viernes, 11 de abril de 2008

Amnistía o memoria

Estoy preparando el Comentario de un texto histórico para mis alumnos.
Encuentro unas notas tomadas en 2007, en ellas César Alonso de los Ríos decía: “Hay quienes erróneamente piensan que amnistía equivale a perdón, cuando lo que significa es olvido, que es lo que reivindicó la oposición en los primeros momentos de la transición.
¿Por qué entonces piden ahora memoria histórica quienes salieron a la calle ayer pidiendo olvido? Es tan llamativa la contradicción que merece la pena reflexionar sobre ella.
En España, socialistas, comunistas, anarquistas... reclamaron el olvido no sólo referido a las responsabilidades personales, sino a las causas generales e incluso a los hechos históricos: se olvidaba Paracuellos a cambio de Gernika”.
Porque
Se tenía sentido de culpabilidad y miedo a las responsabilidades políticas. Se sabía que los dos bandos habían querido ganar la guerra y que en cualquiera de las hipótesis habría habido persecución del enemigo.
Todo el mundo era consciente de que los grandes valedores del diálogo y de la reconciliación (Laín, Areilza, Ruiz Giménez, Ridruejo, Aranguren, Maravall, Tovar...) habían estado con Franco el 18 de julio y que nunca habían abjurado de aquel compromiso aun cuando hubiesen ido tomando distancias a partir de mediados de los cincuenta.
Por supuesto, todos eran conscientes de que en los dos bandos se habían cometido monstruosidades, y no sólo a partir del Levantamiento militar, sino que éste había sido la respuesta a la terrible experiencia republicana”.

Por ello afirmaba: “yo soy partidario de la memoria histórica completa, total, no de la memoria selectiva de Zapatero, Carod Rovira e Ibarretxe. Yo soy partidario de que los medios de comunicación publiquen las manifestaciones en las que pedíamos la amnistía. Yo pido ahora el rescate del pasado. Entero. Verdadero. La plaza de Badajoz y Paracuellos, Gernika y Santoña. La toma de «El Sol» y la fundación de «Destino». El nuevo «Triunfo» fue posible gracias al dinero de un ex nazi llamado Jo Linten que aterrizó en la Concha de San Sebastián poco antes de que Alemania fuera derrotada... Yo estoy por la memoria y sólo concibo la amnistía en función de la piedad”.

El texto, “Manifiesto de la Junta Democrática” de 29 de julio de 1974. Franco todavía vivo pero su Régimen sobrevive como puede.
En este Manifiesto se propugnó:
*.- La formación de un gobierno provisional que sustituya al actual, para devolver al hombre y a la mujer españoles, mayores de dieciocho años, su plena ciudadanía mediante el reconoci-miento legal de todas las libertades, derechos y deberes democráticos.
*.- La amnistía absoluta de todas las responsabilidades por hechos de naturaleza política y la liberación inmediata de todos los detenidos por razones políticas o sindicales.
*.- La legalización de los partidos políticos, sin exclusiones.
*.- La libertad sindical y la restitución al movimiento obrero del patrimonio del Sindicato Vertical.
*.- Los derechos de huelga, de reunión y de manifestación pacífica.
*.- La libertad de prensa, de radio, de opinión y de información objetiva de los medios esta-tales de comunicación social, especialmente en la televisión.
*.- La independencia y la unidad jurisdiccional de la función judicial.
*.- La neutralidad política y la profesionalidad, exclusivamente militar para la defensa exte-rior, de las Fuerzas Armadas:
*.- El reconocimiento, bajo la unidad del Estado español, de la personalidad política de los pueblos catalán, vasco, gallego y de las comunidades regionales que lo decidan democrática-mente.
*.- La separación de la Iglesia y del Estado.
*.- La celebración de una consulta popular, entre los doce y los dieciocho meses –contados a desde el día de la restauración de las libertades democráticas-, con todas las garantías de liber-tad, igualdad de oportunidades e imparcialidad, para elegir la forma definitiva del Estado.
*.- La integración de España en las Comunidades europeas, el respeto a los acuerdos interna-cionales y el reconocimiento del principio de la coexistencia pacífica internacional

En pleno declive del Régimen y fracasado un cierto intento aperturista que provocó una reacción de los sectores ultraconservadores, ya enfermo Franco, en julio de 1974 se consituyó en París la Junta Democrática bajo el impulso y el liderazgo del Partido Comunista de España de Santiago Carrillo, y que integró, entre otros grupos, al Partido del Trabajo de España (PTE), el Partido Carlista de Carlos Hugo, Comisiones Obreras (CCOO), el Partido Socialista Popular (PSP) de Enrique Tierno Galván, y personajes de significación, como Rafael Calvo Serer, Antonio García-Trevijano Forte y el intelectual progresista Vidal Beneyto.

Ruptura e inicio de un proceso Constituyente, formación de un Gobierno provisional que restituyera a los españoles, mayores de edad, el protagonismo político y les reconociera legalmente “todas las libertades, derechos y deberes democráticos”. Consulta popular que, con todas las garantías de libertad, igualdad de oportunidades e imparcialidad, permitiera a los españoles “elegir la forma definitiva del Estado”. Se exigía una AMNISTÍA de todas las responsabilidades por hechos de naturaleza política y la liberación inmediata de todos los presos por motivos políticos o sindicales.
Al final se produjo una convergencia de la Junta y de la Plataforma. En palabras de Santiago Carrillo, Secretario general del Partido Comunista de España, “la alternativa no se planteaba entre República o Monarquía, sino entre democracia y dictadura” y se “aceptó la Monarquía como forma política de Estado porque era la forma de lograr el cambio democrático”.
Para el Secretario general del PCE “no hubo una ruptura revolucionaria” sino una “ruptura pactada con los reformistas” que hizo posible la eliminación de la Dictadura, el establecimiento de un Régimen democrático y la consecución de todas las exigencias recogidas en el Manifiesto de la Junta Democrática en 1974.
Esta ruptura pactada hizo posible el proceso constituyente que, fundamentado en el principio de la soberanía nacional, hizo posible la "reconciliación" de las dos Españas.

Conviene ahora recordarlo. ¡Esto es Memoria histórica!. Aunque la memoria y el recuerdo solo es posible para quienes conocen el pasado. Lo demás... ¡cuentos!.

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