurso sobre el Estado de la Nación, el presidente del Gobierno Felipe González presenta el Decálogo sobre defensa y seguridad, que incluye la celebración de un referéndum sobre la permanencia de España en la OTAN.

El 12 de marzo de 1986 se celebró el referéndum, en el que el Gobierno proponía permanecer en la Alianza Atlántica en las siguientes condiciones:
*.- La participación de España en la Alianza no incluiría su incorporación a la estructura militar.
*.- Se mantendría la prohibición de instalar, almacenar o introducir armas nucleares en el territorio español.
*.- Se procedería a la reducción progresiva de la presencia militar de los Estados Unidos en España.
Esta propuesta fue aprobada por un 52,54 % de los votos emitidos, el 39,83 % de los votantes votó no y un 6,54% votó en blanco. La participación fue de un 59,71% del electorado.

El 14 de marzo España comunicó a la Alianza su modalidad de participación, aprobada por el CAN el día 20. España inició su participación en todos los comités, grupos de trabajo, agencias, presupuestos y planeamiento de la defensa de la OTAN, con excepción de la Estructura Integrada de Mandos.
En julio de 1997, Madrid se convirtió en sede de la Cumbre de la OTAN.

Acuerdos de coordinación
En ellos se regulaba la asignación de fuerzas españolas a misiones específicas de la OTAN, acordadas en cada caso. Las autoridades militares españolas retenían el mando de dichas fuerzas y cederían únicamente a los comandantes aliados su control operativo. En régimen de reciprocidad, las fuerzas de la OTAN en territorio español serían coordinadas por el JEMAD español y los mandos españoles también podrían ser nombrados comandantes de fuerzas aliadas.
Además de estos acuerdos, España, siguiendo la doctrina aliada, decidió su participación en las operaciones de mantenimiento de la paz siempre caso por caso y previa decisión del Gobierno.

A partir del 30 de junio de 1994, España ingresó en el Programa de Infraestructura de la OTAN en la modalidad de "caso por caso".
El 8 de septiembre de 1995, España se adhirió al Protocolo de París, que establecía el estatuto de los Cuarteles Generales Militares Internacionales (SOFA).
El 19 de diciembre de 1995, el ministro de Asuntos Exteriores de España Javier Solana Madariaga es elegido secretario general de la Alianza, noveno en la historia de la OTAN y primer español que ostenta el cargo.

Participación en la Estructura de Mandos
La participación en operaciones, fuera de la estructura militar aliada de la OTAN, se hacía cada vez más problemática, se decidió variar el modelo de participación.
Así, el Congreso de los Diputados, el 14 de noviembre de 1996, aprobó (con el 91,5 por 100 de los votos a favor), la autorización al Gobierno para que negociase el ingreso de España en la Nueva Estructura de Mandos de la OTAN, de acuerdo con las siguientes directrices:
*.- Que la nueva Estructura Militar sea única, más reducida y flexible.
*.- Que se atribuyan a España las responsabilidades operativas y de mando acordes con su participación militar y peso político, especialmente en las zonas de su especial interés estratégico en el Atlántico y en el Mediterráneo.
*.- Que en la nueva Estructura Militar quede reflejada la Identidad Europea de Seguridad y Defensa (IESD).
*.- Que se tomen en consideración las aspiraciones de seguridad de los países del Centro y del Este de Europa, respetando su derecho a participar en la Alianza, si así lo deciden.
*.- Que se apoyen las negociaciones entre la Alianza y Rusia para conseguir un marco estable de seguridad euroatlántica.
Como consecuencia de esta autorización, el Gobierno español anunció el 3 de julio de 1997 su decisión de ubicar el Cuartel General del Mando Subregional Sudoeste de la OTAN en el acuartelamiento de Retamares (Madrid).

Se celebró en Madrid la Cumbre del Consejo del Atlántico Norte (CAN) durante los días 8 y 9 de julio de 1997. A ella asisten 43 jefes de Estado y de Gobierno. Esta Cumbre dará un significativo impulso al proceso de ampliación de la Alianza.

El 1 de enero de 1999 es la fecha efectiva de incorporación de España a la Estructura Militar de Mandos de la OTAN, a efectos de coordinación para la participación plena en el Presupuesto Militar, el Programa de inversiones de Seguridad, el Planeamiento de Fuerzas, el establecimiento de los mecanismos de transferencia de autoridad de fuerzas españolas a mando OTAN y la capacidad de asignación de puestos multinacionales militares y civiles en los Cuarteles Generales. Desde entonces se ha desarrollado de forma importante esta participación, que se ha plasmado en la instalación en España del ahora Mando Componente Terrestre (cuartel general de Retamares) del mando sur de la OTAN (Nápoles) y en la incorporación progresiva de oficiales generales, oficiales y suboficiales españoles al resto de cuarteles generales de la estructura de mandos de la OTAN.

En tiempo de paz la OTAN preserva la integridad de su espacio aéreo europeo y salvaguarda a sus naciones de ataques aéreos mediante tareas de Policía Aérea (Air Policing).

DECALOGO DE FELIPE GONZALEZ:
Durante la campaña de las elecciones generales de octubre del 82, el PSOE prometió que si ganaban las mismas, harían salir a España de dicha Organización. Famoso fue el lema “OTAN, de entrada NO”.
Pero las cosas cambian cuando se tienen que dirigir los destinos de cerca de 40 millones de personas y se tiene por encima a una superpotencia como era y es EE.UU. Eso hizo que no sólo no se saliera de dicha organización, sino que se abogara por la permanencia en la misma en el momento de realizar el prometido y confuso referéndum, el cual no llegó a realizarse hasta 1986, cuando ya se era miembro de la UE.
Eso sí, se prometió que no se formaría parte de la estructura militar ni que se nuclearizaría el territorio español. Lo cual se mantuvo hasta el momento del triunfo del Partido Popular286.
Para callar críticas y frenar los recelos que ese giro en la Política del PSOE había producido, Felipe González compareció ante los parlamentarios españoles que exigían una explicación.
En su discurso de investidura anunció que "sin desconocer que la incorporación de España a la OTAN está tan vinculada a otros condicionantes de nuestra política exterior, el Gobierno que aspiro a presidir reafirma su voluntad atlántica, expresamente manifestada por Unión de Centro Democrático, y se propone iniciar las consultas con los grupos parlamentarios a fin de articular una mayoría, escoger el momento y definir las condiciones y modalidades en que España estaría dispuesta a participar en la Alianza. Ante todo, he de manifestar que no aceptamos que terceros países intenten coaccionarnos con sus opiniones. Entendemos que se trata de una cuestión a dilucidar entre los españoles, a través de los mecanismos constitucionalmente establecidos, y a discutir con nuestros eventuales aliados. Pero no toleraremos que terceros países, en concreto la Unión Soviética, se arroguen el derecho de vetar la entrada de España en la OTAN, ni aceptamos, por tanto, las doctrinas de congelación en sus actuales dimensiones de las alianzas existentes, o de que nuestra soberana voluntad de acción en este campo suponga un gesto agresivo susceptible de quebrar el equilibrio de fuerzas en Europa. La decisión de marchar hacia la accesión a la Alianza Atlántica, responde a una coherencia con nuestra concepción general de la política española, pero ante todo una necesidad defensiva y de seguridad".
Decálogo de condiciones para la permanencia de España en la OTAN:
1. España, en cuanto Estado que forma parte del Tratado de Washington, pertenece a la Alianza Atlántica y participa de los órganos de la Alianza. En mi opinión, éste es un punto de partida inexcusable, el status actual, para nuestro diálogo político y con probabilidad de que sea el que mayor grado de consenso hipotético comporte. Por consiguiente, estaría, si ello es así, por la no denuncia del Tratado.
2. España no se ha incorporado en la estructura militar de la OTAN. En mi opinión, España no necesita hacerlo.
3. España mantiene una relación bilateral con los EE.UU. que abarca entre otros y, fundamentalmente, aspectos defensivos. Actualmente se basa, como saben sus señorías, en el convenio del 82 y en el protocolo del 83. En mi opinión, es necesario proceder a un ajuste, en la dirección de una progresiva menor presencia de fuerzas en nuestro territorio y de instalaciones de apoyo, de acuerdo con nuestros intereses nacionales.
4. Las Cortes han establecido la no nuclearización de España. En mi opinión, debe mantenerse esta decisión prácticamente unánime de la Cámara.
5. España ha firmado el Tratado de prohibición de pruebas nucleares y se ha sometido en sus instalaciones atómicas al sistema de salvaguardia del organismo internacional de energía atómica. En mi opinión, con eso es suficiente, aunque no excluyo la consideración de la firma del TNP en el futuro.
6. España no forma parte de la UEO en materia de defensa, siendo ésta la única organización que tiene competencia en esa materia. En mi opinión, la participación de España sería deseable, aunque hay que ver, creo, antes los resultados de nuestro proceso de integración en Europa.
7. España tiene en su territorio una colonia británica integrada en el sistema de mandos de la OTAN, Gibraltar. En mi opinión, teniendo en cuenta el nuevo status debe avanzarse hacia la solución definitiva del problema de la Roca y de su integración a la Soberanía española.
8. España trabaja activamente en la Conferencia Europea de Desarme y ha presentado su candidatura al comité de Desarme de la ONU. En mi opinión, esa política debe proseguirse y fortalecerse.
9. El Gobierno español está desarrollando una red de convenios bilaterales en materia de cooperación defensiva con otros países de Europa Occidental, que nos permiten estrechar relaciones sin constituir tratados de alianza, como ustedes saben. En mi opinión, deben seguir desarrollándose estos sistemas de cooperación.
10. Para concluir y afectando al conjunto de lo ya expresado nos encontramos en un proceso ya avanzado de elaboración del Plan Estratégico conjunto, elemento, como saben sus señorías, sustancial para la comprensión cabal de nuestras necesidades y de nuestra misión. Debe, pues, ser objeto de este diálogo que nos permita llegar a un consenso en materia de defensa en su dimensión interna y externa.
Analizando con detenimiento estos planteamientos, se desprende que, al menos en el caso que nos ocupa, es imposible llevar a cabo un estudio de la política exterior española, si en el mismo no se tienen en cuenta aquellos elementos que van a determinar las líneas principales de acción de este Estado en temas de Defensa. No es nuestro objetivo incidir en exceso en ello, pero resulta imprescindible su exposición como referencia para la posterior comprensión de la inclusión de las O.M.P en esta investigación.
Ustedes querrían votar no, lo que pasa es que no les dejan", acusó Fraga a González. El jefe de la oposición conservadora dijo luego, refiriéndose al referéndum: "Con esa pregunta, a mi lo que me pide el cuerpo es votar que no".
"Ustedes", replicó González, "pueden deslizar hacia ese terreno a parte de los que les siguen". El presidente sugirió que esta actitud podría llegar a tener connivencias con la preconizada ayer desde la primera página del diario ultraderechista El Alcázar, donde se predicaba el voto negativo en el referéndum.
El portavoz de Minoría Catalana, que denunció la "gran confusión" introducida por los socialistas en lo referente a la OTAN, fue el primero en plantear qué ocurriría si el Gobierno pierde el referéndum. "Entonces, señoría, es evidente que se saldría de la Alianza", le respondió González, quien añadió que, posteriormente a esta decisión, el PSOE tomaría las suyas propias y haría su congreso; "aunque yo recomendaría mantener la actitud que ahora tenemos", precisó.
González hizo un llamamiento al consenso en temas de política exterior. Oferta no atendida por Fraga, quien opinó que "un consenso no se hace imponiendo condiciones una de las partes". El presidente descartó la opción neutralista para España, y consideró tan sólo una alternativa para la seguridad exterior: la relación bilateral con EE UU o el mantenimiento en la Alianza en las condiciones actuales, "posición ésta que es la que más se ajusta a los datos de la realidad".
Para Fraga, España puede ser un país desnuclearizado aun estando en la organizacion militar de la Alianza, y tampoco tendría obligación de enviar tropas propias a otros países aliados; igualmente, podría, si quisiera, declarar desmilitarizadas ciertas zonas. Tanto el presidente de AP como Roca insistieron, por consiguiente, en la conveniencia de pertenecer "con todas sus con secuencias" a la OTAN.

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