Según refiere El País, el Gobierno Chino aseguró ayer que reforzará las campañas de "educación patriótica" en los monasterios tibetanos con objeto de moldear las opiniones de los monjes y alejarlos de su líder, el Dalai Lama, a quien Pekín acusa de estar detrás de los graves disturbios que han sacudido en las últimas semanas la región del Himalaya y otras provincias chinas.
Las protestas siguen produciéndose. El Gobierno tibetano, en el exilio, afirma que hasta ahora se han producido 140 víctimas, mientras que Pekín reconoce solo 20.
"Promulgad con ahínco la educación y la propaganda en las políticas étnicas y religiosas, y en el sistema legal en todos los templos". "Debemos continuar profundizando la educación patriótica en los monasterios". "La campaña de educación debe ser potenciada para conducir la opinión pública en la dirección adecuada". Así lo ha ordenado el Ministro de Seguridad Meng Jiangzhu.
Las autoridades chinas han organizado una profunda operación de propaganda, se han censurado páginas web y se han interrumpido las emisiones de las televisiones extranjeras; la gran mayoría de los ciudadanos sólo han recibido las imágenes de los destrozos causados por los rebeldes "manifestantes".
Se difunde constantemente, a través de los medios de comunicación chinos, que las fuentes de información occidentales sólo dan una versión sesgada de los hechos, llena de prejuicios y de ignorancia; los medios de comunicación occidentales son acusados, por las autoridades chinas, de manipular la información y ocultar la verdad.
Con lo dicho, al buen entendedor pocas palabras bastan.
Una duda: ¿el Dalai Dama recibió alguna vez el Premio Nobel de la Paz?. De ser cierto, menudo patinazo (según las autoridades chinas es el causante de todo lo anterior).
miércoles, 26 de marzo de 2008
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