martes, 17 de mayo de 2011

La izquierda extrema

¿Hasta cuándo el discurso de la extrema derecha?.
¿Certificarán estas elecciones su desgaste?


Vuelvo a uno de mis libros de cabecera en lo que a estrategia política del socialismo del último decenio se refiere, El futuro no es lo que era (2001) de Felipe González y Juan Luis Cebrián, y recupero el mensaje central del PSOE en esta campaña: la derecha es, en realidad, extrema derecha, peligrosa y dudosamente democrática.
En palabras de Cebrián hace diez años: «Son la derecha de siempre, la que colaboró con la dictadura porque la engendró, pero, encima, legitimada democráticamente. De algún modo, es como si Franco se hubiera presentado a las elecciones y las hubiera ganado».
Y lo mismo en cada una de las campañas electorales.
Hasta la anterior, Europeas del 2009, donde Zapatero hablaba de «la derecha más derecha de Europa» y López Aguilar de «la derecha energuménica».
Y hasta hoy, con «la derecha extrema», frase central de todos los mítines y de todos los oradores.
¿Hasta cuándo el discurso de la extrema derecha?.
¿Certificarán estas elecciones su desgaste?
¿Acierta la derecha en su falta de respuesta, ahora y antes, a esa descalificación?
Se podría pensar que un resultado socialista tan catastrófico como el augurado por las encuestas demostraría que tal estrategia no tiene ya capacidad de movilización y, por lo tanto, auguraría su fin.
Y, sin embargo, otros tres elementos hacen pensar que eso no será así.
*.- Primero, el hecho de que las referencias al franquismo ya estén siendo sustituidas por las equiparaciones con la extrema derecha europea actual, «son como los Auténticos Finlandesses», como ha dicho Zapatero.
*.- Después, la utilización del mismo discurso en otros partidos socialistas como el francés, que alerta sobre la cercanía entre Sarkozy y le Pen.
*.- Y, tercero, lo profundamente enraizada que está la imagen de la derecha extrema en la militancia socialista. De hecho, es uno de los mensajes de mayor éxito en los mítines socialistas.

De ahí que sea difícilmente comprensible que la derecha española no contrarreste ese discurso. Sobre todo, cuando hay bastantes más argumentos a favor de izquierda extrema en el socialismo que a favor de la derecha extrema en el PP. Comenzando por los pactos con IU o ERC, la extrema izquierda, allí donde puede.
Pasando por la reivindicación del mensaje de la izquierda extremista de la República. Y terminando con la negociación con ETA y la presión para la legalización de su brazo político.
En términos de manual de Ciencia Política, a todo eso se le llama coqueteo, simpatía y cercanía a la extrema izquierda.
La izquierda extrema, la izquierda más izquierdista de Europa, la izquierda de la izquierda, es una realidad en España. Y gobierna. EDURNE URIARTE.- ABC 17 de mayo 2011.

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