(...) Si nos atenemos al Diccionario, que le obliga especialmente por ser de Valladolid y decirse leonés, de lo que presume el jefe de José Blanco y Leire Pajín, Ángeles González-Sinde y Bibiana Aído es de ser púdico: honesto y casto.
Y ¿qué? Eso, que pudiera ser un gran valor moral, carece de sentido político. La política no existe de cintura hacia abajo.
Un líder responsable tendría que sentirse obligado a interpretar los votos que le respaldan y sostienen en el poder.
Un líder responsable tendría que sentirse obligado a interpretar los votos que le respaldan y sostienen en el poder.
Especialmente cuando su mayoría es minoritaria y presenta notables agujeros de apoyo en muchos de los territorios del Estado, el ámbito de su ejercicio.
(...) De no ser por el mucho daño que le viene haciendo a la Nación y al Estado, Zapatero sería un personaje para las más admirativas crónicas de la excepcionalidad.
Es verdaderamente único.
*.- Ha sido capaz de formar y mantener un Gobierno con docena y media de miembros y miembras con menos seso y enjundia que los maniquíes que utilizan en los escaparates de Zara y ahí está.
*.- Impertérrito y en arrebato de pudibundez después de perder unas elecciones, por europeas que fueren, y con auténticos brotes verdes de contestación y disgusto en todos los ámbitos del PSOE.
*.-Hasta sus dos mayores inventos, aptos para un museo de los horrores políticos -Blanco y Pajín-, andan enzarzados entre sí y son una buena muestra de la situación.
*.- No es del todo democrático el desprecio que Zapatero proyecta en Mariano Rajoy y en el PP; pero lo es menos todavía, y habría que averiguar por qué se lo aguantan, el que manifiesta por los suyos y con mayor saña y abundancia cuanto mayor es su inteligencia y el respeto que han conseguido atesorar.
No parece que sea un derivado del pudor. (Martín Ferrand, ABC)
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