Según Marañón: «ser liberal es, primero, estar dispuesto a entenderse con el que piensa de otro modo y, segundo, no admitir jamás que el fin justifica los medios».
No es por tanto liberal el cordón sanitario que Zapatero quiso establecer en torno a los del PP (Pacto del Tinell), tampoco que Esperanza Aguirre al apropiarse de la titularidad liberal en su partido, menos que Mariano Rajoy la invite a marcharse.
El liberalismo de Marañón debería ser el adjetivo de todos los demócratas, su negación debería identificar a los totalitarios.
Ahora, la única diferencia que queda entre los partidos democráticos es de carácter económico: los conservadores defienden la economía de mercado, dejando al Estado como mero árbitro de los conflictos que surjan, los socialdemócratas le asignan al Estado un papel más activo, para equilibrar desigualdades. Pero incluso en este terreno las diferencias son cada vez menores, y los liberales admiten la intervención del Estado para evitar excesos, y los socialdemócratas reconocen que el principal motor de la economía es la iniciativa privada.
El anacrónico debate interno popular, únicamente es beneficioso para un gobierno que ve como éste aleja de los titulares los graves problemas con que se enfrenta, desde el agua a la crisis económica, pasando por la justicia; viendo además cómo su programa de la pasada legislatura, lleno de incongruencias y prejuicios, se queda en la cuneta como sus socios anteriores y ya no le apoyan.
A los populares su debate les perjudica. Aparcarlo, de momento, les permitiría esperar por dónde sale su rival preso de sus contradicciones, mientras ellos pueden "clarificarse"en sus valores. El «debate de las ideas», de Esperanza Aguirre. puede terminar en un enfrentamiento entre personas. A Rajoy, por otra parte, le vendrían muy bien otras candidaturas en su Congreso y que resultara ganador en la pugna, reafirmaría su liderazgo. Y si pierde, como indicaba Marañón «el liberalismo es una conducta y, por tanto, mucho más que una política».
Parece que en el PP las aguas vuelven a su cauce. La marejada, o marejadilla, provocada por las declaraciones de Aguirre y Rajoy van terminando como empezaron, sin que se sepa muy bien por qué o para qué.
Aunque algunas cosas han quedado muy claras.
El tira y afloja sobre las causas de la derrota electoral o la definición ideológica del partido no es una cuestión personal. O sí. Y que Mariano piensa seguir contando en sus filas con Esperanza, y Esperanza apoyará a Mariano en el congreso de junio. O no.
Por otro lado el PSOE, con el lío, ha hecho desaparecer la cuestión nacional como tema central del debate político, que en esta legislatura pasada había sido una cuestión central.
Veremos como sale de "desaceleración económica" y de la contradicción permanente con su "programa estrella de la legislatura anterior" en el que cada uno de sus puntos se van cayendo por la necesaria realidad. Pero, sobre todo ¿cómo podrá salir Zapatero del lío en el que se ha metido de la cuestión "nacional"?.
¿Se imaginan una independencia de Cataluña con un Presidente del PSOE en el Gobierno y otro del PSOE Presidente de la Generalitat?.
¿Se imaginan que el Kosovo español sea Euskal Herría?. Sin tragedias, en la paz, razonablemente, con «Independenzia» con Z de Zapatero y la conformidad de Rajoy.
¿Entienden ese nuevo Kosovo en el solar hispano en el que el partido mayoritario del nuevo «Estado Libremente Asociado» sea el propio PSOE?.
¿Se imaginarían el AUTENTICO, Kosovo, recientemente independizado de Serbia, con un gobierno de serbios?.
¡Vivimos en un país de autistas esquizofrénicos!, no sólo a nivel personal, también en lo intelectual, político, moral y social. En un Estado, en el que se proscribe la lengua común, se crearán Haciendas propias en Cataluña y en el País Vasco y en estos "Estados libremente asociados" invertirá el Estado "¿español?" recursos recaudados a "¿españoles"? en "¿lo que queda de una España inexistente?" y que les son ajenos a Cataluña o el País Vasco.
En todo este lío, no lo duden, se reivindicará que se mantenga el "ESTADO ¿español?" en todo aquello que garantice el funcionamiento de un mercado sin el que las industrias catalana y vasca no podrían subsistir.
¡Todo es una inmensa e incomprensible aberración, un esperpento.!No es por tanto liberal el cordón sanitario que Zapatero quiso establecer en torno a los del PP (Pacto del Tinell), tampoco que Esperanza Aguirre al apropiarse de la titularidad liberal en su partido, menos que Mariano Rajoy la invite a marcharse.
El liberalismo de Marañón debería ser el adjetivo de todos los demócratas, su negación debería identificar a los totalitarios.
Ahora, la única diferencia que queda entre los partidos democráticos es de carácter económico: los conservadores defienden la economía de mercado, dejando al Estado como mero árbitro de los conflictos que surjan, los socialdemócratas le asignan al Estado un papel más activo, para equilibrar desigualdades. Pero incluso en este terreno las diferencias son cada vez menores, y los liberales admiten la intervención del Estado para evitar excesos, y los socialdemócratas reconocen que el principal motor de la economía es la iniciativa privada.
El anacrónico debate interno popular, únicamente es beneficioso para un gobierno que ve como éste aleja de los titulares los graves problemas con que se enfrenta, desde el agua a la crisis económica, pasando por la justicia; viendo además cómo su programa de la pasada legislatura, lleno de incongruencias y prejuicios, se queda en la cuneta como sus socios anteriores y ya no le apoyan.
A los populares su debate les perjudica. Aparcarlo, de momento, les permitiría esperar por dónde sale su rival preso de sus contradicciones, mientras ellos pueden "clarificarse"en sus valores. El «debate de las ideas», de Esperanza Aguirre. puede terminar en un enfrentamiento entre personas. A Rajoy, por otra parte, le vendrían muy bien otras candidaturas en su Congreso y que resultara ganador en la pugna, reafirmaría su liderazgo. Y si pierde, como indicaba Marañón «el liberalismo es una conducta y, por tanto, mucho más que una política».
Parece que en el PP las aguas vuelven a su cauce. La marejada, o marejadilla, provocada por las declaraciones de Aguirre y Rajoy van terminando como empezaron, sin que se sepa muy bien por qué o para qué.
Aunque algunas cosas han quedado muy claras.
El tira y afloja sobre las causas de la derrota electoral o la definición ideológica del partido no es una cuestión personal. O sí. Y que Mariano piensa seguir contando en sus filas con Esperanza, y Esperanza apoyará a Mariano en el congreso de junio. O no.
Por otro lado el PSOE, con el lío, ha hecho desaparecer la cuestión nacional como tema central del debate político, que en esta legislatura pasada había sido una cuestión central.
Veremos como sale de "desaceleración económica" y de la contradicción permanente con su "programa estrella de la legislatura anterior" en el que cada uno de sus puntos se van cayendo por la necesaria realidad. Pero, sobre todo ¿cómo podrá salir Zapatero del lío en el que se ha metido de la cuestión "nacional"?.
¿Se imaginan una independencia de Cataluña con un Presidente del PSOE en el Gobierno y otro del PSOE Presidente de la Generalitat?.
¿Se imaginan que el Kosovo español sea Euskal Herría?. Sin tragedias, en la paz, razonablemente, con «Independenzia» con Z de Zapatero y la conformidad de Rajoy.
¿Entienden ese nuevo Kosovo en el solar hispano en el que el partido mayoritario del nuevo «Estado Libremente Asociado» sea el propio PSOE?.
¿Se imaginarían el AUTENTICO, Kosovo, recientemente independizado de Serbia, con un gobierno de serbios?.
¡Vivimos en un país de autistas esquizofrénicos!, no sólo a nivel personal, también en lo intelectual, político, moral y social. En un Estado, en el que se proscribe la lengua común, se crearán Haciendas propias en Cataluña y en el País Vasco y en estos "Estados libremente asociados" invertirá el Estado "¿español?" recursos recaudados a "¿españoles"? en "¿lo que queda de una España inexistente?" y que les son ajenos a Cataluña o el País Vasco.
En todo este lío, no lo duden, se reivindicará que se mantenga el "ESTADO ¿español?" en todo aquello que garantice el funcionamiento de un mercado sin el que las industrias catalana y vasca no podrían subsistir.
El trasvase de agua a Barcelona una prueba: un "Estado insultante" y un conjunto de futuras "naciones desbaratadas". ¡Aquí sí que le puede estallar al PSOE una bomba de efectos imprevistos!. Mientras tanto, los dirigentes populares discuten acerca de los partidarios del liberalismo social y la socialdemocracia liberal.
Es lógico: España no existe, ¡un invento de Franco que por fin hemos superado!.
Un día resumiré las opiniones de mi paisano Joaquin Costa sobre los partidos políticos de su época y que quedan nítidamente expresadas en su obra "Oligarquía y caciquismo....."
Un día resumiré las opiniones de mi paisano Joaquin Costa sobre los partidos políticos de su época y que quedan nítidamente expresadas en su obra "Oligarquía y caciquismo....."
Les adelanto:
"LOS DOS CONEJOS"
Por entre unas matas,
seguido de perros,
(no diría corre)
volaba un conejo.
De su madriguera
salió un compañero,
y le dijo: -Detente,
amigo, ¿qué es esto?
-¿Qué ha de ser? -responde;
sin aliento llego...
Dos pícaros galgos
me vienen siguiendo.
-Sí, replica el otro,
por allí los veo...
Pero no son galgos.
-Pues, ¿qué son?. -Podencos.
-¿Qué? ¿Podencos dices?
-Sí, como mi abuelo.
-Galgos y muy galgos;
bien vistos los tengo.
-Son podencos; vaya,
que no entiendes de eso.
-Son galgos, te digo.
-Digo, que podencos.
En esta disputa,
llegan los perros y
pillan descuidados
a mis dos conejos.
Los que por cuestiones
de poca monta
dejan lo que importa,
llévense este ejemplo.
Tomás de Iriarte.
seguido de perros,
(no diría corre)
volaba un conejo.
De su madriguera
salió un compañero,
y le dijo: -Detente,
amigo, ¿qué es esto?
-¿Qué ha de ser? -responde;
sin aliento llego...
Dos pícaros galgos
me vienen siguiendo.
-Sí, replica el otro,
por allí los veo...
Pero no son galgos.
-Pues, ¿qué son?. -Podencos.
-¿Qué? ¿Podencos dices?
-Sí, como mi abuelo.
-Galgos y muy galgos;
bien vistos los tengo.
-Son podencos; vaya,
que no entiendes de eso.
-Son galgos, te digo.
-Digo, que podencos.
En esta disputa,
llegan los perros y
pillan descuidados
a mis dos conejos.
Los que por cuestiones
de poca monta
dejan lo que importa,
llévense este ejemplo.
Tomás de Iriarte.
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