viernes, 23 de enero de 2009

Aznar ve a España en su momento más crítico y pide «sentido histórico»


Aboga por actualizar «la esencia del proyecto modernizador de la Transición»

El ex presidente del Gobierno José María Aznar trazó ayer un sombrío panorama de la realidad nacional, que supera el mero análisis de la situación económica y coloca a España en el momento «más grave» de su historia democrática, ante una «crisis de cohesión política, de ideas y de valores».
Un Aznar contenido, que evitó cualquier alusión al PP e incluso un enfrentamiento abierto con Zapatero, volvió a vestir ayer el traje de padre de la patria para alertar de que, tras un prolongado periodo de prosperidad, estabilidad y crecimiento, la modernización del país ha quedado «detenida».
Lo hacía en Valencia, durante el acto solemne celebrado en el Palau de la Música en el que fue investido doctor honoris causa por la Universidad Cardenal Herrera-CEU.
Acompañado de amigos como Eduardo Zaplana o Jaime Mayor Oreja, el ex presidente del Gobierno censuró que se haya impuesto un relato oficial que «desacredita» el pacto de la Transición en beneficio de «la radicalidad, el revisionismo más estéril y la división de la sociedad española», en clara alusión a la Ley de Memoria Histórica.
Y como consecuencia, añadió, España corre el riesgo de sufrir un «deterioro institucional, del que ya son visibles ciertos síntomas», y de vivir «episodios de enfrentamiento territorial que, en algunos casos, son evidentes».
Aunque sin referencias explícitas a la reforma de algunos estatutos o al debate sobre el nuevo modelo de financiación autonómica, el ex jefe del Ejecutivo criticó la «errónea creencia» de que todo lo que pierde el Estado lo deben ganar las comunidades autónomas.«Sólo un Estado sólido y bien dimensionado garantiza la cohesión y la igualdad».
«Es desleal aprovecharse de la flexibilidad del modelo para forzar su colapso», señaló Aznar en esa línea para recriminar la actitud de algunos gobiernos autonómicos.
Abogó por prestigiar valores como el esfuerzo y la exigencia; el respeto y el reconocimiento de la autoridad; la búsqueda de la excelencia frente a la gratificación instantánea, y la igualdad frente a la fragmentación identitaria de la sociedad.
Un ideario que permita «recuperar la confianza en nuestro futuro común y volver al camino del éxito que recorríamos no hace tanto tiempo».
Dentro de este análisis de quiebra económica y política de la sociedad española, Aznar aseguró que la situación actual «va más allá de una simple crisis de alternancia política». Por eso, defendió la necesidad de plantear una «ambiciosa agenda de reformas políticas, económicas e institucionales», y de generar una corriente de opinión que actualice «la esencia del proyecto modernizador que representó la Transición». «Para España, vuelve a ser el momento de la política con visión amplia y sentido histórico», manifestó.
Aznar defendió que estamos ante una crisis que será «dura, prolongada y profunda», y que se eternizará «cuanto más tardemos en afrontarla», pero fue poco concreto en soluciones estrictamente económicas. «En mi opinión», aseveró, «es necesario promover una gran corriente de opinión nacional que recupere vitalidad, confianza, concordia y esperanza en el futuro».
*.-Reivindica la necesidad de que se genere una "gran corriente de opinión" nacional que actualice la esencia del proyecto modernizador que representó la Transición y recupere la "vitalidad, confianza, concordia y esperanza en el futuro".
*.- Asegura que, a pesar de la "gravedad y profundidad" de la crisis que padece España, "es posible" recuperar la confianza en el futuro común y volver al "camino del éxito".
*.- Dice, cuando llegó la crisis económica, España ya estaba sumergida en una "crisis de cohesión política, de ideas y de valores", y ha augurado que la crisis será "dura, prolongada y profunda", más aún cuanto más se tarde en afrontarla con el empeño y la determinación que requiere.
*.- La crisis no puede superarse con medidas "cortoplacistas ni de pequeños vuelos", sino con una visión general que impulse un proceso de reformas "muy profundas" en estabilidad presupuestaria, fiscalidad, empleo, pensiones, Estado del Bienestar, infraestructuras, energía, marcos reguladores o liberalizaciones, además de abordar "de una vez" la reforma de la Educación.
*.- "No es el momento de la resignación, sino la hora de la esperanza", ha manifestado el ex presidente, para quien de esta crisis "nadie va a salir solo", sino que lo harán las naciones "cuyos ciudadanos estén dispuestos a hacer el esfuerzo de trabajo y unidad" que se necesita.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No me fío. Sospecho que el comienzo del declive fueron sus concesiones a vascos y catalanes por aquello de la gobernabilidad. El pragmatismo, ya se sabe.