martes, 28 de octubre de 2008

Santiago Carrillo: "Un error llevar la Memoria Histórica a los Tribunales"


Carrillo considera que la iniciativa de Garzón 'no es el mejor camino'
Aboga por una resolución de las Cortes que condene el régimen franquista

Santiago Carrillo ha afirmado durante la presentación de su libro 'La crispación en España' -a la venta desde este martes- que la iniciativa judicial de Baltasar Garzón sobre la exhumación de las fosas comunes de la Guerra Civil "no es el mejor camino".
Para Carrillo, es "un error llevar la memoria histórica a depender de la resolución de los jueces" porque se corre el riesgo de que el proceso se convierta en "la carabina de Ambrosio y nos acabe saliendo el tiro por la culata".
"Tal y como está la magistratura en este país", continuó Carrillo, "no nos podemos hacer muchas ilusiones de obtener una respuesta satisfactoria a lo que se plantea".
Pese a todo, Santiago Carrillo se negó a hacer una valoración pública en contra de la iniciativa judicial del juez Garzón. Aunque insistió en que "no es el mejor camino", ha afirmado que comprende el "paso dado por el juez" ya que "los que tenían que haberlo mucho antes, no lo hicieron".
En su alocución ante los medios, el ex veterano dirigente del Partido Comunista, ha abogado también por una declaración conjunta del Congreso y el Senado en la que se condene la sublevación que llevó a España a una Guerra Civil y a 40 años de dictadura. Esta es para Carrillo, la mejor fórmula para abordar la recuperación de la Memoria Histórica.
A preguntas de los periodistas congregados en la rueda de prensa de presentación de su libro, el histórico comunista español ha reconocido que se cometieron atrocidades en ambos bandos durante la Civil. "Es verdad", ha dicho Carrillo, pero señaló que "los más graves" se perpetraron en el bando fascista. En este sentido, Carrillo se ha preguntado "si los republicanos deben ser juzgados dos veces".

Carrillo: "A Garzón le puede salir el tiro por la culata"
Santiago Carrillo se ha mostrado contrario al procedimiento emprendido por Garzón: "Le puede salir el tiro por la culata".
Santiago Carrillo no ha desaprovechado la oportunidad de arremeter contra la Iglesia que le daba la presentación de su nuevo libro La crispación en España. Para el viejo líder comunista precisamente la Iglesia y algunos medios como la Cadena COPE son los culpables de esta crispación, pues no dejan de atacar el sistema.Como ejemplo de este enfrentamiento con el estado, Carrillo ha puesto las manifestaciones de la AVT en contra de las concesiones del gobierno a la banda ETA que se celebraron la pasada legislatura. Pero su ataque a la Iglesia todavía ha sido más duro, comparando a algunos obispos con los de los años del Franquismo: "Yo ya había vivido los años 30 y tuve la sensación de que aquellos obispos como Rouco y Cañizares eran iguales a los que habían dirigido la iglesia durante la dictadura".

Duda de la eficacia del auto de Garzón
Carrillo consideró además "un error" la iniciativa del juez Garzón de llevar la Memoria Histórica a los tribunales porque "puede salir el tiro por la culata", y ha asegurado que él tiene la conciencia "completamente tranquila".
En la presentación de su libro La crispación en España. De la Guerra Civil a nuestros días, el ex líder del PCE recordó que los responsables de las "atrocidades" en el campo republicano ya fueron juzgados durante el franquismo. "Por Paracuellos y otras cosas han sido fusilados centenares de republicanos y las víctimas que hizo la República han sido reivindicadas, valoradas y celebradas en tiempos del franquismo", ha argumentado, quien se ha preguntado "si a los republicanos hay que juzgarlos y condenarlos dos veces".
En ese sentido, explicó que la decisión que el juez Garzón adoptó en diciembre de 1998 de rechazar la querella presentada por la Asociación de Familiares y Amigos de Víctimas del Genocidio en Paracuellos del Jarama (Madrid) contra él por los delitos de genocidio, torturas y terrorismo, en que "ya había sido juzgada". Santiago CarrilloCarrillo ha afirmado que la iniciativa de Garzón es "un error" y puede ser "la carabina de Ambrosio" porque acabe saliendo "el tiro por la culata"."A los asesinos que ya no viven eso no les va a dar ni frío ni calor, pero va a caer sobre las cabezas de sus hijos y sus nietos que no tienen ninguna culpa", afirmó.

Sin embargo, y tras insistir en que "ése no es el mejor camino", ha dicho que comprende la iniciativa de Garzón porque "no fue tomada" anteriormente por "los que tenían que hacerlo" o, si lo fue, "se hizo "muy débilmente". Recalcó que lo que debería hacerse en torno a la Memoria Histórica es que el Congreso y el Senado "aprobaran una resolución condenando la sublevación" contra la República, en la que se afirmara que "una sublevación contra un Estado democrático no ha tenido ni tiene ninguna justificación".

Asimismo, el Estado debería "preocuparse verdaderamente" de abrir las fosas donde se encuentran los desaparecidos para que fueran enterrados por sus familiares y "reivindicar los nombres de las víctimas".

HABLAN LOS ANCIANOS ACUSADOS DE "CRÍMENES CONTRA LA HUMANIDAD"
"Si me llama Garzón, iré. Y le diré que esto es un disparate"
Algunos de los presuntos responsables que Garzón quiere juzgar ahora por ocupar puestos no de responsabilidad entre 1936 y 1951 son ahora ancianos, tal y como recuerda El Mundo. Ancianos anónimos que pueden verse afectados por lo que la Fiscalía ha denominado en su recurso como un "proceso inquisitorial".

El juez se ha considerado competente para investigar por primera vez los crímenes y la represión franquista, atribuyendo la eliminación sistemática de una parte de la población a los ancianos supervivientes que ocuparon puestos dirigentes en la Falange, a los que ahora achaca la realización de "crímenes contra la humanidad".Estos ancianos pueden por ello verse sentados en el banquillo. El Mundo publica el domingo una extensa crónica con declaraciones de algunos de ellos, de los que no quedan "más de 100 en toda España", según la asociación de estudios falangistas Plataforma 2003.

La letra pequeña del auto ensancha un poco más su diana al establecer la constatación de "la supervivencia o no de presuntos responsables que no ocuparan puestos de alta responsabilidad (...) pero que figurasen en las estructuras represivas".

Abelardo Azorín, de Barcelona, es uno de ellos. Fue un notorio dirigente de la Falange barcelonesa con 12 condecoraciones, que afirma que "si me llama Garzón, iré, porque yo no desoigo nunca a la autoridad. Y le diré que es un disparate". Abelardo reconoce que "una guerra civil despierta un odio irrefrenable", "pero lo de genocidio no puedo admitirlo".

Sobre Santiago Carrillo y la matanza de Paracuellos, Azorín afirma que "mandó asesinar a cientos de españoles. Cuando pienso que podrían acusarlo por sus crímenes, me digo que ya no están para estos trotes. Mejor que le dejen morir tranquilamente en su casa".

Manuel Clevero, de 91 años y ex comisario de información, recuerda que "fue una represión natural, como siempre hay tras una guerra civil. Pero asesinados, sin consejo de guerra, que yo sepa no hubo ninguno", asegura en El Mundo.

En Valencia vive Benito Sáenz González-Elipe, de 88 años, que ocupó el un cargo en la Falange valenciana, según El Mundo. Afirma que "los rojos mataron a su padre en 1936 "por reclamar una báscula para pesar la uva". Eso motivó su adscripción en La Falange y su posterior huída. Acerca de la represión asegura que "no se consintieron asesinos en nuestro bando. Matamos lo que nos decían que tenían que matar". A Garzón le anuncia que "miedo no he tenido yo nunca. Si me llama iré encantado y le diré que tengo seis hijos, 21 nietos, que siento satisfacción y orgullo y que no me arrepiento de nada".

Martín de Riquer, premio Príncipe de Asturias, experto en el Quijote y eminanecia de las letras castellanas y catalanas, instructor del Rey Don Juan Carlos, tiene hoy 94 aos ytambién puede verse afectado por la iniciativa de Garzón. De 97 años, Riquer fu delegado territorial, un cargo relevante de Falange que ahora también podría verse acusado de crímenes contra la humanidad. El historiador Josep Maria Solé i Sabaté califica el auto de Garzón como un "caos" que entre otros errores aplica la condición de "desaparecidos" a los 114.266 nombres de víctimas aportados por las asociaciones, para así poder evitar la prescripción del caso y la Ley de Amnistía.

No obstante, Gervasio Puerta, presidente de la Asociación de Ex Presos y Represaliados Políticos Antifranquistas, una de las asociaciones personadas en la causa, piensa muy distinto. Puerta cree, según publica El Mundo, que la investigación debería extenderse aún más y reconoce que le causaría "satisfacción" que los ancianos se sentasen en el banquillo, anunciando que en breve hará llegar al juez un informe "con nombres y apellidos" de represores del franquismo. Dice no actuar "en busca de venganza" ni querer que "nadie acabe en la cárcel".

Los historiadores consultados por Crónica de El Mundo aseguran que la Falange pudo tener responsabilidad de 1936 a 1939, pero de aquella fecha no queda nadie vivo. "Tras la guerra, Falange no mata a casi nadie. Dan palizas, aceite de ricino...pero la represión es cosa de la Guardia Civil y el Ejército. Las muertes se tramitan por consejo de guerra", asegura Gabriel Cardona, experto en política militar y profesor de la Universidad de Barcelona.

El recurso firmado por el fiscal jefe de la Audiencia, Javier Zaragoza, ha acusado a Garzón de emprender una "inquisición general" y de no ser competente para juzgar crímenes del franquismo, ignorando la ley de Amnistía de 1977 y la prescripción de los delitos. Los magistrados de la sala de lo Penal de la Audiencia Nacional deberán decidir si le corresponde decidir sobre la petición de anulación del auto cursada por la Fiscalía. Pero este órgano ya consideró competente a Garzón en 1998 para iniciar el proceso a las dictaduras chilena y argentina.

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