Cuatro años después del 11-M el terrorismo trata de ahogar a España con el miedo e intenta quebrar la convivencia.
Otra vez se ha suspendido el fin de campaña y la jornada de reflexión está presidida por el luto.
Otra vez. Cuatro años después un grupo de terroristas asesina de nuevo horas antes de las elecciones.
Y lo hace con la intención de influir en el resultado.
En el año 2000 fue Fernando Buesa en Vitoria; en 2004, el 11-M en Madrid; y en 2008, el ex concejal del Partido Socialista de Euskadi en Durango Isaías Carrasco. Los españoles, tristemente, tenemos una larga experiencia con los que ponen bombas y disparan por la espalda.
La viuda de Gregorio Ordóñez, en un comunicado dice: «Escuchamos a nuestros gobernantes las mismas palabras una y otra vez, un mismo formulario para exigir fortaleza democrática, unidad para combatir el terrorismo. Pero todo será diferente para los hijos, la viuda, la madre de la víctima el día después ».
La Fundación Víctimas del Terrorismo presidida por Maite Pagazaurtundúa, después de ofrecer su ayuda a la viuda e hijos de Carrasco, hizo un llamamiento «a la serenidad y a la unidad» y una condena enérgica del asesinato.
La Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) demandó el compromiso de Rodríguez Zapatero de retirar la resolución parlamentaria que permite negociar con ETA.
Las Pasiones que mueven la audiencia:
Según Aristóteles, los políticos deben conocer las pasiones que mueven a la audiencia: la ira, la serenidad, el amor, el odio, el temor, la vergüenza, el favor, la compasión, la indignación, la envidia y la emulación.
Las emociones y los sentimientos pueden condicionar cada uno de los actos de una persona y el voto es una decisión con un fuerte componente emocional. Lo ideal sería que todos los ciudadanos conocieran el programa electoral de cada partido, los compararan y, en función de ello, decidieran el contenido de su papeleta.
La realidad: sólo un minúsculo porcentaje de electores conoce con detalle el programa del candidato al que eligen.
El voto, para un gran número de personas, está íntimamente relacionado con la identidad (su identidad). Los dos principales partidos, tienen por esto, una base de votantes muy sólida. También en su ámbito la tienen los nacionalismos identitarios.
Los sobresaltos terroristas potencian las emociones, las pasiones y los sentimientos de pertenencia e identidad. En las elecciones en un clima de tensión disminuye el voto racional y sosegado y se potencia el voto emocional.
Este voto emocional puede provocar, entre otras situaciones, que:
*.- Un sector de la población perciba las elecciones de hoy como un plebiscito sobre la política antiterrorista de los dos partidos, la del PP y la del PSOE.
*.- Que se refuerce el voto del PSOE y haya un trasvase de otras formaciones de izquierda para evitar una victoria popular.
*.- Que algunos votantes socialistas decidan abstenerse por el atentado.
*.- Que haya ciudadanos que cambien su voto al Partido Popular por el diálogo con ETA del Gobierno socialista.
*.- Que otros muchos, desencantados, decidan no votar por considerar que su voto no sirve para nada y que esto no tiene solución.
Es preciso reorganizar la esperanza española:
Aunque frente al atentado de ayer, la moderación y la calma son las mejores respuestas. Lo importante, que cada ciudadano, cada elector, cada elegido actúe con seriedad y honradez, con respeto integrador hacia quienes no piensan como él.
En teoría perfecto. Hoy, Martín Ferrand, en su columna habitual de ABC, dice:
“No es fácil, aunque sería conveniente, aportarle serenidad a nuestra reflexión de hoy con vistas a la elección que mañana debemos acometer.
Como decía José Ortega y Gasset, en 1915, en su primer artículo para la revista semanal España, «es preciso reorganizar la esperanza española».
Casi cien años después y tras una larga lista de fracasos colectivos -una dictadura, una dictablanda, una república, una guerra horripilante, una posguerra difícil y excluyente y una transición que, en la práctica, va perdiendo parte de sus principios activos en la cotidianidad constitucional- sigue siendo imprescindible la misma reorganización.
España y nosotros, los ciudadanos, nos merecemos la esperanza por la que clamaba Ortega y que seguimos sin terminar de cimentar.
Las bases sentadas por la Transición son magníficas, pero todo indica que hay que ajustar el proyecto. Mañana, al anochecer, tendremos los datos necesarios para averiguar en qué sentido, pero parece imprescindible que el PP y el PSOE sean capaces de entenderse en lo fundamental”.
sábado, 8 de marzo de 2008
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1 comentario:
primero felicitarte por tu iniciativa de realizar tu blog y despues a esta reflexión decirte que el viernes cuando el atentado ,estaba en el trabajo sentí mucha tristeza,porque piensas ,no sólo nada ha cambiado sino que va a peor,en fin espero qué los clásicos sigan influyendo y esta manera de hacer ´política cambie.un abrazo Reyes
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