El historiador Stanley G. Payne reflexiona sobre el falso paradigma de que la Historia no prueba nada porque todo es relativo.
Tulio H. Demicheli ABC 10/10/2011.
Más allá de que siempre se haya dicho que quien «olvida su historia está condenado a repetirla» se encuentra este falso paradigma según el cual «la historia no prueba nada, todo es relativo».
¿Existe una sola versión de los hechos?.
Para el hispanista norteamericano Stanley G. Payne, «la historiografía siempre cambia con nuevas fuentes y nueva investigación, pero también con nuevas perspectivas e interpretaciones. Hace más de un siglo, Menéndez Pelayo escribió muy acertadamente que “nada se envejece tan pronto como un libro de Historia. El historiador tiene que resignarse a ser un estudiante perpetuo”».
—Los españoles tenemos una relación muy conflictiva con el pasado.
—Da la sensación de que esto es una aflicción de los españoles, pero es una patología de todo el mundo occidental. Esta enfermedad es aún peor en España como consecuencia de ciertos aspectos de su historia: la importancia de una Iglesia única, la influencia de unas izquierdas especialmente irresponsables y destructivas, y la debilidad del nacionalismo español, luego impuesto por Franco con la fuerza y que fue contraproducente.
—A muchos les desagrada hablar de «España» y la llaman «Estado español», cuando España viene de la Hispania romana y hasta Almanzor, en el apogeo de Al’Andalus, la llamaba así.
—Esto sí que es una aflicción española especial y es producto del fracaso parcial de la unificación nacional del siglo XIX, de la herencia de la Guerra Civil, del franquismo, y, especialmente, de la demagogia de izquierdas y del efecto llamada de catalanistas y vasquistas. Pero el énfasis en la deconstrucción nacional es típico, mututatis muntandis, de todo Occidente.
—¿Puede ser la Historia un arma de banderías?.
—En el siglo XIX surgió la idea de juzgar a cada época según sus propios criterios sin imponer normas modernas anacrónicamente. Actualmente esto se ha puesto al revés. No existe el sentido de la Historia, sino que se pretende que todo está presente o sujeto a lo actual. Su único objeto es fomentar sus intereses políticos e ideológicos.
—¿Somos los mejores propagandistas de la Leyenda Negra?.
—El problema es genérico en todo el Occidente actual y se llama «corrección política» o «buenismo», que rechaza la Historia, que no quiere entenderla, y pretende dominarlo todo, apropiarse de todo, y someterlo todo a su propio albedrío y criterios. Desde la primera parte del siglo XIX ha sido típico de muchos españoles que, cuando asimilan cualquier doctrina nueva, la llevan al extremismo.
lunes, 10 de octubre de 2011
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