miércoles, 15 de junio de 2011

Por sus frutos los conocereis.

PSOE e IU no secundan la iniciativa de Aguirre de reformar la ley para que las listas sean abiertas.
Rechazan la medida propuesta por el PP, que sí defendieron junto a los acampados del 15-M.

Esperanza Aguirre volvió ayer a marcar tendencia: abrió un nuevo «melón» político, el de la Ley Electoral. Lo hizo desde el atril de la Asamblea de Vallecas, donde presentó las líneas generales de la legislatura y expresó un deseo: «Conseguir un hito en la democracia española».
Como ya lo hiciera en 2008, poniendo en marcha una pionera política de austeridad y reducción del gasto público, Aguirre quiere ahora ser la avanzadilla en la demandada reforma electoral.
Una medida con la que puso en jaque a la oposición.
La remodelación de esta norma, para que la elección de los representantes políticos sea más abierta y directa, es una demanda histórica que ha cogido un renovado protagonismo con el movimiento 15-M.
En aquel momento, a una semana de las elecciones, los líderes de la izquierda madrileña, Tomás Gómez (PSOE) y Gregorio Gordo (IU), se alinearon con los acampados e incluso se hicieron dueños de sus propuestas.
Sin embargo, ayer, cuando la iniciativa vino del PP, prefirieron mirar para otro lado.
Aguirre obligó a Gómez, Gordo y a Luis de Velasco (UPyD) a retratarse.
Y el único que no tuvo que quitarse la careta para mostrar su verdadera identidad fue el último.
El portavoz magenta no tuvo prejuicios en calificar de «buena» la iniciativa.
La propuesta de permitir a los ciudadanos decidir sobre los integrantes de las listas electorales y de dividir la Comunidad en circunscripciones ya la realizó en 2003, pero entonces, como parece que sucederá ahora, no hubo consenso, un requisito que el PP quiere que se dé, ya que implicaría la reforma de la Ley Electoral y del Estatuto de Autonomía.
Y es que, mientras que la plataforma Democracia Real Ya afirmó ayer que comparte la iniciativa, sus mayores defensores, PSOE e IU, se negaron a secundarla.
Gómez escurrió el bulto y sometió su opinión a lo que decidan las direcciones nacionales de PP y PSOE, no sin antes calificarla de «propuesta envenenada».
Gordo afirmó que lo que propone Aguirre es «modelo electoral trampa».
Por su parte, el nuevo portavoz del PP defendió la iniciativa y anunció que comenzará una ronda de contactos y negociaciones para articularla.

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