EDURNE URIARTE .- ABC, miércoles, 04-02-09
El patriotismo en boca de Zapatero es del orden de la democracia en boca de Fidel Castro, de la honradez en la de Roca, de la austeridad en Pérez Touriño o de la modestia en Sarkozy. Una completa tomadura de pelo. Una provocación más de este presidente superficial, manipulador y, en demasiados asuntos, abiertamente hipócrita. Como en este manoseo del patriotismo español para protegerse de sus responsabilidades en la nefasta gestión de la crisis económica.
Ahora resulta que sí existe una entidad llamada España con la que los ciudadanos deben comprometerse. Ayude usted a España, exige al PP este repentino nacionalista español, apoye a España para sacarla de la crisis. Que el problema lo tiene España y no yo, que soy su consejero delegado y gestiono sus dineros y las políticas para afrontar la crisis. Y hasta «he» apoyado a los bancos, dijo en el mitin del fin de semana, ya que olvidé que lo había hecho con el dinero de los españoles.
España existe por fin para Zapatero ahora que existe la crisis. Para sustituir la primera persona del singular por la primera persona del plural. Yo apoyo a los bancos, a los trabajadores y a los desempleados. Y nosotros, España, tenemos un problema. Algo ha ayudado también a su descubrimiento de España esa molesta verruga patriota que le salió al PSOE en forma de UPyD y esos cientos de miles de votantes que se le fueron al PP en las pasadas elecciones. Pero España existe con auténtica pasión en el discurso de Zapatero desde que la necesita para eludir responsabilidades. En funciones complementarias a los banqueros. Estos son los malos y España la que tiene que salir del atolladero.
Si no fuera porque este político es el mismo que ridiculizó en los últimos años a la derecha por su patriotismo español. Si no fuera porque es el mismo que se puso al frente de las coaliciones con nacionalistas para defenestrar la nación. Si no fuera porque algunos dejamos hace años la izquierda por su rechazo del patriotismo español. Si no fuera por todo eso, el manoseo de España podría quedar en mero populismo anti-crisis. Con el pasado de Zapatero, es demagogia intolerable
El patriotismo en boca de Zapatero es del orden de la democracia en boca de Fidel Castro, de la honradez en la de Roca, de la austeridad en Pérez Touriño o de la modestia en Sarkozy. Una completa tomadura de pelo. Una provocación más de este presidente superficial, manipulador y, en demasiados asuntos, abiertamente hipócrita. Como en este manoseo del patriotismo español para protegerse de sus responsabilidades en la nefasta gestión de la crisis económica.
Ahora resulta que sí existe una entidad llamada España con la que los ciudadanos deben comprometerse. Ayude usted a España, exige al PP este repentino nacionalista español, apoye a España para sacarla de la crisis. Que el problema lo tiene España y no yo, que soy su consejero delegado y gestiono sus dineros y las políticas para afrontar la crisis. Y hasta «he» apoyado a los bancos, dijo en el mitin del fin de semana, ya que olvidé que lo había hecho con el dinero de los españoles.
España existe por fin para Zapatero ahora que existe la crisis. Para sustituir la primera persona del singular por la primera persona del plural. Yo apoyo a los bancos, a los trabajadores y a los desempleados. Y nosotros, España, tenemos un problema. Algo ha ayudado también a su descubrimiento de España esa molesta verruga patriota que le salió al PSOE en forma de UPyD y esos cientos de miles de votantes que se le fueron al PP en las pasadas elecciones. Pero España existe con auténtica pasión en el discurso de Zapatero desde que la necesita para eludir responsabilidades. En funciones complementarias a los banqueros. Estos son los malos y España la que tiene que salir del atolladero.
Si no fuera porque este político es el mismo que ridiculizó en los últimos años a la derecha por su patriotismo español. Si no fuera porque es el mismo que se puso al frente de las coaliciones con nacionalistas para defenestrar la nación. Si no fuera porque algunos dejamos hace años la izquierda por su rechazo del patriotismo español. Si no fuera por todo eso, el manoseo de España podría quedar en mero populismo anti-crisis. Con el pasado de Zapatero, es demagogia intolerable
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