El Ejecutivo del PSOE se comprometió en la anterior Legislatura a crear 17 nuevas desaladoras en el arco mediterráneo.
Además, prometió ampliar otras cinco que estarían en funcionamiento, como muy tarde, a finales de 2008 (la fecha se fue retrasando con la misma celeridad con la que se incumplían los plazos).
El compromiso lo adquirió el Ministerio de Medio Ambiente, que encabezaba Cristina Narbona, como alternativa al derogado trasvase del Ebro.
Los 728 hectómetros cúbicos de agua que producirían las plantas dejaban obsoleto el «anticuado, contaminante y desvertebrador», a juicio de los socialistas, Plan Hidrológico Nacional del PP.
A fecha de hoy, se producen sólo 265 hectómetros cúbicos.
La iniciativa era la panacea que arreglaría el problema hídrico de la Península.
Sin embargo, un mes después de haber concluido el plazo dado por el propio Gobierno, la realidad demuestra que no se ha cumplido lo prometido.
Es peor, el actual equipo de Medio Ambiente busca alternativas.
¿Se han perdido cuatro años?
Retraso generalizado. De las 22 desaladoras que la empresa pública Acuamed debía construir entre Andalucía, Murcia, Comunidad Valenciana y Cataluña, sólo se han terminado ocho. Es decir, en términos porcentuales se ha cumplido con un poco más del 30 por ciento de lo comprometido.
La euforia con la que se comenzaron las obras fue dejando paso a una letanía de la que no hay una explicación oficial.
«Narbona decía que estaba dispuesta a poner desaladoras donde hiciera falta». «Nos echaba en cara que no quisiéramos el agua». Sin embargo, el actual Ministerio admite que «la desalación no es la solución para la agricultura, sólo un apoyo».
¿De qué sirve llenar el Levante de desaladoras si los agricultores no compran el producto por su precio?.
Durante la etapa de Narbona el precio del agua desalada se convirtió en un problema para los agricultores, que consumen el 70 por ciento del agua de España. El metro cúbico de agua desalada costaba en torno a los 0, 60 euros. El de agua trasvasada, 0,30 euros. ¿Cuál comprarían ustedes?.
«A la desaparición de las tarifas especiales para riego en julio, que ha supuesto un encarecimiento en la factura del 60%, hay que añadir la subida aprobada por el Ministerio de Industria para este primer semestre 2009, que se prevé sea de un 30%», denuncian en Asaja Almería.
Los regantes creen que el metro cúbico de agua desalada se va a situar por encima de los 0,75 euros. «Sólo el sector hortícola puede soportarlo, para el resto es inviable», explica Del Campo. Tanto Asaja como Fenacore coinciden en cifrar la subida de la factura eléctrica, en algunos casos, en «hasta un cien por cien». La única diferencia con el pasado es que ahora Medio Ambiente y agricultores comparten conclusión: desalar no es la solución.
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