La marca España está hoy muy menguada, porque en estos siete últimos años, la capacidad de influencia española ha caído de manera dramáticaL. AYLLÓN. 11/10/2011.- ABC.
—Creo que pinta menos de lo que debería pintar. La marca España está hoy muy menguada, porque en estos siete últimos años, la capacidad de influencia española ha caído de manera dramática. La gestión de la política exterior por parte del Gobierno Zapatero no ha podido ser más deficiente. Ha puesto gravemente en duda los elementos básicos de la política exterior de cualquier país, que son la fiabilidad y la previsibilidad. Y así hemos perdido la confianza y el respeto de los amigos, socios y aliados, y también de los que no lo son tanto. Esa es la tarea que tendrá por delante el nuevo Gobierno.
—¿No ve ningún elemento positivo?.
—Los hay. Las empresas españolas internacionalizadas están dando un magnífico ejemplo de nuestra capacidad en el exterior. También tenemos una excelente imagen gracias a las proezas de nuestros deportistas. Pero siendo todo eso importante, hay cosas más que añadir y son las que faltan y han dañado la imagen exterior de España.
—¿En qué se debería incidir, entonces?.
—Una buena política exterior depende de una buena política interior, de su fortaleza, de su peso. Luego, hay elementos añadidos. España tiene un lugar privilegiado desde el punto de vista geoestratégico y tiene un tesoro fundamental, que es la responsabilidad de la defensa y promoción del español en el mundo. Esos elementos hay que potenciarlos. Pero también debemos saber dónde estamos. Estamos en el mundo occidental. Tenemos que jugar con las reglas del juego y valores del mundo occidental, de sus intereses. Eso es lo que hay que potenciar y no andar mareando la perdiz como se ha hecho estos años, provocando la pérdida de confianza en muchos países.
—¿Qué lugar debe ocupar España en el mundo?.
—España tiene posibilidades de ser una potencia regional de primer orden, por razones políticas, por razones económicas —una vez que se recupere la economía—, por razones geoestratégicas, por razones culturales... Es el sitio al que, por lo menos, debemos aspirar: a recuperar la esfera de respeto, influencia y consideración que tuvimos entre el 2000 y el 2004.
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