La insistencia de Carmen Chacón en que todo el Gobierno estaba de acuerdo en salir de Kosovo y en que el asunto había sido debatido no es creíble, entre otras razones, porque ella misma se había manifestado en sentido contrario el pasado 10 de diciembre, cuando afirmó que las tropas seguirían en Kosovo hasta que el Consejo de Seguridad de la ONU aprobara una nueva resolución.
Esa nueva resolución carece todavía de fecha, aunque todos los países con tropas en Kosovo están de acuerdo en que hay que cambiar el mandato de 1999 y reducir el número de soldados.
El propio Moratinos dijo el pasado 6 de marzo. «No es el momento de retirar las tropas de Kosovo». Esta frase concuerda con lo que el ministro ha defendido siempre en público y en privado, que consiste en que la salida de Kosovo tiene que producirse de común acuerdo con la OTAN y los principales aliados.
Que la misión de la OTAN esté realizando tareas que no estaban previstas en la resolución de la ONU, como la formación de policías, no es excusa para romper la baraja y marcharse unilateralmente. Habría bastado con negarse a realizar esas funciones.
En este contexto, sólo cabe calificar de ridículas las declaraciones de ayer de Trinidad Jiménez, que afirmó que Carmen Chacón está siendo víctima de ataques «cargados de machismo». A juzgar por sus palabras, no se puede criticar la política de defensa porque su titular es una mujer. Cuando las ministras Bibiana Aído y Magdalena Alvarez cometieron graves meteduras de pata, también se refugiaron en idéntica excusa para no reconocer sus errores, de la misma forma que en el PP no faltaron quienes tacharon de «machismo» el mero hecho de preguntar a Ana Mato por el Jaguar de su entonces marido. Y es que se ha convertido en habitual invocar este latiguillo cuando no se tienen argumentos.
El propio Moratinos dijo el pasado 6 de marzo. «No es el momento de retirar las tropas de Kosovo». Esta frase concuerda con lo que el ministro ha defendido siempre en público y en privado, que consiste en que la salida de Kosovo tiene que producirse de común acuerdo con la OTAN y los principales aliados.
Que la misión de la OTAN esté realizando tareas que no estaban previstas en la resolución de la ONU, como la formación de policías, no es excusa para romper la baraja y marcharse unilateralmente. Habría bastado con negarse a realizar esas funciones.
En este contexto, sólo cabe calificar de ridículas las declaraciones de ayer de Trinidad Jiménez, que afirmó que Carmen Chacón está siendo víctima de ataques «cargados de machismo». A juzgar por sus palabras, no se puede criticar la política de defensa porque su titular es una mujer. Cuando las ministras Bibiana Aído y Magdalena Alvarez cometieron graves meteduras de pata, también se refugiaron en idéntica excusa para no reconocer sus errores, de la misma forma que en el PP no faltaron quienes tacharon de «machismo» el mero hecho de preguntar a Ana Mato por el Jaguar de su entonces marido. Y es que se ha convertido en habitual invocar este latiguillo cuando no se tienen argumentos.
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