sábado, 28 de marzo de 2009

El tren antiespañolista


EDURNE URIARTE.- Sábado, 28-03-09
Si tuviéramos estómago intelectual y político suficiente, podríamos aceptar por un momento la dicotomía establecida hace dos días en El País por el diputado socialista José Andrés Torres Mora. Entre el nacionalismo español, del PP, y el nacionalismo periférico, o el choque de trenes, que decía Torres Mora, con la amenaza constante de los neocentralistas y los independentistas. Para añadirle a Torres Mora el tercer tren, que, siguiendo su terminología y su particular concepto de nacionalismo, sería el tren antiespañolista, el del PSOE. Aliado, por ese antiespañolismo, con el nacionalismo periférico en los más incomprensibles y lamentables ataques contra el español.
O que nos explique Torres Mora o cualquier otro socialista qué otro motor, si no el antiespañolismo, puede haber llevado a los socialistas a modificar un texto sobre multilingüismo en la Eurocámara a fin de eliminar el derecho de los padres a elegir la lengua de educación de sus hijos en las comunidades con más de una lengua oficial. Mientras que el texto refrendado por lo que este socialista llama nacionalismo español apoyaba el bilingüismo y el derecho de los padres a elegir la lengua de educación de sus hijos, el catalán, el euskera, el gallego o el español, socialistas y nacionalistas han eliminado la libertad de elección. Con lo que difícilmente se van a encontrar estos tres trenes porque circulan por vías completamente distintas. El nacionalismo español, por la vía de la aceptación del bilingüismo. Y el nacionalismo periférico y el antiespañolismo, por la vía de la eliminación del español.
Cuesta imaginar que todos los socialistas puedan apoyar posiciones como la de la Eurocámara. Los socialistas vascos, por ejemplo, a punto de gobernar con el apoyo del PP. Pero lo cierto es que, o bien por creencias o por necesidades tácticas y de poder, el PSOE practica el antiespañolismo como si creyera en él.

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