martes, 4 de octubre de 2011

Un error «de libro» en el que han caído muchos de los tenidos por progresistas

El nacionalismo es progresista
AURELIO ARTETA
He ahí una de las necedades de efectos más desastrosos para la ciudadanía de este país.
Un error «de libro» en el que han caído muchos de los tenidos por progresistas.
Delata una conciencia de culpa por una deuda imaginaria e inextinguible contraída con el nacionalismo a raíz de la represión franquista durante medio siglo.
Me estoy refiriendo al nacionalismo étnico, que es políticamente reaccionario.
No parecen progresistas por antidemocráticos los partidos y proyectos que consagran la desigualdad en derechos de los sujetos por razones de tribu o raza.
Tampoco lo serán los que defienden la prevalencia política de una comunidad particular de creyentes en su Pueblo sobre la comunidad general de la ciudadanía. O los que, por tanto, pretenden con arrogancia que el territorio que ocupan con otros es más suyo que de nadie y su lengua minoritaria debe ser la de todos. O los que asientan su programa en unos derechos colectivos (y del pasado) contrapuestos a los derechos individuales (y del presente).

Socialmente, ese nacionalismo étnico es conservador o de derechas. Lejos de adoptar por principio posiciones de izquierda, su insolidaridad básica secundará las contrarias cada vez que lo juzgue necesario. Incluso para el nacionalismo llamado radical toda causa de justicia social deberá subordinarse a la causa nacional; cualquier conquista de derechos igualitarios ha de esperar a que su nación conquiste primero la soberanía. Si la expresión «nacionalista de derechas» es una redundancia, la de «nacionalista de izquierdas» entraña una contradicción o requiere un acto de fe.

Aceptemos que, además del catalán o vasco, existe también un «nacionalismo español». Salvo casos contados, se trata hoy de un nacionalismo de carácter estatal, que celebra la pertenencia a un gran Estado, una larga historia unitaria y unas leyes comunes. Cierto que su riesgo radica en exhibir su orgullo frente a los demás Estados más que responder a las demandas de la justicia y la paz internacionales. Pero al menos no causará tantos daños a sus propios ciudadanos como el nacionalismo étnico. Y, sobre todo, frente al alicorto egoísmo de las pequeñas naciones, acierta al ver en nuestro Estado —y mañana en Europa— la comunidad política que encarna los valores progresistas de libertad e igualdad. 
Aquí finaliza lo escrito por Aurelio Arteta.



Un catecismo patriótico español ante el invasor francés (1808-1814)


Capítulo I

Decidme niño, ¿cómo os llamáis?
– Español.

¿Qué quiere decir español?
– Hombre de bien.

¿Cuántas y cuáles son sus obligaciones?
– Tres: ser cristiano, católico, apostólico, romano; defender su Religión, su Patria y su Rey; y morir antes que ser vencido.

¿Quién es nuestro Rey?
– Fernando VII.

¿Con qué amor debe ser obedecido?
– Con el amor que lo han hecho acreedor sus virtudes y desgracias.

¿Quién es el enemigo de nuestra felicidad?
– El Emperador de los Franceses.

¿Y quién es este hombre?
– Un nuevo Señor infinitamente malo y codicioso, principio de todos los males, y fin de todos los bienes; es el compendio y depósito de todos los vicios y maldades.

¿Cuántas naturalezas tiene?
– Dos, una diabólica y otra inhumana.

¿Cuántos emperadores hay?
– Uno verdadero, pero trino en tres personas falsas.

¿Cuáles son?
– Napoleón, Murat y Godoy.

Es más malo uno que otro.
– No Padre, pues todos tres son iguales.

¿De quién procede Napoleón?
– Del Infierno y el Pecado.

¿Y Murat?
– De Napoleón.

¿Y Godoy?
– De la intriga de ambos.

¿Qué atributos tiene el primero?
– La soberbia, la maldad y el despotismo.

¿Y el segundo?
– Del robo, la infamia y la crueldad.

¿Y el último?
– De la traición, la lascivia y la ignorancia.

Capítulo II

¿Quiénes son los franceses?
– Los antiguos cristianos, y los herejes nuevos.

¿Quién los ha conducido a esta esclavitud?
– La falsa Filosofía, y la libertad de sus perversas costumbres.

¿De qué le sirven a este señor?
– Los unos en aumentar su altanería, los otros de instrumento a su iniquidad, y los demás para exterminio del género humano.

¿Ha de tener fin Imperio tan inicuo?
– Según el sentir de los más sabios políticos está muy próxima su ruina.

¿De quién sabes estos anuncios?
– De las disposiciones de nuestra sabia Madre la Patria.

¿Quién es nuestra Patria?
– El conjunto o congregación de muchos pueblos regidos por el Rey, y gobernados por unas mismas leyes.

¿Y son nuestros los intereses de todos pueblos?
– Si señor, por la obligación natural que tienen todos de ampararse, y ayudarse y defenderse recíprocamente.

¿Qué penas tiene el español que falta a estos justos deberes?
– La de infame, y la muerte natural como traidor, y la civil a la falta de sus leyes.

¿Qué es la muerte natural?
– La privación de la vida.

¿Qué es muerte civil?
– La de los bienes privados y las preeminencias, y los honores que da la Patria a los honrados y valerosos ciudadanos.

Capítulo III

¿Quién ha venido a España?
– La segunda Persona de la Trinidad endemoniada.

¿Cuáles son sus principales oficios?
– La de engañar, robar, asesinar y oprimir.

¿Qué doctrina nos enseñó?
– La infidelidad, la depravación de costumbres y la irreligión.

¿Quién puede librarnos de semejante enredo?
– La unión, la constancia, y las armas.

¿Será pecado matar franceses?
– No señor, antes bien se merece mucho si con esto se libra la Patria de sus insultos, robos y engaños.

Capítulo IV

¿Qué política y conducta debe regir a los españoles?
– Las máximas de Jesucristo y el Evangelio.

¿Cuáles sigue nuestro adversario?
– Las de Maquiavelo.

¿En qué se fundan?
– En el egoísmo y amor propio.

¿Qué fines llevan?
– El beneficio propio y el perjuicio del común de sus semejantes.

Capítulo V

¿Qué es valor?
– Una constancia y firmeza de espíritu que busca con prudencia, y serenidad de animo la ocasión de la Victoria.

¿Es preciso la subordinación para la conquista?
– Y en tanto grado, que es el primero de ella.

¿A quién se debe tener?
– A toda clase de jefes y superiores.

¿Quién es ante la Patria el mejor, y más noble hijo de ella?
– El que se porta con más honor, valor, y desinterés propio, sea el que fuere.

¿Quiénes son los que solicitan grandezas, honores, y ascensos antes de haber ejercitado esta virtud?
– Los necios que no saben obedecer, y por lo regular son los más inútiles.

¿Qué ideas deben llevarnos a la batalla?
– La salud de la Patria, la defensa del Estado, y de nuestros hermanos, y la gloria inmortal de la Nación.

¿Quiénes son los obligados a tomar las Armas?
– Todos aquellos que eligiese el Gobierno por más aptos, bien dispuestos, y menos útiles a la población.

¿Y los demás qué obligación tienen?
– Contribuir con generosidad con todos los bienes que han recibido de ella, manifestando su Patriotismo.

¿Y el que no tiene qué hará?
– Pedir a Dios por la felicidad de las Armas españolas, y ocuparse en los negocios, artes y oficios a que están destinados, que también es contribuir a la abundancia y felicidad política.

¿De quién debemos esperar estas cosas?
– De Dios nuestro señor, de nuestra Justicia, de la pericia y lealtad de nuestros Generales, y oficiales, y de nuestro valor y bondad.

Capítulo VI
¿Con qué medios han ocupado nuestros pueblos los tiranos?
– Con el engaño, con la traición, la vileza y la perfidia.

¿Y estos medios son bastantes, y suficientes para conseguir la corona que corresponde a otro?
– No señor, antes bien se han hecho indignos de nuestra condescendencia, y debemos resistir con todas nuestra fuerzas a un Rey que quiere entrar por medios tan injustos, y abominables.

¿Qué felicidad debemos buscar?
– La que ellos no pueden darnos.

¿Y cuál es?
– La seguridad de nuestros derechos y personas; el libre ejercicio de nuestra sagrada Religión; y el restablecimiento de un Gobierno arreglado a las costumbres actuales de la España, y relaciones con la Europa.

¿Pues no le teníamos?
– Si señor, pero desorganizado por la infectación de las calidades supremas que nos han gobernado.

¿Y quién debe arreglarlo?
– La España, a quien sólo pertenece este derecho privativamente con absoluta inhibición de todo extranjero.

¿Y quién hubiere autorizado este Plan?
– Fernando el séptimo, que quiere Dios restituirle en el seno de nuestro amor por siglos eternos. Amen.



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La doctrina catalanista según Prat de la Riba:

El deber político fundamental es el de “amar a la patria”.
La patria de los catalanes es Cataluña”.
“El hombre tiene una sola patria, del mismo modo en que tiene un solo padre y una sola familia.
Lo que generalmente se llama patria grande no es sino un Estado compuesto de varias agruaciones sociales que tienen la condición de verdaderas patrias”.
España “no es más que el Estado o agrupación política a la cual pertenecen” los catalanes.
“El Estado es una entidad política, artificial, voluntaria; la Patria es una comunidad histórica, natural, necesaria. El primero es obra de los hombres; la segunda es fruto de las leyes a las que Dios ha sujetado la vida de las generaciones humanas”.
La Patria es “la comunidad de gentes que hablan una misma lengua, tienen una misma historia común y viven hermanados por un mismo espíritu que marca con un sello original y característico todas las manifestaciones de su vida”.

Cataluña ha de ser mirada “como a la larga cadena de generaciones unidas por la lengua y la tradición catalanas, que van sucediéndose en el terreno que ahora ocupamos nosotros”.

La Lengua Catalana “es un idioma. Lo motejarán de dialecto, algunos por ignorancia, otros por mala fe, considerándolo como una corrupción de la lengua oficial, que es la castellana”. La lengua Catalana no es una corrupción del castellano sino “todo lo contrario; la lengua catalana es más antigua que la castellana y había conseguido ya cierto esplendor cuando el castellano comenzaba a dar señales de vida. Esto, además de que poseen una manera de ser diferente e incluso opuesta”.

La legislación catalana “es diferente a la de Castilla. Antes del año 1714, lo era totalmente: leyes políticas, administrativas, judiciales, civiles, mercantiles; hoy sólo lo es en las civiles”.
El derecho civil catalán no es un derecho foral como dicen los castellanos porque “fuero quiere decir privilegio, excepción de una regla común; y el derecho catalán no es una variante del derecho de Castilla, sino un derecho independiente y completo, dentro del cual también hay un derecho común o general para toda Cataluña y un derecho foral o privilegiado para determinadas comarcas como el Valle de Arán, Barcelona, Campo de Tarragona, etc.”.
Lo característico del derecho civil catalán es “la autoridad atribuida a la costumbre por la cual el pueblo colabora a la formación del derecho; la libertad de testar y la sólida organización de la familia bajo la base de una autoridad paterna rotunda y de un patrimonio familiar permanente”.
Los principios en los que se funda el derecho castellano “son radicalmente opuestos a los anteriores: la negación de la libertad de testar; la negación de la costumbre; la exaltación de la ley escrita; la regulación minuciosa y excesiva que no deja nada a la iniciativa individual; el rebajar la autoridad paterna, y una débil y disolvente constitución de la familia y de su patrimonio”.
(...) “los sistemas jurídicos son tan opuestos que no pueden reducirse a uno solo sin que uno u otro sea sacrificado; como no es imposible combinar el sí y el no en una misma cosa”.
(...) los castellanos, criados bajo la influencia de una legislación tan diferente a la nuestra, y llenos de concepciones jurídicas tan opuestas, son ineptos para legislar sobre nuestro derecho civil, y todo cuanto hicieren para reformarlo, aun haciéndolo con buena fe, no daría otro resultado que su desorganización”. Por ello del derecho civil de Cataluña se deben cuidar “unicamente los catalanes, porque son los únicos que lo sienten y conocen y poseen su espíritu”.

Reivindicaciones de Cataluña:
“Qué frase célebre resume nuestras aspiraciones y constituye el lema de nuestra bandera?: Cataluña para los catalanes” que significa “que en Cataluña deben gobernar los catalanes y no como hoy los castellanos o los políticos a la castellana, como si fuésemos menores de edad o no supiésemos”.
“¿Por qué Casilla tiene tanto interés en gobernar todas las demás regiones?. Porque es un país pobre y sus hijos se dedican a la industria de la política, que es, ciertamente, más descansada que la de nuestras fábricas.
¿Cómo debemos poner fin a esta industria injuriosa para nosotros?. Estableciendo que todos los cargos públicos de Cataluña deben de ser desempeñados por catalanes"”
Además debemos reivindicar “el derecho indiscutible de Cataluña a constituirse y organizarse según sus necesidades y carácter, y a darse toda clase de leyes que más se acomoden a su forma de ser”.
Se nos ha de reconocer además otro derecho, “el uso de la lengua catalana, en todos los actos públicos y privados, como la única oficial de Cataluña”.
“¿ Cómo podemos armonizar estas justísimas reivindicaciones con la unidad política de España?. Por medio de la organización regionalista, que consiste en la unión federativa de las antiguas nacionalidades españolas”.
“¿Qué atribuciones tendría el poder central o deferal en esta organización?. Todas las que se refieren a las relaciones de España con otros Estados, y, en general, las relaciones con intereses comunes a todas las regiones de España, como el ejército, las aduanas, ferrocarriles generales, etc.”.
El “poder nacional catalán tendría todas las demás”.
Las Cortes Catalanas se formarían “por medio del sufragio universal de los cabezas de familia, por gremios y profesiones, a fín de acabar con el parlamentarismo que entrega el gobierno de los Estados a los charlatanes de oficio”.
Cataluña contribuiría al ejército español “por medio de voluntarios, o bien entregando una compensación de dinero previamente convenida con el poder federal, quedando abolidas las quintas”.
Enric Prat de la Riba y Pere Montanyola. “Compendi de la Doctrina Catalanista”. La Renaixensa. Sabadell (1894)

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