viernes, 14 de marzo de 2008

La Fosa Común encontrada en Alcalá de Henares

Aparece una Fosa Común de la Guerra Civil. ¿Está en ella Andreu Nin?.

La zona donde ha aparecido la fosa fue un acuartelamiento republicano durante toda la Guerra Civil. En las inmediaciones se localizaba el aeródromo a donde fue conducido el líder del POUM, Andreu Nin, después de ser detenido y brutalmente torturado por agentes españoles y rusos de la policía secreta de Stalin, con la pasividad cómplice del Gobierno de la República.
Según diversas fuentes historiográficas, Nin fue asesinado en la zona donde ha aparecido la fosa. Su cuerpo nunca se ha encontrado.
A pesar del silencio oficial -el Gobierno no ha hecho el menor comentario aún, pese a las especulaciones sobre Andreu Nin-, se sabe que los restos se encuentran en el Juzgado de Instrucción número 3 de Alcalá de Henares; previsiblemente serán analizados por la médico forense que siguió los trabajos desde el principio y que también es antropóloga y además serán enviadas muestras al Instituto de Toxicología para los análisis complementarios.
El juez Togado ha manifestado su intención de que alguna asociación de las llamadas de memoria histórica se implique en estos trabajos y se haga cargo del seguimiento de la fosa, aunque habrá que acotar cómo, puesto que se encuentran en terrenos militares. Ninguna asociación ha reclamado participar en el desenterramiento, lo que algunas fuentes atribuyen a la procedencia de las víctimas encontradas: asesinadas por izquierdistas.
Una de las razones de que aún no hayan comenzado los análisis de los huesos es que se está a la espera de que aparezcan más restos, a tenor de las dimensiones de la hondonada. Acaben donde acaben los cuerpos, a todos se les tomarán muestras de ADN que se incorporarán a la base A del programa «Fénix» de la Guardia Civil de identificación de restos humanos que permanecen anónimos. Esa base contiene datos dubitados o cuestionados y es la que se coteja con la B, en la que se acumulan los perfiles indubitados o de referencia, aportados de manera voluntaria por familiares de desaparecidos.
Varias familias, al menos cinco, ya han manifestado su intención de aportar su ADN para comprobar si sus antepasados desaparecidos en la Guerra Civil acabaron en la fosa de Alcalá de Henares. Entre esos voluntarios están las nietas de Andreu Nin, el líder del POUM torturado y asesinado en una purga estalinista, cuyo cadáver fue a parar a un punto indeterminado de esa zona.

Lo hallado.
Los restos óseos hallados en terrenos de la Brigada Paracaidista de Alcalá de Henares el pasado 11 de febrero corresponden al menos a siete personas. Según las primeras diligencias, se han encontrado siete cráneos completos y un número indeterminado de huesos; proceden de la Guerra Civil y están «bastante completos».
Los cuerpos fueron encontrados en estratos, apilados de abajo arriba, «sin ningún orden», en una hondonada de tres metros de profundidad y 140 de longitud, lo que apunta a una fosa común abierta y cerrada sucesivamente, según las fuentes consultadas por ABC.
Por tanto, el número de cadáveres podría ser escalofriante. En un cotejo posterior se ha averiguado que a escasos metros de la fosa se levantaba un paredón en esos años, tal y como aparece en fotografías aéreas de la época que están en poder del Ministerio de Defensa.
Junto a los restos óseos han aparecido algunos botones y hebillas, pequeños restos de ropa, algunos proyectiles -aún sin analizar- y alguna bota suelta.
En principio, no se ha determinado que estos objetos guarden relación con uniformes, aunque dado el tiempo transcurrido no es fácil llegar a esa conclusión.
Todo apunta a que los miembros encontrados pertenecen a represaliados civiles asesinados por republicanos, atendiendo al lugar en el que han aparecido.
El hallazgo tuvo lugar mientras se llevaban a cabo unas obras, la construcción de un muro perimetral en el noroeste de la base militar.
Primero se excavó a mano -estaban a poca profundidad- y a continuación se utilizó una pala retroexcavadora.

Demoler una caseta
Los trabajos de búsqueda han continuado durante varios días y previsiblemente se tendrá que demoler una caseta que se había levantado en ese lugar para continuar con las excavaciones por si hubiera más cuerpos.
El pasado 11 de febrero, los mandos de la Bripac requirieron a la autoridad judicial y hasta el lugar se trasladó el titular del Juzgado Togado Militar Territorial número 11, comandante Martín, junto a policías judiciales de la Unidad de Apoyo a la Jurisdicción Militar de la Guardia Civil comisionados por el juez y una médico forense de Alcalá de Henares.
Ésta última aseguró, a simple vista y sobre el terreno, que los restos encontrados tenían más de diez años. En cuanto empezaron a extraer esqueletos, fémures, cráneos, etc.,se concluyó que procedían de la Guerra Civil. Se precintó la zona, se siguió el protocolo y tras el levantamiento, los cuerpos se llevaron para su custodia a la sede de los Juzgados Togados Militares en Madrid, en cuyas dependencias también se ubica la Unidad de Apoyo del Instituto Armado.


Una zanja como las de Paracuellos
Algún medio próximo al Gobierno ha difundido que en la fosa pueden encontrarse los restos de varios comunistas fusilados a raíz de la explosión, el 6 de septiembre de 1947, de dos polvorines militares, situados cerca del Puente de Zulema, encima del río Henares. La deflagración, cuya causa última nunca se llegó a determinar, provocó 24 muertos. Las autoridades franquistas se sirvieron de la catástrofe para endurecer la represión contra el Partido Comunista y las Juventudes Socialistas Unificadas, varios de cuyos miembros fueron detenidos en Alcalá de Henares y pueblos cercanos.
El 9 de julio de 1948 fueron juzgados en un consejo de guerra en Ocaña, a consecuencia del cual son condenados a muerte ocho dirigentes y militantes comunistas. La sentencia se ejecutó el 22 de agosto de 1948 en la cárcel de Ocaña, no en Alcalá de Henares, como ahora se ha dicho. En esos años, finales de los 40, los cadáveres eran entregados por las autoridades a sus familiares, por lo que es imposible que se encuentren en un enterramiento clandestino en la villa de Cervantes.

Botones de mujer
Asimismo, resulta muy improbable que se trate de un enterramiento de soldados republicanos caídos en las batallas de Guadalajara y Jarama, como también se ha afirmado en algunos medios. La razón principal para descartar esta hipótesis, según pudo saber ayer ABC de testigos del hallazgo, es que algunos de los botones hallados en la fosa corresponden a ropa femenina.
Como todo el mundo sabe, en el año 37, culminada la militarización de las milicias y la creación del nuevo Ejército Popular, ya no combatían mujeres entre las tropas republicanas.

Zanjas de tres metros
Algunos expertos han señalado a este diario la coincidencia entre la inusual profundidad de la fosa hallada en las instalaciones de la Bripac, de cerca de tres metros, con las que se excavaron en Paracuellos del Jarama y Torrejón de Ardoz para sepultar a las miles de personas fusiladas por las milicias republicanas en noviembre de 1936. Según testigos de la época, como el encargado de negocios de la embajada de Noruega, Félix Schlayer, que inspeccionó en aquellos días una de estas fosas en Torrejón de Ardoz, a los vecinos se les ordenó cavar zanjas de tres metros de profundidad, tres metros de ancho y cien metros de longitud.
Esta profundidad es muy poco corriente en las fosas que se han excavado en los últimos años por parte de las asociaciones próximas al PSOE y a IU que buscan restos de víctimas de la represión franquista. Muchas de ellas son zanjas de apenas medio metro de profundidad.

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