martes, 12 de abril de 2011

Memoria Histórica

Interesante consultar:

Enterrar a los muertos (Joaquin Leguina).

Ley de Amnistia (1977)

Carrillo y Marcelino Camacho aprobando la Ley de Amnistía (Actas del Congreso de los Diputados)

Como cada año, el Ministerio de Presidencia destina hoy varios millones de euros a las víctimas de la guerra civil y el franquismo, si hemos de creer el enunciado de la norma que convoca estas subvenciones.
Esto viene sucediendo así desde que en 2006 Zapatero decidió ganar la guerra que su abuelo perdió tras cambiar de bando, repartiendo dinero a los grupos ideológicos afines para, supuestamente, dignificar el sufrimiento de los caídos en el bando frentepopulista durante la guerra civil y los que después fueron represaliados durante el franquismo.



En principio, se trata de un dinero que debe destinarse principalmente a la localización, identificación y exhumación de los cadáveres de las fosas comunes de la Guerra Civil. Pues bien, nada más lejos de la realidad.
Si ya el año pasado sólo el 28,2% de estas subvenciones se destinaban para el fin primordial para el que se concedieron, hoy se confirma que la situación no ha hecho más que empeorar, puesto que en la última convocatoria resuelta, correspondiente a 2010, tan sólo el 25,46% de las ayudas se destinó a recuperar los restos de las víctimas republicanas de la guerra, mientras que el 74,54% del dinero fue dedicado simple y llanamente a la propaganda ideológica.


En otras palabras, de cada cien euros que Zapatero extrae de nuestros bolsillos para financiar la "memoria histórica", sólo veinticinco van destinados realmente a reparar el sufrimiento de las víctimas de uno de los bandos de la Guerra Civil.


Lo sorprendente es que, cada año, la norma que reparte estas subvenciones exige que la mitad del dinero como mínimo vaya destinada a la exhumación e identificación de cadáveres depositados en fosas comunes y que, sólo en el caso de que no se cubra este porcentaje con las solicitudes presentadas, parte de ese dinero pueda destinarse a otros fines (la propaganda).


Pues bien, año tras año, nunca hay solicitudes suficientes para cubrir esos 2,8 millones de euros que suponen la mitad del dinero previsto, pero en lugar de reducir la partida presupuestaria en la proporción correspondiente para que se cumpla la premisa, el Gobierno prefiere mantener la cifra de 5,7 millones de euros para su reparto a organizaciones afines, a pesar de que la mayor parte de ese dinero va a ir destinado a actividades que poco o nada tienen que ver con las víctimas de la Guerra Civil y mucho menos con las del franquismo.


Como muestra, sólo algunos de los más curiosos beneficiarios y conceptos del último lote de estas subvenciones para fomentar el resentimiento, correspondiente al año 2010 (Ampliar y consultar cuadro de subvenciones).

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