lunes, 29 de abril de 2013

IMPRESCINDIBLE EL ACUERDO RAJOY-MAS



La imágen es independiente del texto
Artículo de Luis María Anson publicado en el diario El Mundo:

“Irritado por el desdén de Mariano Rajoy que hace poco más de un año marginó las necesidades económicas de Cataluña, Arturo Mas puso en marcha un plan secesionista, como estrategia de chantaje.
Pero la maniobra se le fue de las manos como el monstruo de Frankestein.
La ebullición de la Diada en septiembre pasado contribuyó a encabritar al líder convergente.
Albriciado por el griterío popular, convocó unas elecciones autonómicas en las que pensaba alzarse con una mayoría excepcional, en la frontera de los 80 escaños. Se equivocó.
En lugar de dimitir y retirarse a su casa con el rabo entre el arco del fracaso electoral, forzó la alianza contra natura de su coalición de derechas y los ultras de la izquierda. Desde entonces se tambalea enloquecido por la agonía económica y la palabra pánica. En las madrigueras de Moncloa se cree que todo es una finta y que la cosa no pasará a mayores. Se equivocan los optimistas y los voluntaristas. Esta vez el desafío va en serio.
Por eso resulta imprescindible el acuerdo Rajoy-Mas. La sociedad catalana, entre el secesionismo de la extrema izquierda y el pacto con el Gobierno central, se inclinará por este último.
La política es el arte de lo posible y exige tragarse un sapo cada día. No resultará agradable para Rajoy entenderse con el fracasado Arturo Mas. Pero es imprescindible negociar hasta la extenuación para llegar a una fórmula en la que el presidente catalán salve la cara, avance en la fiscalidad, enjugue al menos en parte la deuda que le abruma y se prorrogue el equilibrio actual. Los Estados Unidos de Europa llaman a la puerta y en cuestión de pocos años dispondremos de una Constitución que supere la actual Unión Europea. Hay que saber esperar.
Si Mariano Rajoy persiste en su política de no hacer nada se encontrará en poco tiempo con hechos consumados porque, a diferencia de los viejos amagos de Pujol, Arturo Mas no va de farol. Y entonces al presidente del Gobierno no le quedará otro remedio que o bien ceder cargando con el ludibrio histórico que le abrumaría a él y al Rey Juan Carlos o bien suspender la Autonomía de Cataluña conforme al artículo 155 de la Constitución. Eso lo hizo el Gobierno británico por dos veces en Irlanda del Norte sin excesivos problemas. Mucho me temo que en Cataluña no ocurriría lo mismo.
La ponzoña de la situación actual se originó en un despropósito zapatético. Según la macroencuesta del año 2003, ni el 5% de los catalanes estaba interesado en la reforma del Estatuto. José Luis Rodríguez Zapatero, líder de la oposición, prometió que respaldaría esa reforma si se alzaba con mayoría suficiente en el Parlamento catalán. Ganó el candidato socialista las elecciones generales y los dirigentes catalanes tomaron al presidente dadivoso no la mano sino el brazo entero y los dos pulmones. Y aunque los barones socialistas re-chazaron en el Congreso algunas aristas del Estatuto y también lo hizo con retraso el Tri-bunal Constitucional, aquellos polvos desquiciados han generado los lodos que ahora nos asfixian. Porque lo peor de la herencia de Zapatero no es la gravísima crisis económica; lo peor de esa herencia es la crisis política catalana, con el País Vasco, además, al acecho”.
Luis María ANSON.

No hay comentarios: