martes, 20 de mayo de 2008

La pobreza asola Canarias


Los datos que se dieron a conocer en el informe anual del Diputado del Común no dejan lugar a dudas: La pobreza en Canarias está alcanzando tintes dramáticos.

Las cifras de la Confederación de entidades de acción caritativa y social de la Iglesia católica en España (Cáritas) indican que en los dos últimos años la pobreza existente en el Archipiélago ha aumentado hasta un 18 por ciento.

En el 2007 ya se advertía que más de 650.549 hogares en las Islas vivían bajo el umbral de la pobreza. Para el director provincial de Cáritas Diocesana en Tenerife esta situación se debe «a la alarmante subida del índice de precios». Muchas familias no puedan mantener siquiera un nivel medianamente digno de vida «ya que los sueldos medios se mantienen desde hace dos años».
Se congratula de que las autoridades hayan tomado medidas «urgentes» para aliviar el problema, pero recuerda que la crisis económica que afecta a Europa, y por tanto a España, venía anunciada desde hace cinco años.
Canarias es una de las regiones donde más están aumentando los índices de parados. El pasado mes de abril se incrementó en más de 7.300 personas, lo que colocó a las Islas con 166.241 parados, «algo terrible que favorece la exclusión social», agravado por el ritmo de vida actual que hace «ser más individualistas, y apenas deja tiempo para ver la realidad que existe a nuestro alrededor».
Así se estructura la pobreza:
Afecta al 4,6 por ciento de la población, es la pobreza relativa. Incluye a las personas que sobreviven con menos de 450 euros al mes.
Le sigue la pobreza severa, que afecta a casi el dos por ciento de las personas que viven en las Islas, y que incluye a los que obtienen menos de 300 euros al mes.
Luego están las personas que viven bajo el umbral de la pobreza obtienen ingresos inferiores al salario mínimo interprofesional, y afecta a más de 500.000 canarios, más del 23 por ciento de la población total que habita en el Archipiélago.

Los dos colectivos más afectados son las mujeres y los niños. Se calcula que uno de cada tres niños tiene carencias alimenticias, de asistencia médica e incluso sus hogares «tienen condiciones de insalubridad».

Estos datos sitúan a Canarias muy por encima de la media nacional. Familias desestructuradas, con problemas de alcoholismo o drogadicción, son el «caldo de cultivo» habitual para este tipo de situaciones. A esto hay que unir a los menores inmigrantes no acompañados, que ni tan siquiera se han logrado cuantificar.
La mujer es la que la que soporta en mayor medida este tipo de escenarios: «La pobreza tiene rostro de mujer». Son ellas las que trabajan más horas fuera de casa -«la mayoría de las veces por sueldos inferiores a los hombres»-, se encargan del hogar, y, sobre todo, cuidan de los hijos. Son, además, las más propensas a sufrir problemas mentales y dependencias derivadas de su mala situación.
Una coyuntura alarmante que ha llegado incluso al Parlamento de Canarias. También desde el Ejecutivo regional se anuncian «políticas activas» para paliar la existencia «precaria» de muchas personas.

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