FUE hace apenas seis meses, y la profecía retumbó en el Parlamento con una grandilocuencia complaciente y eufórica, con una solemnidad abacial. Era el debate de investidura y el presidente sacaba pecho entre una catarata de datos que negaban la crisis y prometían un eldorado socioeconómico de crecimiento, desarrollo y riqueza. Ebrio de optimismo, rebosante de entusiasmo, henchido de confianza, se vino arriba y remató la perorata con un desafío terminante, indubitable y categórico:
-Ésta va a ser la legislatura del pleno empleo.
Fue hace apenas seis meses, y en cada uno de ellos el profeta habrá tenido más de treinta ocasiones, una por cada día, de arrepentirse. Porque en la legislatura del pleno empleo hay ya 2,6 millones de parados y cada estadística sube nuevos peldaños con una voracidad estremecedora. En la legislatura del pleno empleo se ha comenzado a destruir empleo por primera vez en catorce años, a ritmo de 80.000 al trimestre. En la legislatura del pleno empleo hay 638.000 hogares con todos sus miembros desocupados. En la legislatura del pleno empleo hay ya tantos parados como hace diez años, y 800.000 más que hace uno. En la legislatura del pleno empleo no hay sector productivo -construcción, servicios, industria, agricultura- en que no retroceda la desocupación, con incidencia preocupante entre la población activa masculina. En la legislatura del pleno empleo hay 23.000 parados de larga duración más sólo desde el mes de julio. En la legislatura del pleno empleo el Ejército baja la persiana de alistamiento ante la avalancha de solicitudes de ingreso. En la legislatura del pleno empleo el paro ha vuelto a ser la máxima preocupación de los españoles. En la legislatura del pleno empleo no hay día sin que cierre una empresa, se produzcan despidos o se presenten expedientes de crisis y suspensiones de pagos. En la legislatura del pleno empleo España es una escabechina de trabajadores condenados a la incertidumbre, la angustia y la amenaza de la exclusión del mercado de trabajo. En la legislatura del pleno empleo puede cerrarse el primer año con tres millones de desempleados. En la legislatura del pleno empleo el tejido laboral está carcomido por una plaga de estrago y ruina. En la legislatura del pleno empleo el subsidio se traga el presupuesto a grandes bocados de déficit que amenazan la estabilidad financiera del Estado. En la legislatura del pleno empleo el crédito se evapora bajo la niebla del crack y la economía real se precipita hacia la recesión con una inercia exangüe, decadente, calamitosa e imparable.
Coño con la legislatura del pleno empleo.
Post scriptum. El líder del primer sindicato del país, la UGT, recibió ayer la noticia del demoledor incremento del paro en la Audiencia Nacional, donde había acudido a personarse en la causa sobre los desaparecidos en la Guerra Civil, preso de una «oleada emocional irresistible» (sic). Cuestión de prioridades.
Ignacio Camacho. Abc
-Ésta va a ser la legislatura del pleno empleo.
Fue hace apenas seis meses, y en cada uno de ellos el profeta habrá tenido más de treinta ocasiones, una por cada día, de arrepentirse. Porque en la legislatura del pleno empleo hay ya 2,6 millones de parados y cada estadística sube nuevos peldaños con una voracidad estremecedora. En la legislatura del pleno empleo se ha comenzado a destruir empleo por primera vez en catorce años, a ritmo de 80.000 al trimestre. En la legislatura del pleno empleo hay 638.000 hogares con todos sus miembros desocupados. En la legislatura del pleno empleo hay ya tantos parados como hace diez años, y 800.000 más que hace uno. En la legislatura del pleno empleo no hay sector productivo -construcción, servicios, industria, agricultura- en que no retroceda la desocupación, con incidencia preocupante entre la población activa masculina. En la legislatura del pleno empleo hay 23.000 parados de larga duración más sólo desde el mes de julio. En la legislatura del pleno empleo el Ejército baja la persiana de alistamiento ante la avalancha de solicitudes de ingreso. En la legislatura del pleno empleo el paro ha vuelto a ser la máxima preocupación de los españoles. En la legislatura del pleno empleo no hay día sin que cierre una empresa, se produzcan despidos o se presenten expedientes de crisis y suspensiones de pagos. En la legislatura del pleno empleo España es una escabechina de trabajadores condenados a la incertidumbre, la angustia y la amenaza de la exclusión del mercado de trabajo. En la legislatura del pleno empleo puede cerrarse el primer año con tres millones de desempleados. En la legislatura del pleno empleo el tejido laboral está carcomido por una plaga de estrago y ruina. En la legislatura del pleno empleo el subsidio se traga el presupuesto a grandes bocados de déficit que amenazan la estabilidad financiera del Estado. En la legislatura del pleno empleo el crédito se evapora bajo la niebla del crack y la economía real se precipita hacia la recesión con una inercia exangüe, decadente, calamitosa e imparable.
Coño con la legislatura del pleno empleo.
Post scriptum. El líder del primer sindicato del país, la UGT, recibió ayer la noticia del demoledor incremento del paro en la Audiencia Nacional, donde había acudido a personarse en la causa sobre los desaparecidos en la Guerra Civil, preso de una «oleada emocional irresistible» (sic). Cuestión de prioridades.
Ignacio Camacho. Abc
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