martes, 14 de junio de 2011

¡Mira cómo no había un solo indignado insultando ante los ayuntamientos entregados por el Constitucional a Bildu!

¿Qué pasó en España el sábado, que el Ministerio del Interior hizo una total dejación de funciones, y no impidió que la constitución de los ayuntamientos pudiera hacerse en libertad, sin que los asistentes fueran objeto de las iras de las hordas, que insultaban cuanto llevara chaqueta y corbata? No era ya la Puerta del Sol, donde no quisieron hacer una reedición de la carga de los mamelucos. Anunciada la algarada, todo era tan fácil como tomar policialmente los alrededores de los ayuntamientos para asegurar el normal desarrollo del acto democrático. Pero nada hicieron. Aquí en Sevilla, cuando vinieron unos barandas del G-7 o cosa así, la Policía tomó la ciudad y cercaron con vallas el Hotel Alfonso XIII donde los jerarcas se alojaban. Los antisistema quedaron a dos kilómetros de su objetivo y nadie dijo que eso fuera antidemocrático. El sábado, no. El sábado los tuvimos en plan «mírala cara a cara que es la primera», en los talones, como Gary Cooper a los indios de la tribu de los mamones, al grito de «no nos representan». ¿De qué y de cuándo? Los que tomaban posesión nos representaban entre los tres partidos a 289.274 votantes, cifra que estos perrofláuticos no reúnen ni aunque repartan porros gratis. Lo que hay que preguntar es a quién representan los del 15-M. ¡Mira cómo no había un solo indignado insultando ante los ayuntamientos entregados por el Constitucional a los proetarras de Bildu! Esos cojones, en San Sebastián, hijos míos. Antonio Burgos, ABC.

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