Este sábado, El Mundo, nos deja las "confesiones" de Isabel San Sebastián.
Y es que a la buena de Isabel no se le ocurrió otra cosa que ver durante "algunos interminables minutos" uno de los realities que triunfan en la cada vez más decadente televisión española.
Y hacer lo que hizo no es algo que pueda hacer cualquiera.
"A medida que desfilaban ante mis ojos esos personajes y personajas semianalfabetos, feos, malignamente primarios, de cerebros escuetos y almas deformes, incapaces de emplear más de 300 vocablos para expresarse, iba sintiéndome yo culpable de estar contemplando ese espectáculo obsceno. Oscilaba mi juicio entre la estupefacción, la repugnancia, la incredulidad y el pesimismo".
La pobre necesita urgentemente un proceso de desintoxicación.
sábado, 26 de marzo de 2011
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