No podría circular durante mucho tiempo, sin grave desprestigio para el autor, un libro de Física en el que se dijera que la velocidad de la luz es de 10.000 kilómetros por hora.
Sin embargo pueden circular, y de hecho circulan (en un curioso contraste), libros de la II República y de la Guerra Civil española (y de la época siguiente) con disparates parecidos.
Quizá sea que los libros de Física dicen lo que está claramente averiguado y comprobado, y las ideas, preferencias o intereses del autor, ajenos a los fenómenos físicos, no cuentan.
En Historia, por el contrario, sí que cuentan. Cuentan tanto que desfiguran los hechos, de manera que, con demasiada frecuencia, pesan más las ideas, preferencias o intereses del autor que los hechos.
Esto sucede porque la Física, por seguir con el mismo ejemplo, se exponen los datos y los hechos; en Historia, a menudo quedan soterrados por interpretaciones, opiniones y omisiones, además de utilizar datos que años atrás quedaron obsoletos por haberse comprobado que eran falsos.
Sería deseable que los historiadores nos decidiéramos a trabajar respetando en su desnudez los datos que proporcionan las fuentes, sin aferrarnos a nuestra opinión y teniendo la honradez de rectificar cuantas veces la crítica demuestre su inconsistencia. Y, sobre todo, a no erigirnos en jueces de vivos y muertos.
Así se expresaba un “historiador” con el que tuve la suerte de trabajar durante varios años. Alguna vez me comentó: “no lo entiendo, investigo e investigo y cada vez tengo más dudas y las cuestiones que trabajo me resultan más complejas. Otros, por el contrario, todo lo tienen claro y además no dudan”.
No sé si será una “leyenda urbana” o algo parecido. Por distintas fuentes me llegó la noticia de que, en cierta ocasión, varios conspicuos “historiadores” se reunieron en Santa Cruz de Tenerife y se plantearon el interrogante de si Cristóbal Colón había estado en la Isla de Tenerife en algunos de sus viajes hacia América. Cómo hubo disparidad de opiniones entre los asistentes, decidieron someterlo a votación.
La mayoría fue partidaria de sostener que Colón estuvo en Tenerife y, por tanto, Cristóbal Colón visitó Tenerife.
García de Cortazar sostiene que “la Historia la escriben casi siempre los vencedores” pero que aún es más peligrosa “cuando la escriben los vencidos”.
Aún peor: “contar historias” como si fueran “Historia”, partiendo de que en este mundo “nada es verdad ni es mentira, todo depende del cristal con que se mira”. Y aún más: “Utilizar la historia como arma revolucionaria”, “como arma de combate”. Aunque de esto escribiré otro día y lo haré bajo el título de “la ignorancia del ignorante”: lo malo del “ignorante”es que “ignora lo que ignora”.
Una aclaración fundamental: la velocidad de la luz en el "vacío" es por definición una constante universal de valor 299.792.458 m/s (aproximadamente 300.000 km/s). La velocidad de la luz fue incluida oficialmente en el Sistema Internacional de Unidades como constante el 21 de octubre de 1983, pasando el metro a ser una unidad dada en función de esta constante y el tiempo.
sábado, 22 de marzo de 2008
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