domingo, 22 de marzo de 2009

Zapatero no paga sus facturas


Las «deudas políticas» del presidente se elevan ya a más de 20.000 millones de euros. No paga las facturas de sus compromisos de nuevo modelo de financiación autonómica y local.
Un nuevo frente se ha abierto: las otras «deudas históricas»

PP y PSOE llevan al Congreso la financiación local
En el Congreso de los Diputados será donde se diriman las diferencias o coincidencias entre PP y PSOE en materia de financiación local.
Las dos formaciones políticas presentarán, en el caso del PSOE, o han presentado ya, en el del PP, iniciativas para reactivar un problema crónico que hay que resolver.

A Zapatero se le acumula el trabajo en la ventanilla del Palacio de la Moncloa. En el peor año económico que se recuerda desde hace décadas, ya se han agotados los plazos para cumplir los compromisos económicos a los que llegó con Ayuntamientos y Comunidades autónomas, a los que les prometió un nuevo sistema de financiación. Pero hay un gran problema: no tiene dinero. A estos dos frentes se les unió otro la semana pasada. El pago de la llamada «deuda histórica» con Andalucía -1.200 millones de euros, de los que ya se han anticipado 420- ha abierto la veda para que otras regiones (Aragón, Baleares, Galicia, Murcia, La Rioja y Extremadura) también exijan igual trato que Andalucía.
Una factura de más de 20.000 millones de euros. Esa es la cantidad a la que tiene que hacer frente Rodríguez Zapatero en este año. Nadie sabe cómo lo va a hacer, pero el ministro de Economía, Pedro Solbes, ya ha reconocido que las «deudas políticas» del presidente irán a engrosar el déficit. Esta es la situación de las facturas del presidente:
Primera factura
Financiación autonómica
8.000 millones
Cumplidos todos los plazos prometidos para alcanzar un nuevo sistema de financiación autonómica, esta es la primera factura a la que tiene que hacer frente el presidente del Gobierno. Pero no puede hacerlo porque, si algo bueno ha tenido para Zapatero la derrota en Galicia, es que le ha permitido ganar tiempo para justificar que no es posible un acuerdo porque no se puede adoptar con un Ejecutivo en funciones, el de Pérez Touriño. Pero la otra cara amarga es que no sabe qué posición adoptará Alberto Núñez Feijóo respecto al nuevo modelo. Otra chinita en el camino que puede complicar un problema al que no le encuentra solución.
Zapatero ya agotó el plazo del 9 de agosto de 2008, que marcaba el Estatuto catalán, para cerrar un modelo de financiación. «In extremis», el 30 de diciembre presentó un segundo documento con su oferta de financiación -el primero tiene fecha de julio de 2008-. Pero después de esta fecha, nada de nada. Esperaba reunir en enero el Consejo de Política Fiscal y Financiera, pero nunca se reunió. Aseguró que daría a conocer el dinero que iba a poner sobre la mesa para acordar el sistema, pero nunca más se supo. La factura de su compromiso político con Cataluña, que le obligó a reformar el sistema de todo el Estado, podría tener un coste de entre ocho mil y diez mil millones de euros. Eso sí, ya advirtió Solbes que irán con cargo al déficit. Más deuda para el Estado.
Segunda factura
Financiación Local
7.000 millones
A rebufo de la reforma del sistema de financiación autonómica se situaron los ayuntamientos, que vieron la oportunidad de negociar también un nuevo sistema de financiación local. Zapatero, que no dice no a nadie, y consciente de que el papel de salvador de los ocho mil municipios puede darle importantes réditos electorales, también dijo que sí. Se comprometió a que los dos sistemas de financiación se reformarían conjuntamente. Pero tampoco ha podido ser. A lo más que ha llegado es a entregar dos folios a la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), en la que expone las líneas generales del nuevo modelo. De dinero, nada. Esta Federación, controlada por el dócil alcalde de Getafe, el socialista Pedro Castro, cifra en siete mil millones de euros el dinero que se gastan anualmente por prestar servicios que no les corresponden. Esta sería la cifra que dejan de transferir las Comunidades autónomas a los ayuntamientos, ya que no hay un sistema que regule qué servicios tienen que abonar los gobiernos regionales y cuáles deben ser prestados por los ayuntamientos. Aunque este dinero tiene que ser transferido por las Comunidades autónomas, parte llega de las transferencias de la Administración central.
A rebufo de la reforma del sistema de financiación autonómica se situaron los ayuntamientos, que vieron la oportunidad de negociar también un nuevo sistema de financiación local.
A pesar del retraso en el acuerdo para este nuevo modelo de financiación, la FEMP no ha levantado la voz de la reivindicación, y a su presidente parece que le es suficiente, de momento, el fondo de 8.000 millones que el Gobierno de Rodríguez Zapatero ha aprobado para financiar obras en los municipios.
Tercera factura
«Deuda histórica»
4.848 millones
El Gobierno socialista decidió el pasado lunes pagar la «deuda histórica» de Andalucía. Un concepto recogido en el Estatuto de 1981 y que los socialistas andaluces sólo sacaron a relucir cuando la victoria electoral de Felipe González en 1996 estaba en el aire, como así fue. La utilizó como baza electoral, perdió el poder, pero le vino muy bien para lanzar una cruzada contra Aznar, al que le exigía lo que nunca reclamó a González. Pero el pago de esta «deuda electoral» se le volverá en contra. Otras comunidades también harán valer su «deuda histórica» y Zapatero no tendrá más remedio que tirar de chequera si no quiere nuevos agravios. Aragón le podría reclamar hasta 600 millones. Baleares entre 300 y 600 millones de euros. Galicia eleva la cuantía hasta los 1.600 millones, como Murcia, y La Rioja no baja de los 740. Extremadura no la ha cuantificado, pero, como en el caso andaluz, su Estatuto de 1983 ya recoge este concepto
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