-¿Qué le parece la conjunción de dos términos tan distintos como memoria e Historia?
-La Ley de la Memoria Histórica es una contradicción porque la memoria es algo subjetivo y la Historia pretende ser una ciencia. Da miedo cuando se habla tanto desde el poder de la memoria histórica porque suena a intoxicación y adoctrinamiento. Ni los parlamentarios ni los jueces deben decidir cuál es la verdad histórica. Además, no entiendo por qué se insiste en relacionar la memoria histórica siempre con la Guerra Civil y hacer herederos de aquellos bandos a los dos grandes partidos nacionales.
-La Ley de la Memoria Histórica es una contradicción porque la memoria es algo subjetivo y la Historia pretende ser una ciencia. Da miedo cuando se habla tanto desde el poder de la memoria histórica porque suena a intoxicación y adoctrinamiento. Ni los parlamentarios ni los jueces deben decidir cuál es la verdad histórica. Además, no entiendo por qué se insiste en relacionar la memoria histórica siempre con la Guerra Civil y hacer herederos de aquellos bandos a los dos grandes partidos nacionales.
El historiador Fernando García de Cortázar ha ganado el Premio Nacional de Historia de España, otorgado por el Ministerio de Cultura y dotado con 20.000 euros, por su obra 'Historia de España desde el Arte', publicado por Planeta.
Este premio se concede a la mejor obra de historia editada en español o en alguna de las otras lenguas cooficiales que se hablan en España.
Fernando García de Cortázar (Bilbao, 1942), es catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de Deusto. Es Miembro del Consejo Asesor del Centro de Estudios Iberoamericanos y Atlánticos; académico de la Real Academia de Historia; director de la Fundación Grupo-Correo. Ha dirigido la serie televisiva 'Memoria de España' y es coautor de la serie 'España en Guerra'.
Entre sus obras figuran 'Diccionario de Historia del País Vasco', 'El antiguo régimen y la edad contemporánea', 'Breve Historia de España, Los perdedores de la historia de España', 'Historia de España: de Atapuerca al euro', 'Nacionalismos e historia, los mitos de la historia de España' y 'En torno a Europa'.
El jurado, presidido por Rogelio Blanco, director general del Libro, ha estado compuesto por Mónica Fernández, Josefina Gómez, Antonio Almagro, José Luis García Delgado, José Antonio Escudero, Ramón Villares, Carlos González Reigosa, María Dolores Saiz y los dos últimos autores galardonados, Luis Gil y Antonio Miguel Bernal
********************************************Este premio se concede a la mejor obra de historia editada en español o en alguna de las otras lenguas cooficiales que se hablan en España.
Fernando García de Cortázar (Bilbao, 1942), es catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de Deusto. Es Miembro del Consejo Asesor del Centro de Estudios Iberoamericanos y Atlánticos; académico de la Real Academia de Historia; director de la Fundación Grupo-Correo. Ha dirigido la serie televisiva 'Memoria de España' y es coautor de la serie 'España en Guerra'.
Entre sus obras figuran 'Diccionario de Historia del País Vasco', 'El antiguo régimen y la edad contemporánea', 'Breve Historia de España, Los perdedores de la historia de España', 'Historia de España: de Atapuerca al euro', 'Nacionalismos e historia, los mitos de la historia de España' y 'En torno a Europa'.
El jurado, presidido por Rogelio Blanco, director general del Libro, ha estado compuesto por Mónica Fernández, Josefina Gómez, Antonio Almagro, José Luis García Delgado, José Antonio Escudero, Ramón Villares, Carlos González Reigosa, María Dolores Saiz y los dos últimos autores galardonados, Luis Gil y Antonio Miguel Bernal
«Historia de España: de Atapuerca al Estatut» es uno de los 44 títulos que ha firmado Fernando García de Cortázar; ese también es el periodo histórico que abarca «Historia de España desde el arte» (Planeta), que ayer fue galardonado con el Premio Nacional de Historia de España 2008.
No se trata de un manual al uso de Historia del Arte, sino de explicar los acontecimientos que forjan el devenir de nuestro país desde los testimonios artísticos que perduran. Así, la obra, con abundante material gráfico, arranca en las pinturas rupestres de Altamira, se detiene en los restos fenicios y griegos, los monasterios medievales, los caprichos de Goya... y así hasta las grandes instituciones culturales apuntaladas por la democracia. El premio, dotado con 20.000 euros, distingue también la labor de un historiador, profundamente creyente en el concepto de nación española, que no entiende su oficio sin el respaldo del compromiso.
-Al enterarse de la noticia ha comentado que el premio llegaba después de haber escrito 44 obras, ¿era un reproche?
-No, estoy muy contento y agradecido porque el Ministerio haya hecho suyo un reconocimiento que ya tenía gracias a miles de lectores. Me emociona especialmente que haya sido un Premio Nacional por todo lo que mi obra ha contribuido a fomentar el sentimiento de nación.
-Confluyen en este galardón dos disciplinas distintas, pero inevitablemente relacionadas: la Historia y el arte.
-Me ha alegrado más incluso que si se lo hubieran dado a cualquier otro libro. Pues supone una gran síntesis de la Historia de España, además de la satisfacción de unir la belleza de la literatura con la de lo plástico. Ha sido un esfuerzo más en mi trayectoria para acercar la Historia a los españoles, no sólo desde el sentido, sino también desde el sentimiento. Además, es un libro de fácil difusión. Los españoles se sienten identificados con las claves de buena parte de mi obra, especialmente la concepción de la Historia como compromiso para mejorar el presente, para cumplir la utopía de crear un mundo mucho más libre.
-Como historiador, ¿qué siente ante la preminencia de su disciplina en la actualidad política?
-La Historia vive un gran momento porque interesa en los distintos formatos: el ensayo histórico, el audiovisual (lo sé porque estoy bastante metido en el tema) y la novela histórica. Es que el pasado español es riquísimo y los españoles tienen una idea de ello, aunque sea fragmentaria. Deberíamos ser los historiadores quienes enlazáramos todos estos eslabones más que los periodistas, porque muchas veces surge la tentación de la manipulación.
-¿Qué le parece la conjunción de dos términos tan distintos como memoria e Historia?
-La Ley de la Memoria Histórica es una contradicción porque la memoria es algo subjetivo y la Historia pretende ser una ciencia. Da miedo cuando se habla tanto desde el poder de la memoria histórica porque suena a intoxicación y adoctrinamiento. Ni los parlamentarios ni los jueces deben decidir cuál es la verdad histórica. Además, no entiendo por qué se insiste en relacionar la memoria histórica siempre con la Guerra Civil y hacer herederos de aquellos bandos a los dos grandes partidos nacionales.
-Ha denunciando la pérdida de dinero que supone que el «juez Garzón investigue lo que no tiene investigación judicial posible».
-Garzón está perdiendo mucho tiempo en eso, y los contribuyentes no le pagamos para exhumar fosas, sino para perseguir a delincuentes actuales y que elabore buenos actos procesales. Por mucha capacidad de trabajo que tenga, dudo que pueda dedicar el mismo tiempo a las fosas que a perseguir el crimen.
-Como vasco y como historiador se ha ocupado del tema del nacionalismo, ¿Cuál es su diagnóstico sobre la situación actual de su región?
-El nacionalismo debía haberse convertido en un movimiento histórico y no tener tanta influencia en el presente. Para eso es fundamental una nueva ley electoral que permita articular el gobierno de una manera más fácil a partir de los dos grandes partidos. Llama la atención que los nacionalismos tengan que ser escuchados cuando su idea de España no existe. Ellos parten de que las únicas naciones son la catalana, la vasca y la gallega; luego no se puede esperar mucho de ellos.
-A estas alturas de 2008, ¿qué balance realiza de la actividad de la fundación que preside para conmemorar el bicentenario de 1808?
-Estoy encantado de que la fundación haya cumplido el objetivo de hacer que la Historia actúe en el día presente, que influya en la vida diaria de los ciudadanos. También hemos conmemorado los acontecimientos de 1808 y hemos tenido la oportunidad de recordar que a partir de entonces España empezó a caminar como nación y también empezó a construir la conquista de libertades que acabó en la democracia. Como historiador, creo que es esencial que generemos opinión y no por pertenecer a un partido político concreto.
-Al enterarse de la noticia ha comentado que el premio llegaba después de haber escrito 44 obras, ¿era un reproche?
-No, estoy muy contento y agradecido porque el Ministerio haya hecho suyo un reconocimiento que ya tenía gracias a miles de lectores. Me emociona especialmente que haya sido un Premio Nacional por todo lo que mi obra ha contribuido a fomentar el sentimiento de nación.
-Confluyen en este galardón dos disciplinas distintas, pero inevitablemente relacionadas: la Historia y el arte.
-Me ha alegrado más incluso que si se lo hubieran dado a cualquier otro libro. Pues supone una gran síntesis de la Historia de España, además de la satisfacción de unir la belleza de la literatura con la de lo plástico. Ha sido un esfuerzo más en mi trayectoria para acercar la Historia a los españoles, no sólo desde el sentido, sino también desde el sentimiento. Además, es un libro de fácil difusión. Los españoles se sienten identificados con las claves de buena parte de mi obra, especialmente la concepción de la Historia como compromiso para mejorar el presente, para cumplir la utopía de crear un mundo mucho más libre.
-Como historiador, ¿qué siente ante la preminencia de su disciplina en la actualidad política?
-La Historia vive un gran momento porque interesa en los distintos formatos: el ensayo histórico, el audiovisual (lo sé porque estoy bastante metido en el tema) y la novela histórica. Es que el pasado español es riquísimo y los españoles tienen una idea de ello, aunque sea fragmentaria. Deberíamos ser los historiadores quienes enlazáramos todos estos eslabones más que los periodistas, porque muchas veces surge la tentación de la manipulación.
-¿Qué le parece la conjunción de dos términos tan distintos como memoria e Historia?
-La Ley de la Memoria Histórica es una contradicción porque la memoria es algo subjetivo y la Historia pretende ser una ciencia. Da miedo cuando se habla tanto desde el poder de la memoria histórica porque suena a intoxicación y adoctrinamiento. Ni los parlamentarios ni los jueces deben decidir cuál es la verdad histórica. Además, no entiendo por qué se insiste en relacionar la memoria histórica siempre con la Guerra Civil y hacer herederos de aquellos bandos a los dos grandes partidos nacionales.
-Ha denunciando la pérdida de dinero que supone que el «juez Garzón investigue lo que no tiene investigación judicial posible».
-Garzón está perdiendo mucho tiempo en eso, y los contribuyentes no le pagamos para exhumar fosas, sino para perseguir a delincuentes actuales y que elabore buenos actos procesales. Por mucha capacidad de trabajo que tenga, dudo que pueda dedicar el mismo tiempo a las fosas que a perseguir el crimen.
-Como vasco y como historiador se ha ocupado del tema del nacionalismo, ¿Cuál es su diagnóstico sobre la situación actual de su región?
-El nacionalismo debía haberse convertido en un movimiento histórico y no tener tanta influencia en el presente. Para eso es fundamental una nueva ley electoral que permita articular el gobierno de una manera más fácil a partir de los dos grandes partidos. Llama la atención que los nacionalismos tengan que ser escuchados cuando su idea de España no existe. Ellos parten de que las únicas naciones son la catalana, la vasca y la gallega; luego no se puede esperar mucho de ellos.
-A estas alturas de 2008, ¿qué balance realiza de la actividad de la fundación que preside para conmemorar el bicentenario de 1808?
-Estoy encantado de que la fundación haya cumplido el objetivo de hacer que la Historia actúe en el día presente, que influya en la vida diaria de los ciudadanos. También hemos conmemorado los acontecimientos de 1808 y hemos tenido la oportunidad de recordar que a partir de entonces España empezó a caminar como nación y también empezó a construir la conquista de libertades que acabó en la democracia. Como historiador, creo que es esencial que generemos opinión y no por pertenecer a un partido político concreto.
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