*.- El problema en el agua no se solucionará hasta mínimo 90 días
*.- La contaminación se debe por un problema en las membranas desaladoras
*.- Teléfono de Emalsa para resolver cualquier duda: 900 812 636
La ley permite hasta 1 microgramo de boro por litro en el agua corriente para considerarla potable y no dañina para la salud del que la consume. Pero, ¿qué ocurre cuando ese microgramo sube a 1,1 ó 1,3?
Mientras en algunos lugares se produciría una alarma generalizada, en Las Palmas de Gran Canaria se ha convertido en indignación y denuncias desde que la empresa proveedora del agua de la capital isleña, Emalsa, anunciara este fin de semana un incremento de la cantidad de boro en el agua desalada de la localidad.
Los vecinos del centro de Las Palmas no pueden beber agua del grifo ni cocinar con ella desde el sábado.
El sábado las autoridades sanitarias pedían a la población restringir el uso de agua de abasto, al considerarla perjudicial para el consumo humano con recomendación expresa de no beber ni cocinar alimentos. Desde entonces, los vecinos de algunos barrios como Arenales, Guanarteme, La Minilla o La Isleta han multiplicado el uso de agua embotellada por miedo a verse afectados por un componente que puede causar desde erupciones en la piel, vómitos, mareos, hasta baja motilidad del esperma o problemas de fertilidad, cuando se bebe en grandes cantidades.
"Es cierto que tradicionalmente los habitantes de Las Palmas de Gran Canaria hemos usado agua embotellada para beber, pero ahora también hay que usarla para guisar, para lavar la fruta o para lavarse los dientes con el incremento en la economía familiar que supone esto y las molestias que acarrea para las familias", asegura José Manuel Quesada, secretario general de Unión de Consumidores de Las Palmas (UCOMPA).
Según ha explicado la empresa encargada del abastecimiento del agua, Emalsa, "hace 64 días" solicitaron a la Consejería de Sanidad de Las Palmas de Gran Canaria el permiso necesario para informar a los ciudadanos al detectar el servicio de control de esta empresa la presencia de boro en "índices algo superiores a lo que dice la norma de Bruselas por la implantación, entre otros, de una serie de membranas de desalación de agua en fase de reposición".
Desde entonces, la indignación ha ido creciendo entre los ciudadanos. Ya no sólo porque tengan que utilizar agua embotellada para todo, sino también porque están pagando por un agua que se supone potable y que por ahora no lo es.
*.- La contaminación se debe por un problema en las membranas desaladoras
*.- Teléfono de Emalsa para resolver cualquier duda: 900 812 636
La ley permite hasta 1 microgramo de boro por litro en el agua corriente para considerarla potable y no dañina para la salud del que la consume. Pero, ¿qué ocurre cuando ese microgramo sube a 1,1 ó 1,3?
Mientras en algunos lugares se produciría una alarma generalizada, en Las Palmas de Gran Canaria se ha convertido en indignación y denuncias desde que la empresa proveedora del agua de la capital isleña, Emalsa, anunciara este fin de semana un incremento de la cantidad de boro en el agua desalada de la localidad.
Los vecinos del centro de Las Palmas no pueden beber agua del grifo ni cocinar con ella desde el sábado.
El sábado las autoridades sanitarias pedían a la población restringir el uso de agua de abasto, al considerarla perjudicial para el consumo humano con recomendación expresa de no beber ni cocinar alimentos. Desde entonces, los vecinos de algunos barrios como Arenales, Guanarteme, La Minilla o La Isleta han multiplicado el uso de agua embotellada por miedo a verse afectados por un componente que puede causar desde erupciones en la piel, vómitos, mareos, hasta baja motilidad del esperma o problemas de fertilidad, cuando se bebe en grandes cantidades.
"Es cierto que tradicionalmente los habitantes de Las Palmas de Gran Canaria hemos usado agua embotellada para beber, pero ahora también hay que usarla para guisar, para lavar la fruta o para lavarse los dientes con el incremento en la economía familiar que supone esto y las molestias que acarrea para las familias", asegura José Manuel Quesada, secretario general de Unión de Consumidores de Las Palmas (UCOMPA).
Según ha explicado la empresa encargada del abastecimiento del agua, Emalsa, "hace 64 días" solicitaron a la Consejería de Sanidad de Las Palmas de Gran Canaria el permiso necesario para informar a los ciudadanos al detectar el servicio de control de esta empresa la presencia de boro en "índices algo superiores a lo que dice la norma de Bruselas por la implantación, entre otros, de una serie de membranas de desalación de agua en fase de reposición".
Desde entonces, la indignación ha ido creciendo entre los ciudadanos. Ya no sólo porque tengan que utilizar agua embotellada para todo, sino también porque están pagando por un agua que se supone potable y que por ahora no lo es.
Tanto es así, que UCOMPA junto con las asociaciones vecinales están planteándose solicitar una reducción de la factura.
"UCOMPA va a llevar una denuncia ante la Fiscalía contra el Ayuntamiento y contra Emalsa porque constitucionalmente les compete a los poderes públicos velar por la seguridad de los ciudadanos y no lo han hecho (...) Pero, además nos planteamos hacer un llamamiento para que los ciudadanos dejen de pagar masivamente la factura", afirma Quesada.
La indignación de los consumidores es por tanto más que latente. Culpan al Ayuntamiento de haber ocultado el problema del agua desalinizada a los ciudadanos, con las consecuencias que ello puede traer, y de ser "cómplice" de Emalsa, empresa a la que acusan de no haber cambiado "a tiempo" las membranas que llevan a cabo la ósmosis del agua del mar, principal procedimiento para que no se encuentren toxinas.
Por su parte desde la compañía intentan demostrar su buen hacer a la hora de avisar a los ciudadanos. "Se ha intentado proteger a la población civil", aseguran desde Emalsa, que se ha comprometido ya con el cambio de ocho membranas para que el plazo de tres meses el agua vuelva a ser potable.
Y los ciudadanos, ¿qué?
Pero, para una familia, un restaurador o un pastelero, tres meses a base de agua embotellada son muchos meses y muchos gastos adicionales a los que no todos pueden hacer frente.
"La situación la estamos viviendo mal porque tenemos que utilizar agua de garrafa para todo, para seguir dando calidad a los clientes", afirma Gianni, dueño de la pastelería 'Deseo' y del restaurante 'Picola Italia'.
Para lavar la lechuga, para hacer el café, para amasar la crema pastelera, para cocinar los guisos... En total, más de 140 litros de agua embotellada al día, que supondrían en tan sólo una semana más de 250 euros que habría que sumar a la factura normal del agua.
El caso de Loli Betancort es el ejemplo de lo que están viviendo muchas familias. Desconcierto, inquietud, preocupación, desinformación. Como Loli son muchos los palmenses que no creen que hayan sido bien informados, y que aún ahora siguen sin informales.
"La gente está muy desconcertada. ¿Cuánta agua hay que beber para enfermar? o ¿cuáles son los efectos secundarios del boro? Nadie nos lo ha explicado", dice Loli, que ante tal desinformación ha decidido bañar también a su bebé con agua embotellada, "no vaya a ser que el niño de un mal trago".
Tampoco queda claro por qué se ha contaminado el agua. Unos dicen que es por la mala impermeabilidad de las membranas con las que se realiza el proceso de osmosis para que el agua no tenga impurezas. Otros culpan a Isolux, la empresa instaladora de dos módulos de desalinización. En resumen, muchos afectados y pocas responsabilidades. Mientras tanto miles de vecinos ya ven el agua como el nuevo de oro de estos tiempos.
"UCOMPA va a llevar una denuncia ante la Fiscalía contra el Ayuntamiento y contra Emalsa porque constitucionalmente les compete a los poderes públicos velar por la seguridad de los ciudadanos y no lo han hecho (...) Pero, además nos planteamos hacer un llamamiento para que los ciudadanos dejen de pagar masivamente la factura", afirma Quesada.
La indignación de los consumidores es por tanto más que latente. Culpan al Ayuntamiento de haber ocultado el problema del agua desalinizada a los ciudadanos, con las consecuencias que ello puede traer, y de ser "cómplice" de Emalsa, empresa a la que acusan de no haber cambiado "a tiempo" las membranas que llevan a cabo la ósmosis del agua del mar, principal procedimiento para que no se encuentren toxinas.
Por su parte desde la compañía intentan demostrar su buen hacer a la hora de avisar a los ciudadanos. "Se ha intentado proteger a la población civil", aseguran desde Emalsa, que se ha comprometido ya con el cambio de ocho membranas para que el plazo de tres meses el agua vuelva a ser potable.
Y los ciudadanos, ¿qué?
Pero, para una familia, un restaurador o un pastelero, tres meses a base de agua embotellada son muchos meses y muchos gastos adicionales a los que no todos pueden hacer frente.
"La situación la estamos viviendo mal porque tenemos que utilizar agua de garrafa para todo, para seguir dando calidad a los clientes", afirma Gianni, dueño de la pastelería 'Deseo' y del restaurante 'Picola Italia'.
Para lavar la lechuga, para hacer el café, para amasar la crema pastelera, para cocinar los guisos... En total, más de 140 litros de agua embotellada al día, que supondrían en tan sólo una semana más de 250 euros que habría que sumar a la factura normal del agua.
El caso de Loli Betancort es el ejemplo de lo que están viviendo muchas familias. Desconcierto, inquietud, preocupación, desinformación. Como Loli son muchos los palmenses que no creen que hayan sido bien informados, y que aún ahora siguen sin informales.
"La gente está muy desconcertada. ¿Cuánta agua hay que beber para enfermar? o ¿cuáles son los efectos secundarios del boro? Nadie nos lo ha explicado", dice Loli, que ante tal desinformación ha decidido bañar también a su bebé con agua embotellada, "no vaya a ser que el niño de un mal trago".
Tampoco queda claro por qué se ha contaminado el agua. Unos dicen que es por la mala impermeabilidad de las membranas con las que se realiza el proceso de osmosis para que el agua no tenga impurezas. Otros culpan a Isolux, la empresa instaladora de dos módulos de desalinización. En resumen, muchos afectados y pocas responsabilidades. Mientras tanto miles de vecinos ya ven el agua como el nuevo de oro de estos tiempos.
1 comentario:
Me alegró ver que Pepa salíó a dar la cara y decir que nunca supo nada: la engañaron y se tragó el vaso de agua, ojo con lo de las acciones contra Emalsa por la acusación de que Pepa sí sabía, porque en ese momento ella era la presidenta del Consejo de Administración de la Empresa Mixta, puesto que a tenor de lo previsto en la Ley de Bases de Régimen Local, la responsabilidad del servicio es del municipio y sólo si se pudiera demostrar la ocultación intencionada del dato tendrían exito en la demanda, puesto que de otro modo siempre van a decir que la alcaldesa no controló la gestión de EMALSA.... y será peor el remedio que la enfermedad, otra cosa es que pidan a un curtido abogado que estudie la posibilidad de demandar concreta y personalmente a la persona o personas responsables del departamento de control de calidad de las aguas si deliberadamente ocultaron datos vitales sobre los agentes contaminantes que había en el agua de abasto para consumo humano de la Ciudad, incurriendo con ello, si recibían órdenes en sistematización del engaño.
La cosa peculiar a la que espero que se SAQUE PUNTA es porqué cuando EMALSA publicó en La Provincia un comunicado el 04/05/2.008, en el que DEFENDÍAN SU NEGOCIO, este estaba en la página 15 hoja derecha, y su tamaño de UNA PÁGINA COMPLETA y ahora, que se trata de un comunicado DE RESTRICCIÓN DE USO DE AGUA PARA CONSUMO HUMANO, éste ocupaba, HOY 21/04/09 (al cuato día del estallido de la noticia) un rincón anodino, en la página 45 y, por supuesto, hoja-izquierda.
Con ello, el departamento de comunicación de Emalsa ha escenificado lo que los demás ya hemos aprendido. les importa más su cuenta de resultados que la salud de la población afectada a sobrelímites de boro.
Y volviendo a lo del dinero y las personas, si la solución al boro son las membranas, porqué no informaron y denunciaron formalmente la deficiencia y anunciaron el problema al publico afectado,para que, desde entonces, estuviesemos sometidos a la compra de garrafas de agua y no a la dieta de boro.
También estaría bien requerir los informes y documentación que Emalsa facilitó- y la que necesariamente se ahbría ocultado- a los auditores de AENOR, para que en las mismas fechas en las que la entidad reconoce ESTABAN TRABAJANDO PARA HACER DESCENDER LOS LÍMITES DE BORO, picaran el mismo anzuelo y dejaran en entredicho su idoneidad como entidad certificadora de calidad de ambito nacional. La foto del responsable, entregando al alcalde-Saavedra en su despacho de la sexta, como Presidente del Consejo de EMALSA el Diploma de AENOR vale ahora un potosí y está disponible en la web.(04/03/2009, creo recordar).
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