miércoles, 8 de diciembre de 2010

Dos «verdades» y un solo «CAOS»

Los controladores culpan a Fomento y AENA de dirigir una campaña mediática basada en datos falsos.

MARTÍN BIANCHI / MADRID

En una extensa carta abierta al ministro de Fomento, Antonio Ferrera Pardo, un controlador aéreo con más de diez años de servicio, denuncia que el déficit de AENA no se debe a ellos sino a los gastos de inversiones en aeropuertos «a los que no vuela nadie» y refuta cada una de las acusaciones vertidas por la empresa y el Ministerio de Fomento sobre ese colectivo.


Productividad
GOBIERNO: Desde el comienzo del conflicto, el ministro de Fomento, José Blanco, achacó el elevado coste de la navegación aérea en España a la «baja productividad» de los controladores, a los que tildó de los «más caros y los menos productivos de Europa». Por eso, ya a comienzos de 2010, Blanco exigió «un esfuerzo a los controladores para establecer tarifas de navegación —las que se cobran a las aerolíneas por la gestión del tráfico aéreo—más competitivas que equiparen ese colectivo a la situación actual de esta profesión en el resto de los países europeos.

CONTROLADORES: Destacan que tienen una jornada total efectiva de 1.200 horas anuales, cifra similar a la pactada por los controladores de Francia y Alemania (1.328 y 1.219, respectivamente, con horas extra incluidas). Además, subrayan que, pese a que la Federación Internacional de Controladores Aéreos recomienda una jornada máxima anual de 1.450 horas efectivas, en 2009 ellos han trabajado más de 1.600, y que, con el nuevo convenio impuesto por el real decreto ley aprobado en febrero pasado, deberán cumplir 1.750.

 
Salario
GOBIERNO: Cuando anunció que iniciaría una renegociación salarial con los controladores, Blanco dijo que su objetivo era rebajar los 330.000 euros anuales hasta una media de 200.000 euros, lo que permitiría recortar las tasas de navegación aérea el 15 por ciento. También afirmó que, pese al recorte, los controladores seguirían disfrutando de una «situación de privilegio», percibiendo un salario que «triplica lo que gana un médico de La Paz o un juez» y dos veces y media lo que gana él como ministro.
CONTROLADORES: Aclaran que el coste laboral medio establecido por la jornada de convenio está en menos de 140.000 euros brutos anuales, cifra similar a la media europea (155.000). Reconocen que es verdad que sus homólogos franceses cobran la mitad que ellos, pero advierten de que en Francia hay casi el doble de controladores en nómina (4.012 contra los 2.335 que hay en España).

Prejubilación.
GOBIERNO: El real decreto ley de febrero elimina la posibilidad de acceder a la Licencia Especial Retribuida (LER) —el derecho a la prejubilación a los 52 años— a todos aquellos controladores que AENA contrate después de la entrada en vigor de la legislación. Con esta medida, se retrasa la edad de paso a reserva a los 57 años.
CONTROLADORES: Lo que el Gobierno no dice, según ellos, es que la no operatividad de los controladores a partir de los 55 años es una recomendación de la Organización de Aviación Civil Internacional refrendada por Eurocontrol y que, según el convenio anterior, sólo los controladores con más de 30 años de servicio podían acceder a esa «prejubilación» o paso a otro puesto de trabajo dentro de AENA.

Horas extra
GOBIERNO: «Cobran las horas extra a precio de oro», dijo Blanco, señalando que alguno ha llegado a ganar hasta 2.600 euros brutos (1.500 netos) diarios en horas adicionales. En 2009, según AENA, los controladores trabajaron una media de 1.600 horas, de las que 400 fueron horas extra.
CONTROLADORES: Afirman que hasta ahora «la empresa ha preferido siempre pagar horas extra a precios caros a incorporar nuevos controladores».Y lo explican con un ejemplo: AENA cuenta con una plantilla similar a su homóloga alemana (DFS) y ambas empresas gestionan un número total de horas de vuelo también similar. Sin embargo, los controladores alemanes prestan servicio a dieciséis aeropuertos mientras que los españoles lo hacen a treinta y cinco. «Por eso, AENA necesita imperiosamente que realicemos horas extra que pagan a 2.65 veces la hora ordinaria», reconocen. Y lo atribuyen a la escasez de plantilla. «La empresa no convoca plazas desde 2006».
Real decreto-ley
GOBIERNO: El ministro de Fomento dijo que el real decreto-ley aprobado en febrero «no significa un cambio en las condiciones de trabajo» de los controladores, sino que es una «regulación» de su situación.
CONTROLADORES: Se preguntan si aumentar la jornada laboral de 1.200 a 1.750 horas, imponer una jubilación a los 57 años o disminuir los períodos de descanso —todas medidas contempladas en el RDL— no son cambios de las condiciones de trabajo.

Plantilla
GOBIERNO: En febrero pasado, Blanco dijo en el Congreso que estaba dispuesto a «prescindir» de ese colectivo en al menos una docena de aeropuertos españoles que tienen menos de 50 operaciones diarias.
CONTROLADORES: Afirman que es precisamente el gran número de aeropuertos deficientes —con «menos pasajeros que un autobús urbano»— la causa del déficit de AENA. Y advierten de que una reducción de plantilla solo agravaría su situación. Según datos de la empresa, los 15 aeropuertos con menor tráfico (el 30 por ciento de la red) registraron una media global de 226 pasajeros diarios en 2009.

La noche del viernes 3 de diciembre los militares llegaron a los aeropuertos después de que los controladores abandonaran de forma masiva y coincidente sus puestos de trabajo.
Fueron horas de máxima tensión y caos en los aeropuertos, con centenares de miles de personas afectadas.
En esa situación crítica, la gestión que el Gobierno hizo aquella noche de esta crisis sin precedentes en la democracia tiene un «agujero negro» sobre el que, de momento, no ha dado explicación.
El ministro de Fomento, José Blanco, anunció la encomienda transitoria al Ministerio de Defensa de las facultades de control de tránsito aéreo a partir de las 21.30 si los controladores no volvían a sus puestos. La advertencia se cumplió y Defensa comenzó a enviar militares a las torres de control de todos los aeropuertos abiertos.
Pero hay una pieza que no encaja en todo este puzzle de la crisis aeroportuaria: el real decreto que otorgaba al Ministerio de Defensa la dirección del control de la circulación aérea no se publicó hasta el día siguiente, el sábado 4 de diciembre.
Durante unas horas, por tanto, existió un vacío legal y se aplicó un decreto que no estaba en vigor.
El Partido Popular ha visto esa pieza que se queda suelta y exigirá explicaciones al Gobierno: «¿Cómo y por qué mandaron a los militares la noche del viernes si el decreto no estaba publicado? La gestión ha sido penosa, no había ningún instrumento legal que permitiera a los militares tomar las torres de control», comentan fuentes de la dirección del Grupo Popular.
El viernes, de manera excepcional, el Boletín Oficial del Estado publicó el Real Decreto-Ley que había aprobado el Consejo de Ministros esa misma mañana, de actuaciones en el ámbito fiscal, laboral y liberalizadoras para fomentar la inversión y la creación de empleo. Este es el decreto-ley por el que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, decide suspender su viaje a la Cumbre Iberoamericana del Mar de Plata.

Medidas extraordinarias.
No suele ser habitual que el BOE publique las leyes que se aprueban en el mismo día, pero en este caso ocurrió así. En la Disposición Adicional Segunda se introduce una modificación en las Medidas Extraordinarias previstas en la Ley 9/2010, de 14 de abril, por la que se regula la prestación de servicios de tránsito aéreo. Así, se incluye la posibilidad excepcional de que los controladores de tránsito aéreo queden sometidos a la dirección del Ministerio de Defensa, quien asumirá su organización, planificación, supervisión y control.
La posibilidad de militarización, por tanto, se dejaba abierta en el mismo decreto-ley que fija las 1.670 horas laborales anuales para los controladores, que no incluirán imaginarias y periodos de formación no computables como actividad aeronáutica, permisos sindicales, licencias y ausencias por incapacidad laboral. Fue como encender una cerilla en una gasolinera y la crisis de desató a partir de las 17 horas.
Esa misma tarde, el ministro de Fomento advertía que a las 21.30 horas entraría en vigor un decreto que permitía militarizar el control aéreo. Se trataba del desarrollo de esa disposición del decreto-ley ya aprobado. Los militares comenzaron a llegar a los aeropuertos una hora después, según los controladores consultados. A las 23.26, la agencia Europa Press informaba de que «mandos del Ejército del Aire se desplazan a aeropuertos» y a las 23.50 añadía que «los militares ya están supervisando las torres de control de Madrid».
El decreto de militarización, sin embargo, no estaba en vigor. Tenía un artículo único: «El Ministerio de Defensa pasa a ejercer la dirección del control de la circulación aérea general en todo el territorio nacional hasta tanto existan garantías de que se recupera la normalidad en la prestación de sus servicios por los controladores aéreos civiles. El Jefe del Estado Mayor del Ejército del Aire adoptará todas las decisiones que procedan para la organización, planificación, supervisión y control de los controladores (...) de AENA». Añadía que a tal efecto exigirá la presencia en sus puestos de trabajo de los controladores civiles ausentes.
«El presente real decreto entra en vigor en el momento de su publicación», concluye. Se publicó el sábado 4 de diciembre de 2010.
Esa misma mañana, el Consejo de Ministros aprobaba otro real decreto, en este caso para declarar el estado de alarma, ya que el Jefe del Estado Mayor del Ejército del Aire no podía ejercer su autoridad sobre los controladores, mientras estos fueran civiles. Con este decreto, los controladores de tránsito aéreo de AENA pasan a tener consideración de personal militar y quedan sometidos a las órdenes directas de la autoridad competente. La siguiente incógnita es si no hubiera sido más lógico el orden inverso de los últimos dos decretos.

Un decreto-ley y dos reales decretos que marcan la crisis de los controladores
10.00. El Consejo de Ministros aprobó el viernes 3 por la mañana un Real Decreto-ley de medidas para fomentar la inversión y la creación de empleo, que incluía las horas laborales anuales de los controladores de tránsito aéreo y la posibilidad de militarización de su servicio.

21:30. El ministro de Fomento, José Blanco, dio un ultimátum el viernes por la tarde a los controladores hasta las 21.30 para que volvieran a sus puestos de trabajo antes de militarizar su servicio. Cumplido el plazo los militares llegaron a las torres de control para supervisar la actividad.

4-D. El Real Decreto por el que se encomienda transitoriamente al Ministerio de Defensa las facultades de control de tránsito aéreo atribuidos a AENA se publica el sábado 4 de diciembre y entra en vigor justo en ese momento, aunque fue firmado el día anterior.

4-D. El mismo sábado, el Consejo de Ministros aprueba un Real Decreto por el que se declara el estado de alarma para la normalización del servicio público esencial del transporte aéreo. Los controladores de AENA pasan a tener consideración de personal militar, sometidos a las órdenes del Ejército del Aire.

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