"La reiterada repetición de los mensajes modifica el cerebro del receptor, de modo que lo que moviliza a los votantes es el pensamiento inconsciente».
No se trata de utilizar las técnicas de comunicación para ayudar a que una idea llegue con nitidez: se trata de asumir que lo mejor que se puede hacer es manipular el cerebro de los ciudadanos y provocar su voto «inconsciente».
Muerte al pensamiento crítico, al voto reflexivo.
Manipulemos el cerebro reiterando mensajes clave, utilizando las palabras clave. Lo de menos es el significado: lo importante es provocar el «voto inconsciente».
Se trata de renunciar a la idea y utilizar la comunicación para “condicionar” (engañar) al ciudadano.
La perversión del lenguaje; la manipulación de los términos al servicio de la manipulación de la política.
No se trata de utilizar las técnicas de comunicación para ayudar a que una idea llegue con nitidez: se trata de asumir que lo mejor que se puede hacer es manipular el cerebro de los ciudadanos y provocar su voto «inconsciente».
Muerte al pensamiento crítico, al voto reflexivo.
Manipulemos el cerebro reiterando mensajes clave, utilizando las palabras clave. Lo de menos es el significado: lo importante es provocar el «voto inconsciente».
Se trata de renunciar a la idea y utilizar la comunicación para “condicionar” (engañar) al ciudadano.
La perversión del lenguaje; la manipulación de los términos al servicio de la manipulación de la política.
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