R. I. - Madrid.-La Razón.
El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, defendió hoy su optimismo, asegurando que «ser optimistas» es una exigencia moral, un rasgo de decencia y de elegancia y añadió que pecar de optimismo en las posibilidades de este país es un pecado venial.
El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, defendió hoy su optimismo, asegurando que «ser optimistas» es una exigencia moral, un rasgo de decencia y de elegancia y añadió que pecar de optimismo en las posibilidades de este país es un pecado venial.
El dirigente socialista también se refirió a la utilización de los símbolos por parte de la derecha a la que pidió que no haga con la lengua de todos lo que con la bandera de todos.
No obstante, en este último punto, avisó de que la «integración», es tarea del «conjunto y de las partes».
Zapatero, que hasta la fecha no ha reconocido que haya crisis económica y ha sido objeto de multitud de críticas por parte de la oposición, se extendió hoy, durante su intervención en el 37 Congreso federal del PSOE, en defender su optimismo en esta materia.
«Ser optimistas, es algo más que un acto de racionalidad, es una exigencia moral, un rasgo de decencia y si me permitís, hasta de elegancia», exclamó.El jefe del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha concluido hoy su informe de gestión ante los cerca de 1.000 delegados asistentes al 37 Congreso Federal del PSOE con un mensaje vinculado a la actual situación económica: «A trabajar... y también conviene que consumáis».
El día después de hacerse público que la confianza de los consumidores ha bajado en junio por cuarto mes consecutivo y ha registrado otro mínimo histórico, Zapatero ha variado el mensaje que le acompañó a lo largo de toda la campaña electoral, cuando concluía los mítines con un «a trabajar y a ganar». Hoy, tras un discurso cargado con la palabra «confianza», ha sorprendido a todos con su invitación a consumir.
El líder de los socialistas ha ratificado su confianza en el país, en la sociedad española, en los trabajadores, en los sindicatos, en los empresarios y en el partido porque, ha dicho, «sabemos el rumbo que tenemos que llevar adelante».
El PSOE ha arrancado su 37 Congreso Federal con propósito de cambio en ideas y personas. Y, aunque no habrá ni debates convulsos, ni luchas cainitas por el poder orgánico -esto era en otros tiempos-, sí hay propuestas de los casi 1.000 delegados que empiezan a contar con la aquiescencia de la dirección federal, en principio, reticente a incluir ningún compromiso que modifique la acción del Gobierno.
Y respecto a los nombres de la nueva Ejecutiva Federal, todo está atado y bien atado. Zapatero y Blanco lo tienen casi cerrado. Ahora bien, los que salen de la dirección no lo saben, y los que entran, tampoco. Sólo una excepción, una mujer socialista, sin cargo orgánico ni político, que por su actividad actual ha habido que preguntarle si estaría dispuesta. No es el nombre que el secretario general y el de Organización tienen en la cabeza para el número tres del partido, que será otra fémina.
Ésta tampoco conoce que es la «elegida». Y Blanco no quiere dar más pistas. Disfruta con las especulaciones de los periodistas. Así que, salvo el de Zapatero, el suyo propio, el de Chaves, Chacón, Rubalcaba y Caldera, poco más se sabe. Sólo que el PSC duda entre proponer a Miquel Iceta o a José Zaragoza; que seguirá Elena Valenciano y que Juan Fernando López Aguilar tendrá que salir unos meses hasta que sea portavoz de los socialistas en Europa y entre como miembro nato. Hasta aquí todo lo referente a las personas. ¿Las propuestas? Empiezan a saberse algunas cosas. Por ejemplo, que se dará un paso más allá de lo que reflejó el programa electoral sobre la ley del aborto, y que se camina en la dirección de una ley de plazos.
También que se ha pactado una enmienda transaccional para reconocer el derecho al voto de los inmigrantes en las elecciones municipales. La medida afectará a los extranjeros con residencia legal y estable, y el secretario de Organización confía en que el PP les apoye en esta iniciativa que obliga a la reforma de la ley electoral.
En todo caso, el PSOE tiene la inequívoca voluntad de hacer posible, en los términos previstos por la Constitución, este derecho que es «positivo para la integración y para España», en palabras de Blanco. Se pretende así que el mayor número posible de inmigrantes legales puedan ejercer este derecho en las municipales de 2011.
De ahí que el asunto se pretenda incorporar a la reflexión sobre la ley electoral que se desarrollará en el Congreso de los Diputados. La iniciativa, no obstante, es compleja, puesto que requiere la firma de acuerdos de reciprocidad con los países de origen de los inmigrantes. Si se consigue, en las elecciones de 2011 podrían votar 1,3 millones de inmigrantes legales, de los que cerca de 376.000 son marroquíes, 233.300 ecuatorianos, 156.000 colombianos y 74.400 peruanos.
Todos ellos se sumarían al millón y medio de residentes de otros países de la UE que viven en España y que, desde principios de los años noventa, tienen derecho de sufragio activo y pasivo en las elecciones municipales.
La dirección ha incluido también en el dictamen de la ponencia, que se debatirá este fin de semana, una propuesta para promulgar una Ley de Solidaridad con las Víctimas del Terrorismo que tenga un «significado político» que esté «reñido» con la «utilización partidaria» del dolor.
Los ponentes han realizado un texto a partir de las enmiendas sobre la lucha antiterrorista y con las víctimas en el que se propone la «unidad» de todos los partidos, se especifica que el PSOE es la «fuerza política vertebradora de esta política y que admite la vía policial y judicial como única forma de acabar con ETA».
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