sábado, 13 de octubre de 2012

Mas anuncia en la Fiesta Nacional que intentará destruir España 'sí o sí'

Afirma que «en cuatro años» habrá una consulta en la que preguntará: «¿Usted desea que Cataluña se convierta en un nuevo Estado de la Unión Europea?»
Artur Mas aprovechó la Fiesta Nacional para exhibir negro sobre blanco su amenaza soberanista. El presidente de la Generalitat echó un órdago al Gobierno desde las páginas de La Vanguardia, recalcando su decisión de intentar dinamitar el Estado español tal y como está dibujado por la Historia y definido en la Constitución.
Mas anuncia que su «horizonte político vital» es hacer una consulta «sí o sí» al pueblo catalán dentro de cuatro años. Y advierte de que dicho referéndum se hará «en el marco de la Constitución española, la legislación catalana, una legislación internacional u otros caminos».

La pregunta que él propone plantear a los catalanes sería: «¿Desea usted que Cataluña sea un nuevo Estado de la UE?».El president, además, a sabiendas de que buena parte del mundo empresarial y financiero catalán contempla su deriva soberanista con temor, avisa: «El mundo económico también ha de ver cómo se adapta al cambio de mentalidad».

Mas señala que no se negará a dialogar con las instituciones del Estado, aunque sólo sobre «la manera de hacer la consulta» y con la esperanza de que «quizá, llegará un momento en que España se verá obligada a reaccionar».
Él personalmente asegura ser «un instrumento del proceso» y avanza que cuando el mismo culmine, se retirará de la Presidencia de la Generalitat.
No falta en su argumentación el punto victimista propio de las fuerzas nacionalistas: «Cataluña confiaba en que una España integrada en la UE sería amable y comprensiva con el hecho catalán», o «Cataluña tiene derecho, después de estos 30 años de servicio constante a la causa del Estado (...) a que se le ofrezca alguna solución». Y añade: «Cataluña merece el respeto, el reconocimiento y la posibilidad de progreso y, de momento, sólo nos lanzan amenazas, provocaciones y algún insulto».
Sin embargo, por el momento el Gobierno central se ha limitado a esgrimir la Constitución, el marco legal que ésta establece para consultar a los ciudadanos y la definición precisa que hace de la soberanía y de la indisoluble unidad de la nación española.
Pese a todo, en opinión de Artur Mas el proyecto para que «España siga siendo España» está «definitivamente agotado». El que vislumbra el presidente de la Generalitat no encaja, según él, con la palabra «ruptura», sino más bien con la de «emancipación» y precisa este término: «Son ganas de vivir tu propia vida con más libertad. Y eso, probablemente lleva a una mejor convivencia dentro de la familia».
El gran problema se presenta, sin embargo, cuando el president aborda la posibilidad de que Cataluña, dada su grave situación económica, no pueda pagar siquiera pagar las nóminas. En ese caso, Mas no duda en recurrir al Estado.
«Yo soy de los que pienso que España, con rescate o sin él, aunque seguramente será con rescate, saldrá adelante y los pagos se podrán atender».

«Algo distinto», advierte, «sería que el Estado español usara los pagos y la tesorería como un arma arrojadiza para desestabilizar este proceso democrático en Cataluña. Esto sería doblemente escandaloso». Y llega a advertir: «Si lo hicieran, sumarían muchos más ciudadanos catalanes a la causa».


Mas da también prueba en la entrevista de la poca importancia que concede al efecto perverso que, según las agencias de rating y los organismos internacionales, provoca la tensión independentista en la posición financiera de España. No se muestra preocupado siquiera ante la posibilidad de que finalmente sea necesario pedir el rescate: «Aunque hubiera un rescate de España, las aspiraciones de Cataluña se mantendrían perfectamente vivas».

Por último hace un vaticinio respecto al camino que tiene por delante: «Largo no sé si será, pero será duro,muy duro. Duro ya lo está siendo porque recibimos amenazas. Se quiere crear un clima de gran incertidumbre, preocupar a la gente gratuitamente atemorizando con las pensiones (...) y eso irá in crescendo. Y habrá otro intento de dividir a la sociedad catalana». ¿Cuál? Y responde: «La lengua». (Editorial de El Mundo)

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