lunes, 16 de mayo de 2011

Leopoldo Calvo Sotelo y Adolfo Suárez faltaron obviamente.

El expresidente, que gobernó entre 1996 y 2004, apeló a la ciudadanía "activa y exigente" para que limite el poder.
"Si se pierden los límites se pierde la democracia. Límites objetivos, fijos, infranqueables e indisponibles. Límites verdaderos, límites ciertos. Límites que no se pueden traspasar. Límites para todos y límites siempre".
Para algunos de los presentes el expresidente podría estar refiriéndose al pedir límites tanto a las autonomías como a la reciente entrada de las candidaturas de Bildu en las elecciones municipales del próximo domingo 22 de mayo.
"No hay democracia sin nación. Hay democracia española porque hay nación española, y cuando se celebra la una se celebra la otra", señaló Aznar.
El expresidente del PP aseguró que su compromiso como gobernante se define por la defensa de la libertad y el progreso de la sociedad.

Tras Aznar subió al estrado González, ya que el orden de entrega de medallas y de discursos se dispuso de la etapa más cercana de Gobierno a la más alejada, es decir de Aznar a Suárez, y, entre ellos, González y Calvo Sotelo.
La primera diferencia fue la forma en la que González se refería a la democracia española y a España: "Ese espacio público compartido de convivencia que llamamos España".
Las recetas de González pasan porque en ese espacio el gobernante respete "los sentimientos de pluralidad". Y en paralelo otro ingrediente: "Capacidad de crear proyectos que incumban a todos; a los que les votan y a los que no les votan".
También fiel a su estilo, sin leer papeles y con fuerte expresividad corporal, se declaró afortunado por sus años de Gobierno (1982-1996 ), en la línea de sus tesis anterior. "He hecho lo que creía que era mi deber con España y creo que coincidió con lo que querían los que me votaron y también con lo que querían la mayoría de los que no me votaron".
En esa defensa de gobernar para la mayoría y tener en cuenta la pluralidad, el político socialista hizo otra declaración de principios: "Los grandes desafíos nunca son de partido, son de país; los partidos sólo pueden ser instrumentos para conseguir esos grandes objetivos".

Tanto el político socialista como el conservador reconocieron y ensalzaron la labor del Rey, y uno y otro se felicitaron mutuamente por el premio. Ahí terminaron la coincidencias.
Ambos se habían referido al comienzo de la etapa democrática pero González citó expresamente como uno de los males la violencia terrorista.
"Estamos a punto de superar esas manifestaciones de violencia", dijo en la única apreciación concreta de la jornada. Tanto González como Aznar participan en la campaña electoral en apoyo a los candidatos de sus partidos. González había estado el día anterior en el País Vasco y lamentó que "la derecha haga más publicidad a ETA que Bildu".
Aznar, en otro mitin en Cuenca, avisó de que si el PP ganaba las elecciones expulsaría a Bildu de las instituciones. Ayer ambos se aplaudieron mutuamente y todo fue muy correcto. El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, se preocupó de que reinara la asepsia, el equilibrio y el trato igualitario.

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