sábado, 5 de abril de 2008

Una relación de dieciocho palabras

Interesante el artículo de M. Calleja:
A falta de cumbres, entrevistas, reuniones, visitas, encuentros o incluso encontronazos, los saludos que se dirigen George Bush y José Luis Rodríguez Zapatero en las citas internacionales son observados y cronometrados al segundo, con un regocijo nada disimulado por parte de la prensa.
El pasado 14 de marzo, Moncloa anunció que por fin, después de cuatro años, iban a verse ambos dirigentes, en la cumbre de la OTAN en Bucarest. Y se vieron... de pasada. «Hola, hola. Felicidades», le dedicó el presidente estadounidense al español, cuando pasó por su lado en la cena de apertura. Fue una «cumbre» de tres palabras en menos de tres segundos. La vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, lo calificó de «encuentro informal».
El «hola, hola» ya ha pasado a la historia de las relaciones internacionales de España. Desde que Zapatero ganó las primeras elecciones, en marzo de 2004, ha coincidido siete veces con Bush en diferentes citas con otros líderes mundiales.
Que se sepa, Bush ha dedicado en público 18 palabras a Zapatero en esos siete encuentros. Moncloa asegura que ha habido otras conversaciones, pero su contenido es totalmente desconocido, al menos para la opinión pública.
El contenido de esos «encuentros informales», como diría la vicepresidenta De la Vega, fue tan trascendente como esto: «Hola, ¿qué tal amigo», «Hola, ¿cómo está?», «Me alegro de volver a verlo».
El momento culminante se produjo esta misma semana, con el «Hola, hola. Felicidades», que al parecer dejó satisfecho al Gobierno de Zapatero, porque nadie ha lamentado, al menos de puertas afuera, que no se produjera la esperada reunión, la de verdad, entre el máximo dirigente de la primera potencia mundial y el presidente del Gobierno de España.

Intereses compartidos
El pasado 14 de marzo, Bush telefoneó a Zapatero para felicitarle por el resultado de las elecciones del día 9. El propio Zapatero reconoció que esperaba que en la conversación que ambos tenían pendientes, y que por fin sería en Bucarest, se hablara detenidamente de «aspectos que afectan a intereses compartidos» y de «otras cuestiones de orden internacional».
Luego llegó el histórico «hola, hola» de Bush, y no hubo más conversación ni grandes cuestiones internacionales que tratar entre los dos. Por si fuera poco, Zapatero se dejó fotografiar solo en la mesa de trabajo de la cumbre, mientras un poco más allá Bush y Merkel conversaban con el resto de dirigentes mundiales.

El Gobierno, consciente del tremendo impacto que había tenido la publicación de la fotografía, en la que Zapatero aparecía aislado en el mundo, ajeno a los asuntos que tratan el resto de los dirigentes, se movilizó rápidamente. Primero fue Moratinos quien intentó quitar importancia a la imagen, lo mismo que De la Vega. Lo cierto es que si la imagen resultó impactante, mucho más lo fue el vídeo que se colgó en internet: toda un secuencia para ver a un presidente ajeno a todo.

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