-Cunde la idea de que estos políticos nuestros de cada día no tienen la talla de los de la Transición. ¿Coincide? .BLANCA TORQUEMADA Día 19/05/2011
-Yo creo que la diferencia entre los políticos de la Transición y los de ahora es que entonces todos los partidos trabajaban en favor de una idea común, que era la de la integración de todos los españoles en un proyecto. Y ahora yo creo que se trabaja mucho más en función de los objetivos de los partidos, lo que crea un escenario diferente, más fragmentado.
Zapatero siempre quiere basar todos sus años de Gobierno en adelantos sociales, pero la primera prestación social para cualquier persona es tener trabajo.
Los políticos necesitan formación específica y nadie se la ofrecía. ¿Ustedes han cubierto ese hueco?.
*.- La intención es que el centro aglutine y no divida, y que todo el mundo se encuentre muy representado. Así que el comité de dirección está muy medido por partidos, por ideologías, pero además por personas que sean de prestigio reconocido, prácticamente incuestionables. No queríamos hacer nada por lo que se nos tachara de tener una instrumentalización política.
A nuestros cursos han asistido ya muchísimos diputados, senadores y también parlamentarios autonómicos. Incluso hemos tenido a ex ministros en algunos cursos. Otra pauta importante para no politizar las aulas es que los profesores y ponentes de los cursos no sean cargos en activo.
*.- El político a veces no tiene mucha facilidad para acceder al conocimiento fuera de sus redes de partido, de grupo parlamentario o de las instituciones, para debatir un punto de vista exclusivamente técnico y sin ideologización sobre aspectos que luego son susceptibles de ser legislados.
Así, hemos organizado cursos sobre política internacional, energía, sanidad... Y en política económica nos hemos ido anticipando a las decisiones que luego se han tenido que adoptar. Han venido a nuestro centro líderes del Fondo Monetario Internacional, del Banco Europeo y de la Reserva Federal norteamericana.
*.- Para ser muy bueno en algo tienes que tener unas cualidades innatas, que luego puedes perfeccionar. Porque un líder natural que no se prepare a lo peor luego se pierde.
-Cunde la idea de que estos políticos nuestros de cada día no tienen la talla de los de la Transición. ¿Coincide? .
-Yo creo que la diferencia entre los políticos de la Transición y los de ahora es que entonces todos los partidos trabajaban en favor de una idea común, que era la de la integración de todos los españoles en un proyecto. Y ahora yo creo que se trabaja mucho más en función de los objetivos de los partidos, lo que crea un escenario diferente, más fragmentado.
-¡Y bastante peor!.
-Bueno, yo siempre defiendo la idea de que los políticos no son más que el reflejo de la sociedad, son parte de ella. La sociedad es muy crítica con sus políticos, pero también nos corresponde a todos hacer una reflexión de conjunto. Una de las cosas en las que deberíamos tomar ejemplo de la Transición es en reactivar los pactos de Estado, para volver a ellos en temas fundamentales, como, por ejemplo, la educación.
-¿Cómo está viendo la campaña del 22-M? .
El Partido Socialista está viviendo un momento más complicado, con menos liderazgo interno y con un candidato nacional que no está todavía nombrado. Se ve que les falta sosiego.
-Con lo de «miente como un bellaco quien diga que hemos hecho recortes sociales», ¿ha desbarrado Zapatero?
-Él siempre quiere basar todos sus años de Gobierno en adelantos sociales, pero la primera prestación social para cualquier persona es tener trabajo.
Carmen Mateo, es directora del Centro de Estudios de Políticas Públicas y de Gobierno de la Universidad de Alcalá de Henares, que ha cumplido ya cinco años
En el meollo de la «res publica»
Consultora especializada en comunicación política, Mateo relata cómo hace unos años, en una conversación con el entonces rector de la Universidad de Alcalá de Henares, Virgilio Zapatero, se planteó la carencia en España de entidades para la formación continua de los políticos, frente a los centros de alto nivel de esa naturaleza existentes en otros países. «Desde ese momento buscamos el modelo idóneo, y vimos que una universidad pública era lo más razonable», con el respaldo de financiación privada. Y así el Centro de Estudios de Políticas Públicas y de Gobierno de la UAH fraguó y ha cumplido ya un lustro.
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