martes, 18 de septiembre de 2012

Ryanair

Dos nuevos incidentes, con aterrizajes de emergencia en Barajas y en el Prat, plantean de nuevo la evidencia de que Ryanair debe ser mucho más celosa en evitar sobresaltos a sus clientes y despejar las dudas que planean sobre la seguridad de sus vuelos surgidas tras la oleada de aterrizajes de emergencia y de situaciones excepcionales que plantea. El Ministerio de Fomento no tiene capacidad para retirar la licencia a la aerolínea, aunque advierte de la posibilidad de eliminar subvenciones a los aeropuertos que trabajan con la compañía irlandesa. Ha llegado la hora de que actúe la UE, de manera que Bruselas debería tomar cartas en el asunto antes de que se produzca algún suceso de consecuencias irreparables. Las compañías de bajo coste deben estar sometidas a las mismas exigencias que cualquier otra en materia de seguridad aérea. Todo lo que afecta a la navegación aérea ha de extremar sus precauciones. La ministra Ana Pastor hace todo lo que puede, pero solo la UE podría adoptar medidas drásticas.


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