Alemania y España son la cara y la cruz de la eurozona.
Alemania creció el pasado año nada menos que en un 3,6%; España perdió un 0,2% de su riqueza en 2010.
Lo que más contrasta es que Alemania venía en 2009 de vivir un desplome de su PIB del 4,7%, superior incluso al de España, cuya economía cayó un 3,6%.
De nuevo hay que creer en el milagro alemán, que en un año ha dado un giro copernicano a su economía.
España no puede decir lo mismo.
Del -3,6% se pasará a un -0,2%, aunque, eso sí, después de haber logrado invertir la tendencia en los dos primeros trimestres del año y volver al estancamiento entre julio y septiembre.
Para el presente año, Alemania tiene previsto crecer un 2,3% y reducir el número de parados en 300.000, hasta situar la cifra absoluta en 2,94 millones.
Sus exportaciones aumentarán un 6,5%, por encima de sus compras en el exterior, y la demanda interna tendrá un comportamiento más modesto, con un crecimiento del 2%.
El conjunto de estas cifras permitirá reducir el déficit al 2,5%, medio punto por debajo de la cifra que España ha comprometido para el año 2013.
La economía española cerrará 2010 con unas pérdidas equivalentes al 9,2% del PIB, algo así como 90.000 millones de euros.
domingo, 30 de enero de 2011
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